¿La contaminación aérea puede influir en la respuesta inmunológica de las vacunas COVID?

Un reciente estudio realizado por expertos de España encontró que la exposición a dióxido de nitrógeno y otros contaminantes modificaría la reacción de los anticuerpos, aunque de forma leve. Los detalles

Infobae
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99% de la población mundial respira altos niveles de contaminantes. El organismo estima que la contaminación del aire provoca 4,2 millones de muertes al año en todo el mundo, con cuadros que van desde accidentes cerebrovasculares hasta cáncer de pulmón, entre otros. En ese sentido, recientemente, un estudio científico encontró una consecuencia hasta el momento desconocida de esta problemática.

Según los expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), las personas que estuvieron expuestas a mayores niveles de contaminación área antes de la pandemia del COVID-19 “mostraron menores respuestas inmunológicas a los anticuerpos de las vacunas contra el virus”.

“Se ha demostrado que los contaminantes del aire afectan las respuestas inmunitarias, por lo que en este estudio deseábamos determinar si la contaminación del aire también afecta las respuestas de anticuerpos a las vacunas COVID-19. La respuesta, en pocas palabras, es sí”, introdujo el investigador Manolis Kogevinas.

De acuerdo a las conclusiones de estos especialistas, la exposición a “dióxido de nitrógeno, partículas finas (PM 2,5) y carbón negro se asocia con una disminución de alrededor del 10% en las respuestas de anticuerpos en personas sin infección por SARS-CoV-2 previa”.

Según los resultados, quienes estuvieron expuestos a contaminación aérea antes de la pandemia y no tuvieron infección por COVID previa mostraron una respuesta inmunológica 10% menor ante las vacunas (Getty)
Según los resultados, quienes estuvieron expuestos a contaminación aérea antes de la pandemia y no tuvieron infección por COVID previa mostraron una respuesta inmunológica 10% menor ante las vacunas (Getty)

El desarrollo de este estudio, que fue publicado en la revista científica Environmental Health Perspectives, contó con la colaboración del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP). Para llegar a estos resultados, los autores analizaron los datos biomédicos de 927 personas de entre 40 y 65 años. Estos participantes respondieron a una serie de cuestionarios y dieron muestras de sangre en dos ocasiones: durante el verano del año 2020, en pleno confinamiento, y en la primavera de 2021, cuando inició la campaña de vacunación en España. En ese entonces, todos habían recibido al menos una dosis de las vacunas contra el COVID-19.

Con estos datos a disposición, los científicos midieron los anticuerpos IgM, IgG e IgA contra cinco antígenos virales y estimaron la exposición a algunos contaminantes aéreos en base al domicilio de cada individuo al momento del estudio. “En individuos no infectados, la exposición a contaminantes previo a la pandemia se asoció con una reducción del 5% al 10% en los anticuerpos inducidos por la vacuna”, sostuvieron en el escrito.

En ese tono, Rafael de Cid, uno de los expertos a cargo del trabajo, detalló: “La colaboración de todos los voluntarios, con más de diez años de datos, nos ha permitido estimar de forma fiable el nivel de exposición ambiental de todos los participantes”. Mientras que la científica Carlota Dobaño postuló: “La contaminación del aire puede inducir inflamación crónica, lo que se ha asociado con un efecto negativo sobre la eficacia de la vacuna. Nuestros hallazgos son consistentes con la evidencia de que los contaminantes orgánicos persistentes reducen las respuestas a las vacunas en los niños”.

De acuerdo al estudio, hubo "una reducción del 5% al 10% en los anticuerpos inducidos por la vacuna" en las personas analizadas que respiraron aire contaminado (Getty)
De acuerdo al estudio, hubo "una reducción del 5% al 10% en los anticuerpos inducidos por la vacuna" en las personas analizadas que respiraron aire contaminado (Getty)

A su turno, Cathryn Tonne, otra de las autoras, concluyó: “Nuestros hallazgos se suman al creciente cuerpo de evidencia sobre los efectos adversos de la contaminación del aire incluso en los niveles relativamente bajos observados en Europa occidental. También exigen límites más estrictos de contaminación del aire , como recomienda la OMS”.

La contaminación aérea en Argentina

En 2022, un grupo de investigadores precisó las consecuencias de respirar el aire de la Ciudad de Buenos Aires. “Mostramos en un modelo biológicamente relevante y representativo a través del cual pudimos conocer cómo estar expuesto al ambiente urbano, especialmente al ambiente de la Ciudad de Buenos Aires, produce o agrava las enfermedades cardiovasculares”, explicó Timoteo Marchini, autor principal del trabajo. que se publicó en la revista Environmental Pollution.

Los autores del estudio fueron los especialistas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), junto a colaboradores del departamento de Inmunología de dicha casa de altos estudios, miembros del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina, investigadores del CONICET y expertos de la Universitätsklinikum Freiburg (Alemania).

La contaminación aérea en Buenos Aires puede atenuar las enfermedades cardiovasculares, de acuerdo a una investigación nacional
La contaminación aérea en Buenos Aires puede atenuar las enfermedades cardiovasculares, de acuerdo a una investigación nacional

“En nuestro estudio, los resultados son relevantes para poder explicar los efectos de los contaminantes ambientales sobre la salud humana, ya que fueron evaluados los sistemas respiratorio, circulatorio y el cardíaco en ratones, que son similares a los humanos. Es importante evaluar los mecanismos orgánicos frente a la contaminación aérea en sistemas completos, por eso la elección de un modelo animal que nos permite analizar en una forma completa y cercana, y nos permite identificar los principales targets de los efectos tóxicos de los contaminantes ambientales”, explicó a Infobae la profesora e investigadora Natalia Magnani, coautora del estudio.

En tanto, el profesor e investigador Pablo Evelson, también coautor, señaló: “Si bien los resultados se limitan al aire urbano de la Ciudad de Buenos Aires se ha observado que la presencia de las partículas en el pulmón dispara mecanismos similares, independientemente de la composición de las partículas, siendo que en esta urbe las partículas provienen, principalmente, de la combustión de los combustibles fósiles que usa el sistema de transporte público”.

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