El plan de Barcelona para concretar el regreso de Lionel Messi y las principales trabas para lograrlo
El club reconoció públicamente que entabló negociaciones con la familia del rosarino para trazar un posible retorno
Tanto Messi como su familia se enojaron muchísimo con Laporta cuando escucharon de su boca que mantenía contacto con ellos, cuando no había absolutamente nada. Tal como contó Infobae en su momento, el jugador les dio vuelta la cara en una gala del Balón de Oro de la France Football, cuando los más altos integrantes de la comisión directiva intentaron acercarse a saludarlo, en otra edición del mismo premio decidió no concurrir a último momento para no tener que encontrárselos, sabiendo que iban a hablarle de un partido homenaje, y gambeteó a Laporta, aún habiendo estado sentado cerca, en la reciente fiesta de los “The Best” de la FIFA en París.
Pero Laporta no dejó de insistir. Llegó a derramar lágrimas que significaron una mezcla de culpa, pena y emoción cuando en el verano pasado, en la pretemporada del Barcelona en los Estados Unidos, concedió una entrevista en la que sostuvo que haría todo lo posible por el regreso del argentino. Reconoció que se había sentido mal cuando tuvo que decirle que no podía renovarle el contrato, pero que estaba atado de pies y manos por la situación que encontró en el club. El momento decisivo fue cuando el presidente de la Liga Española, Javier Tebas, le acercó la propuesta de contrato de derechos de TV a 50 años de la empresa CVC, que el máximo directivo del club catalán consideró imposible de aceptar por leonino, y cuya recaudación resultaba fundamental para hacer frente a los pagos del jugador y sin tiempo ya para buscar otros recursos cuando la temporada ya comenzaba.
Finalmente, con el motivo de organizar un partido homenaje para Messi en un Camp Nou repleto que le rinda tributo, Laporta consiguió reunirse con el padre del futbolista, Jorge, quien a partir de entonces moderó su discurso con frases como “vamos a ver” cuando se le acercaban cronistas a la salida del aeropuerto, o abordando un coche, en la ciudad de Barcelona. “Nadie que acepta reunirse, lo hace si no hay ninguna chance de que se concrete algo”, dicen desde posiciones cercanas al club, y recuerdan que el amor de Messi por el Barcelona sigue estando intacto, sumado a la comodidad única que siente en la ciudad –habituado a su casa de Castelldefels–, y a sus permanentes contactos con sus ex compañeros Sergio Busquets y Jordi Alba (y sus respectivas esposas) junto a su pareja, Antonela Roccuzzo.
Si cada vez que pueden, su esposa y sus hijos regresan de París a Barcelona en el avión privado, también en el PSG ya no hay tanto optimismo en que el argentino renueve su contrato cuando cobra la mitad que su compañero Kylian Mbappé (se conocieron las cifras por una filtración mediática) y por eso el club apuesta todo a que sea el propio emir de Qatar, Tamin Bin Hamad Al Thani (el mismo que le colocó la capa en el momento de la entrega de la Copa del Mundo) el que trate de convencerlo invitándolo a su país para dialogar sobre el futuro.
Un factor que puede ser decisivo, en este aspecto, es la incomodidad de Messi con algunas cuestiones que aparecen en el día a día alrededor del PSG. No es para nada casual que luego de cada partido en el Estadio Parque de los Príncipes, el argentino no se sume a saludar a la tribuna y se marche directamente hacia el vestuario luego de cambiar su camiseta con el rival de turno. Sabe que la prensa local privilegia a Mbappé casi como una cuestión de Estado luego de que el presidente francés, Emmanuel Macron, lo llamara para que no se fuera al Real Madrid y permaneciera en tierras galas, especialmente pensando en su imagen para los próximos Juegos Olímpicos de París de 2024.
Al día siguiente de la entrega del premio “The Best” de la FIFA, que lo consagró nuevamente como mejor jugador del mundo del año 2022, en una ceremonia llevada a cabo en la sala Pleyel de París, uno de los diarios deportivos más prestigiosos y tradicionales como L’Equipe no publicó una sola línea sobre el galardón, algo muy llamativo. En cambio, desplegó toda su edición a la renuncia del presidente de la Federación Francesa (FFF), Noel Le Graët, por un caso de acoso sexual.
Con este panorama, y cuando el entorno de Messi sabe perfectamente que a los casi 36 años y con el dinero que exige su participación en un club de alto nivel, pocos están dispuestos a semejante gasto para iniciar un ciclo nuevo con una estrella que ya entra en su última etapa, de querer permanecer en condiciones de llegar a la Copa América y al Mundial sólo parece haber dos caminos: o el PSG o el Barcelona.
En este punto, todo indica que el primer paso es que comiencen a hablar las segundas líneas antes de que los Messi terminen de manifestar sus intenciones de regresar al club de sus amores. Por eso, las manifestaciones de Xavi, de los jugadores, y hasta uno de sus mejores amigos en el fútbol, como Sergio Kun Agüero, estimó que las chances de una posible vuelta de azulgrana “son de un cincuenta por ciento”, una cifra elevada si se piensa en la tirantez que existía con la dirigencia culé meses atrás.
Si cerca de Messi se indica que el jugador (al que el club le sigue debiendo dinero) aceptaría un gran renunciamiento a una cifra elevada para regresar, aparece en escena el que puede llegar a ser el mayor obstáculo para la operación: que el Barcelona quiera, desee y haga todo lo posible por contentar a la estrella argentina, pero que los números no cierren otra vez.
En este sentido, si bien el Barcelona apenas recaudó 70 millones de euros en su última participación en los torneos europeos (no pudo pasar de la fase de grupos de ls Champions League y enseguida fue eliminado de la Europa League por el Manchester United), el presidente de la Liga, Javier Tebas, insiste en cada foro al que concurre con que los catalanes deben bajar 200 millones de euros de su masa salarial por el Fair Play Financiero en la próxima temporada, y que el club ni siquiera pudo inscribir todavía a Gavi o a Ronald Araújo en la Liga cuando quedan poco más de diez jornadas para su finalización, sus dirigentes confían en terminar de cerrar una propuesta atractiva para que Messi regrese.
Por un lado, se intentará que haya liquidez a partir de dos posibles ventas de jugadores como Ansu Fati (que de la promesa inicial, se fue diluyendo por sucesivas lesiones que minaron su confianza y le quitaron continuidad), por el que aspiran a obtener no menos de 50 millones de euros (por su edad y proyección y porque creen que varios clubes de la Premier League inglesa están en condiciones de pagarlo y muchos se muestran interesados) y Ferrán Torres, delantero que no termina de convencer en el Camp Nou pero que también por juventud y trayectoria puede generar importantes beneficios. En el caso de Fati, cerraría perfectamente el círculo el hecho de que en su momento fue representado por Rodrigo Messi pero decidió cambiar al todopoderoso portugués Jorge Mendes, quien le está buscando destino fuera de España. También quieren convencer de una renovación a la baja a Jordi Alba y a Sergio Busquets, los dos amigos de Leo en el plantel.
A esto hay que sumarle la idea original del club, que es la de realizar un partido homenaje a Messi con el Camp Nou repleto y que la recaudación vaya toda para el jugador, al que también se le ofrecería importantísimos dividendos en porcentajes de derechos de imagen y pagos a futuro por los negocios que se puedan gestar desde el marketing.
El Barcelona espera ahora que la UEFA, que pidió informes a la Liga por el caso Enríquez Negreira (del pago con facturas al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros por supuestos cursos y asesoramiento), no tome medidas que impliquen una suspensión del club para disputar la próxima Champions League, fundamental para obtener importantes dividendos, y que Tebas entienda la importancia de que Messi regrese a una liga española enflaquecida por falta de estrellas desde las salidas de Neymar, Luis Suárez, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Rodri, Aymeric Laporte o hasta Rodrigo Moreno (el goleador del Leeds), y que ni siquiera pareciera que podrá retener a una prometedora estrella como el volante del celta Gabi Veiga, que tiene mejores ofertas de la Premier League que del mismísimo Real Madrid.
Es por esto que el Barcelona prende velas para que Tebas acepte un límite de masa salarial más alto que permita un gasto mayor para que Messi pueda regresar, y sueña con que el argentino, incluso, acepte no sólo jugar la temporada 2023/24 como local en el estadio Olímpico de Montjuic (porque el Camp Nou estará en obras como parte del mega proyecto del “Espai Barça”, sostenido por bancos como Goldman Sachs y JPMorgan, lo que implicará una pérdida de 93 millones de euros anuales por una menor recaudación al contar con menor capacidad de asistentes y unos veinte mil socios que no concurrirán durante toda la temporada, y la imposibilidad de la venta de productos propios fuera de su casa), sino que Messi acabe su carrera en el más alto nivel despidiéndose en el Camp Nou ante su público.
“Es lo que corresponde, ¿no? -le dice alguien cercano al jugador, a Infobae- Al fin de cuentas, el barcelonismo lo ama y él ama al Barcelona. ¿Dónde va a terminar su carrera que no sea en su casa?”.