Independiente y Santiago Maratea: ¿cuánto vale un abrazo en la era de la mendicidad digital?
El Rojo está a dos puntos del último (Unión) de la tabla en la Liga Profesional 2023, pero su problema es más global y no se generó de la noche a la mañana
La noticia de la semana deportiva fue la aparición de Santiago Maratea intentando ir al rescate de Independiente, un club cuya crisis económica amenazaba con llevarlo a la quiebra y sin nadie a la vista que pudiera aportar una solución. “Se tuvo que crear un fideicomiso para poder depositar la plata, y ese fideicomiso es de los hinchas de Independiente. Lo que se va a buscar es pagar las deudas que tiene el club, que es de más de 20 millones de dólares”, explicó.
La situación real, el contexto de “tocar fondo”, no lo marcaba en este caso el riesgo de descenso del primer equipo a raíz de la deuda, sino el peligro de quedarse sin futuro. Lo explicó muy bien Miguel Ángel ‘Pepé’ Santoro: “En este momento, tenemos entrenando a 49 chicos que quieren jugar y no pueden, no los podemos fichar porque la inhibición abarca a todos, hasta las inferiores. Por eso hablo de que la situación es triste y por eso es importante pagar estas deudas”, decía el arquero leyenda este jueves. La imagen de garantía pedida por Maratea daba en la tecla del real problema: el inconveniente no es que el equipo de Ricardo Zielinski no pudo competir con River en el Monumental y está a dos puntos del último (Unión) de la tabla en la Liga Profesional 2023, sino que los chicos del futuro –eventuales protagonistas del resurgimiento- están pero no están: tienen canchas y camisetas, pero no el aval jurídico. Entonces, ese quiebre sí es garantía de no haber futuro. Santoro (un tipo querido y respetado por todos en el Rojo) daba a los 81 años, una vez más, el ejemplo. Sabiduría y corazón.
Vale remarcar que un club como Independiente no llega a esta situación de la noche a la mañana. Es una sumatoria de malas administraciones, de fracasos de dirigentes que terminaron gastando más de lo que ingresaba, que no supieron medir las consecuencias ni siquiera en el corto plazo. Lo de Maratea (y el contagio positivo que genera en los hinchas) puede ser muy meritorio, pero también desnuda las malas gestiones pasadas que la presente comisión directiva no supo remediar.
El ciclo Moyano tiene su responsabilidad, pero la mayor derrota de esta nueva comisión directiva fue la renuncia de su presidente, Fabián Doman, a los 180 días de haber asumido. “Independiente está manejado por un microclima, donde el poder de la autoridad del club es cada vez menos importante. Y yo no le era servil a ese microclima. Fueron 30 años. Lo que pasa ahora es el fruto de 30 años. Independiente vive un clima de odio, de rencor, de resentimiento. De todos contra todos. De guerra. Una anarquía total, que ha destruido al club en los últimos 30 años”, le dijo a LA NACION. El portazo refleja una actitud por la que no votaron los hinchas de Independiente, por más que Doman sienta que su mérito fue “haber sacado del club a Moyano”. Un análisis demasiado pequeño, indigno de la historia roja, sobre todo teniendo en cuenta que hasta el menos informado conocía la realidad de Independiente.
No hay guion que logre transmitir lo que generó Santiago Maratea en los hinchas de Independiente y el ambiente del fútbol en general, incluso en aquel que no le interesa el deporte. Tampoco hay capacidad para medir lo que trasmitió Maratea en la conferencia de prensa que hizo en el club de Avellaneda. Cuando algo se transmite así es porque se siente, no se puede digitar. Hay algo que lo impulsa y que logra ser (para quien lo proyecta) superior a todo tipo de memes o comentarios que se puedan generar sobre sus intenciones. Si es que, como muchos pueden pensar, el protagonista en cuestión tiene intenciones ocultas o intereses personales, no lo pareció. Y al que menos le importó lo que se pueda decir fue al propio Maratea.
¿En qué cosas se notaron este tipo de situaciones? Explicando hasta por demás la intención de su proyecto, los detalles, qué fue lo que lo movilizó y por qué le dio curso a esta colecta ahora y no a otra. Y hasta comentó, inteligentemente, que no piensa en convencer a hinchas o gente que no pretenda colaborar: “Esto es para la gente de Independiente, para los hinchas de Independiente. El que no confía o no está convencido, no colabora. Y punto”.
“La Comisión Directiva no tiene voto sobre dónde va el dinero, el fiduciario soy yo. Después lo hablaremos con ellos, pero la prioridad es pagar primero las más urgentes, que serían la de América de México y Gastón Silva, y luego se le pagará a cada uno lo que le corresponda”, y agregó: “¿Quién blanquearía dinero con una colecta transparente donde todo debe estar en blanco? Acá hay abogados y escribanos que se encargar de chequear que todo esté de la manera correcta, el más insoportable para que todo esto suceda así soy yo”.
Exjugadores se sumaron en masa a partir de esta iniciativa, porque son ellos los primeros en confiar más en alguien que no es dirigente de fútbol ni político. El descreimiento y caos de independiente involucró a otros equipos, pero también a jugadores y cuerpos técnicos propios. El juicio de Gonzalo Verón por la deuda es uno de los disparadores de la mala administración, también el reclamo millonario de América de México por el pase de Cecilio Domínguez. Hace poco Gabriel Milito, actual DT de Argentinos pero un defensor formado y con identificación roja, apuntó contra la política de contratación de Ariel Holan, técnico de la gestión de Hugo Moyano que levantó la Copa Sudamericana 2017 pero también despertó críticas a la hora de las incorporaciones. Desde Chile, quien hoy conduce a Universidad Católica dijo: “Cuando llegue el momento le voy a responder a Milito”. Otro mérito de Maratea: bajar del ring para pasar a la acción.
Esto puede ser un arma de doble filo, pero porque el fútbol vive endeudado. Y esta salvación puede ser el principio para un nuevo comienzo. ¿Pero ese nuevo comienzo cómo será en Independiente? Si su deuda queda en cero, ¿cómo hará para formar un nuevo equipo o para reforzarse y potenciarse? ¿Y en el resto de los clubes que pueden pasar por una situación así? ¿Quién es el próximo que pegará un grito de auxilio para Maratea?
Maratea no se hizo conocido por esta colecta que está llevando adelante con Independiente. El influencer (“Me causa gracia cuando me llaman así despectivamente”, dice) está acostumbrado a liderar este tipo de acciones solidarias con gran repercusión. Es quien logró recaudar dos millones de dólares para comprar el medicamento más caro del mundo para una beba de 11 meses y quien juntó 200 millones de pesos parar ayudar a combatir los incendios que azotaron la provincia de Corrientes hace algo más de un año. Organizaciones sociales y personas que necesitan tratamientos médicos suelen ser los beneficiarios más recurrentes.
Ahora reveló que, cuando tenga su propia fundación, le gustaría “poder construir en Argentina un hospital con su propio centro de investigación para el cáncer infantil”. Según explicó, levantar el SJD Pediatric Cáncer Center, en Barcelona, tuvo un costo de 80 millones de euros. “Yo tengo el sueño de que la Argentina pueda tener un hospital de esa talla, y todos los chicos de Latinoamérica puedan venir y no tener que ir a un país del primer mundo como es Europa o Estados Unidos a conseguir trabajo y un sueldo que es imposible”, apuntó. Más sueños, más objetivos, más empuje. ¿Podrá ser posible? Si no se intenta, seguro que no. Y eso demuestra Maratea en cada proyecto en el cual se involucra. Entusiasmo, ganas, dedicación, preparación para abordar distintos temas. Puede haber gente que le cuestione cierta frivolidad, que lo relacione con algún partido político o que le molesten algunas respuestas o acciones de su vida personal. Y si hay gente que no le cree o que duda de sus intenciones, es válido también.
Lo de Independiente nació como un meme y hasta eso pareció quitarle presión: “Es un tema serio, pero si todo arranca con una sonrisa, viene bien para lo que sigue”, dijo Maratea en la conferencia de prensa. “Independiente está mal y tenemos que salir de este momento. Acá no hay política ni nada. Que no les quede la menor duda: esto va a ser con toda transparencia y honestidad. Se está haciendo con el corazón”, dice Pepe Santoro.
¿Hoy cuánto vale un abrazo? ¿Los más de 500 millones de pesos conseguidos hasta ahora? ¿1000 millones de pesos? ¿20 millones de dólares? ¿O más? ¿Se le puede poner un precio o es una sensación indescriptible? Maratea le está dando un abrazo a Independiente, un gesto humano en tiempos de mendicidad digital. El abrazo de Maratea a Independiente todavía no tiene precio, sube su cotización a la espera del resultado final. Si sale bien, ¿nace una fórmula que garantice el éxito? No, de ninguna manera. Pero el mensaje es otro. Lo que está dejando esta situación es que no hay posibilidad de solución si, desde el vamos, no hay alguien con actitud, predisposición y capacidad para ayudar. Sea en la cancha que sea, en el deporte como en la vida misma. Toda voluntad en esa dirección merece un triunfo, pero –como en el deporte- nadie lo puede asegurar. Tener a Maratea (o alguien con su vocación y acción) es para destacar, vale un abrazo de gol. Eso, independientemente del resultado, ya es ganar.