CHAMPIONS | MILAN-NÁPOLES / Historia del Calcio en San Siro

Milan y Nápoles se enfrentan esta noche en la ida de los cuartos de final de la Champions en un duelo histórico para el fútbol italiano. Osimhen, baja muy importante en el equipo sureño.

Mirko Calemme
As
Este Milan-Nápoles de Champions será historia viva del Calcio. Los rossoneri, siete veces campeones, vuelven a aparecer tras 11 años en los cuartos, donde los azzurri no habían llegado ni con Maradona. Los conjuntos nunca se habían cruzado en Europa y en el verde de San Siro, lleno hasta la bandera, jugarán el vigente campeón de Italia y su más que probable heredero. Ingredientes para un partidazo cuyas previsiones han cambiado en las últimas semanas (sigue el partido en directo en As.com).

El Nápoles era el clarísimo favorito, pero el último parón le ha sentado fatal. El equipo regresó cansado, Osimhen se rompió (se espera recuperarle para el choque de vuelta), Simeone también (regresará en mayo), Raspadori llega tocado y, sobre todo, tuvo lugar el 0-4 del Maradona. Aunque todos lo nieguen, ese resultado le devolvió al Milan una confianza perdida con demasiados altibajos ligueros (que regresaron con el empate ante el Empoli) y confirmó que el cara a cara entre sureños y milanisti siempre es igualado e imprevisible.


En la Serie A, los primeros ganaron en el Meazza y los segundos en Fuorigrotta, cancelando el ‘factor campo’ que en la Champions puede marcar la diferencia. La actual emergencia ofensiva, teóricamente, podría empujar al Nápoles hacia un partido más defensivo, tanto para complicarle la vida al Milan (que sufre ante rivales cerrados) como para golpear con las transiciones, algo mucho más difícil sin Osimhen. Los partenopei, sin embargo, necesitan la pelota y lo normal es que la buscarán como siempre, “sin llorar” por las bajas, como dijo su entrenador. El Milan dependerá de su solidez, de las ideas de Brahim, que en las grandes citas casi siempre sale a hombros, y de su banda izquierda: si Theo y Leao tienen su noche, los 90′ se pueden hacer muy largos para cualquier rival. Pioli afirmó que “soñar llevó a un scudetto inesperado”, Spalletti invitó a Guardiola a tomar un “café turco”: más allá de pretáctica, ambos creen. Buena señal.

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