China, soberanía y un lobo suelto en París

El embajador del régimen de Beijing en Francia, Lu Shaye no es un improvisado. Es considerado un “wolf warrior” y un experimentado diplomático. Qué hay detrás de sus dichos sobre la soberanía de los países europeos

Infobae
Darius Rochebin, periodista suizo de origen iraní, acorraló a su invitado, Lu Shaye. Lo llevó a confesar la postura que tenía sobre la invasión ordenada por Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022. Su sinceramiento no fue el de cualquier ciudadano a pie: Lu es el embajador del régimen chino en Francia y como tal habla en nombre de su gobierno.

No se trató, pues, de una gaffe. Ni de un desliz intelectual. O acaso de un lapsus nervioso por las luces del escenario del canal francés LCI. Nada de eso. Lu es un experimentado diplomático que al verse incomodado por las preguntas puntuales de Rochebin -Crimea, soberanía- prefirió desnudar lo que Beijing piensa en comunión con Moscú.

Según el derecho internacional estos países ex soviéticos -en referencia a Ucrania-, no tienen el estatus... cómo decir… efectivo en el derecho internacional, porque no hay ningún acuerdo internacional que concrete su estatus de país soberano”. La frase del diplomático resonó no sólo en Kiev, sino en el resto de las naciones que alguna vez estuvieron sometidas a la Unión Soviética.

La cancillería francesa tronó. Estonia, Letonia y Lituania convocaron a los embajadores del régimen en sus países. Quieren escuchar de su propia boca si coinciden con su colega y si para ellos sus fronteras son más rusas que propias. También le pidieron al gobierno francés que expulse al enviado chino. “No creemos que China sea intermediaria de la paz”, dijeron.

Habrá que ver qué hace Emmanuel Macron quien se paseó de la mano y tomó el té con Xi Jinping hace dos semanas. Allí, el francés también habló de soberanía, pero de la de Taiwán y despertó críticas de todos sus aliados occidentales.

Emmanuel Macron toma el té junto al jefe del régimen chino, Xi Jinping, en Guangzhou, China durante su visita de estado el pasado 7 de abril. El francés fue criticado por su postura respecto a Taiwán (Reuters)
Emmanuel Macron toma el té junto al jefe del régimen chino, Xi Jinping, en Guangzhou, China durante su visita de estado el pasado 7 de abril. El francés fue criticado por su postura respecto a Taiwán (Reuters)

La sede diplomática china en París intentó dar marcha atrás ante el ruido generado. En un comunicado emitido este lunes avisaron que las palabras de Lu habían sido en tono “personal” y que no respondían a una política oficial. Exótico argumento: fue invitado a la cadena LCI como embajador y así se expresó, no se sentó ante Rochebin como un turista o comentarista improvisado.

Esa falacia es alimentada también en China. En su segmento Hu Says para el diario propagandístico The Global Times del Partido Comunista Chino (PCC), el presentador Hu Xijin dice que debe respetarse la “libertad de expresión” de Lu y que sus dichos no deberían interpretarse como una voz oficial. También dijo que Francia tiene que ignorar a Estonia, Letonia y Lituania y mantener a su embajador en París. “Creo que Francia no hará cosas estúpidas”, espetó. Hu es un vocero no oficial del régimen.

Hubo otro razonamiento llamativo de Hu: “En una charla fuera de guión con un periodista, lo que hay que enfatizar no es la exactitud, sino la cantidad de información para entender el asunto. Una charla así debe estar protegida por el derecho a la libertad de expresión”.

Podría ser apuntado como risueño sino fuera trágico que en la prensa oficial de China se hable de “libertad de expresión” cuando centenares de periodistas y políticos están detenidos o viven en el exilio justamente por intentar ejercer ese derecho. “Francia en su conjunto debería proteger el derecho del embajador Lu a expresarse”, insiste Hu en su video. No pudo confirmarse si una vez terminada la grabación hubo risas tras las cámaras.

Lo cierto es que el embajador Lu Shaye no es un improvisado. Menos un amateur. Hace cuatro años que está en París y conoce cómo sentarse frente a un periodista y no dejarse intimidar. Es, como se dice en la jerga diplomática china, un wolf warrior, un “lobo guerrero”, un delegado que responde cada crítica con dureza y sin eufemismos. Se autopercibe, de acuerdo al diario italiano Corriere della Sera, como “un soldado contra las hienas”.

Las palabras del embajador quizás oculten otro mensaje. Tras la visita de Macron a China, el régimen cree haber encontrado una grieta entre sus rivales occidentales, que son los mismos que tiene su socio Rusia. Fue luego de que el presidente francés dijera en una entrevista que en caso de una invasión a Taiwán esa crisis… no debía ser considerada como propia y que no tendrían que seguir a Estados Unidos. Xi Jinping se mostró complacido por esas palabras.

Lu Shaye dejó de lado el discurso de neutralidad y reveló lo que realmente piensa el régimen de Xi Jinping

El tema de la soberanía de la isla democrática es prioridad para Beijing. Una obsesión. Las supuestas condenas a la invasión rusa a Ucrania siempre fueron tibias. El régimen habló de “respeto de la soberanía”, pero no hizo referencia respecto a quién había violado esa soberanía o hasta dónde llegaba la soberanía y las fronteras de Ucrania. Lu tal vez haya puesto luz sobre ese ítem para sembrar confusión hacia el futuro y los propios planes. ¿Estaba en verdad hablando sobre Taiwán?

Taiwán nunca estuvo bajo el control de la República Popular China, la nación comunista de Mao Zedong nacida en 1949. De hecho mantiene el nombre original del país: República China. La soberanía de la isla es la gran obsesión de Xi Jinping. Y seguramente ya está pensando en instalar un relato en occidente que justifique un accionar militar. El soliloquio del embajador Lu Shaye así lo deja entrever.

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