el Xeneize otra vez se fue silbado e igualó un récord negativo de 1971
Perdió por tercera vez seguida en la Bombonera y cayó en 5 de los últimos 6 partidos; el martes juega por Libertadores
Almirón fue claro aquella tarde de su presentación: “Quiero encontrar un once que se consolide y repita partidos”. Su estreno fue amargado por San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, el pasado miércoles, resultado por el cual el técnico continúa en la búsqueda de ese concepto. Porque otra de las metas urgentes es ganar cuanto antes y que la autoestima interna sea otra. Si el equipo respondía mucho mejor de lo que lo hizo en Bajo Flores, quizás, ya tendría en su libreta varias conclusiones positivas para seguir avanzando. Sin embargo, más allá de hacer descansar jugadores, la formación de anoche no se trató de una alternativa: (casi) todos están bajo el mismo ojo detallista, estudioso y analista que quiere empezar a completar los casilleros con seguridades del inicio de su ciclo.
Lo mejor del partido
Apenas cuatro nombres se repitieron con respecto a los que cayeron en el clásico. Uno por línea. Sergio Romero en el arco, Nicolás Valentini en la zaga (Nicolás Figal estaba suspendido y Bruno Valdez, con un desgarro fuerte), Alan Varela y Darío Benedetto.
Incluso, son días en los que hasta el dueño de la cinta de capitán parece estar en la evaluación diaria. Es que, más allá de que Guillermo Fernández no estuvo entre los titulares y era el habitual portador de la misma mientras se recupera Marcos Rojo, el designado fue, justamente, el arquero Romero. Y no fue, evidentemente, algo circunstancial. Porque “Pol” terminó ingresando a los 24 minutos por una lesión de Juan Ramírez y no tuvo la capitanía en su brazo izquierdo en todo el encuentro.
¿Puede avanzar sobre su boletín cuando fueron dos derrotas? Por supuesto. Porque, aunque suene contradictorio, fueron versiones en ascenso. En el Nuevo Gasómetro hubo, al menos, conceptos diferentes que impuso el DT en cuestión de horas y hasta intentos mucho más entusiastas por igualar aquel compromiso en comparación a jornadas anteriores, más allá de carecer en la profundidad. Este sábado le faltó lo mismo, pero dio otro paso adelante en lo que desesperaba: ver algo diferente desde el aspecto futbolístico, más allá de los resultados.
Estos primeros días le están dando un duro revés a Almirón. Porque lejos estuvo de merecer perder como le sucedió frente al equipo de Eduardo Domínguez. Tampoco es demasiado justo afirmar que Boca tuvo las situaciones como para justificar una ventaja. No obstante, al manejo de la pelota y algunas pequeñas sociedades vistas ante San Lorenzo, anoche le sumó mayor constancia de aquello, lo potenció y, en grandes partes del encuentro, ahogó a los jugadores de Estudiantes, que jamás estuvieron cómodos en el partido para, al menos, tener el balón en su poder unos cuantos segundos.
En realidad, el Pincha sí encontró un momento. El último y único. Porque Boca también tuvo, entre sus defectos, la confusión y el cansancio del epílogo. Entonces, Fernando Zuqui recibió solo en el campo boquense, los locales miraron como nunca en el transcurso del encuentro, pero como solía hacerlo previo al actual entrenador, y el volante tuvo clara la mira: la espalda de Facundo Roncaglia (terminó reprobado por la gente). Un gran centro, pero la joya vino luego con la inesperada tijera de Mauro Boselli que no pudo contener Romero, sobre el primer palo, a los 39 minutos del complemento.
Se cayó todo. Probablemente, no quede en la cabeza del hincha los buenos rendimientos de Marcelo Weigandt, Valentín Barco, Alan Varela, “Pol” y hasta el primer tiempo de “Equi” Fernández. Incluso, Cristian Medina al ingresar en el segundo tiempo le dio mayor dinámica e ímpetu al equipo. Seguro, quedará sólo en esa cabeza llena de trabajo de Almirón de cara al partido donde no se puede fallar: Deportivo Pereira, por la segunda jornada de la Copa Libertadores, otra vez en la Bombonera tras igualar en cero con Monagas.
Es que el dato asusta. Cayó en cinco (Banfield, Instituto, Colón, San Lorenzo y Estudiantes) de los últimos seis encuentros (sólo le ganó a Barracas Central) por la Liga Profesional. Y son tres caídas al hilo como local, algo que no ocurría desde el Metropolitano de 1971, en el que cayó ante Colón, Vélez y Newell’s.
El verdadero once de Almirón, el de los preferidos, se verá el martes. Hay mejoras en el estilo, pero ahora, contradictoriamente, Boca necesita ganar.ß.