Golpe a River en La Paz: perdió en el debut en la Libertadores

Golpe a River en La Paz: perdió en el debut en la Libertadores

Olé

Es otro deporte. Por los efectos que tiene la altura pero también por el penalcito que el árbitro Jesús Valenzuela decidió cobrar llegando a la mitad del primer tiempo tras una innecesaria salida lejos de Armani. El cóctel fue un golpe de nocaut para un River que en condiciones normales seguramente esté entre cuatro y seis goles arriba de The Strongest pero que este martes, sobre 3.600 metros, por momentos temió que esa diferencia se le viniera en contra en espejo como sucede en el Upside Down de Stranger Things.


Por lo demás, no es simple analizar un partido con dos condicionantes externos tan fuertes pero sobre todo que fue tan cambiante. El CARP pasó de un buen inicio en el que de hecho tuvo muy buenas posibilidades de ponerse arriba a no poder hacer pie en el Hernando Siles: desde el penal que cobró Valenzuela hasta que ingresó Nacho Fernández al equipo de Demichelis se le hizo injugable el partido.

En ese tramo, concluyó que “es inhumano” jugar en esa plaza, y finalmente, con el decoroso descuento de Beltrán, se arrimó con vergüenza deportiva a la búsqueda de la épica que no fue.

El planteo del técnico de River fue entendible en los papeles: se decidió por futbolistas livianos y rápidos que a priori podían responder mejor a las exigencias paceñas (Mammana por González Pirez, Herrera por Casco, Solari por Fernández). En la teoría, no estuvo mal pensado. Aunque a fines prácticos el equipo terminó levantando con un Nacho que en cualquier contexto es irremplazable: acaso el plan de partido de Micho fuera incluir al 10 en un escenario de partido más disputado.

En todo caso, más allá de velocidad pudo faltar cierta inteligencia para domar una pelota que rueda, vuela y pica distinto. Más pases al pie que al espacio. Y no complicarse en la salida por abajo: si ya lo hace por momentos en el llano, tan cerca de las nubes un pase comprometido en la última línea es poco menos que un gol en contra. Así sucedió en el primer tiempo con esa entrega defectuosa de Paulo Díaz para un Palavecino estático y que jugó con la premisa de patear de afuera del área: lo hizo sin demasiada puntería.

A fin de cuentas, es una derrota que a River no debiera generarle demasiadas dudas hacia adelante por el carácter excepcional que tuvo, por la altura, el planteo y el 11 titular que seguramente no se repetirá en el semestre e incluso por el arbitraje. En cualquier caso, tendrá que hacerse fuerte de local y sacar algo de visitante en Perú y en Brasil proyectando su clasificación a octavos. Nada está perdido: en ninguna de las cuatro Copas que levantó arrancó ganando.


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