El
Maradona será una caldera para recibir al Milan en un enfrentamiento
legendario. Spalletti recupera a Osimhen, que volverá a ser titular tras
su lesión.
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La Curva Sud de San Siro, hace seis días, antes del saque de inicio con el Nápoles presentó un espectacular tifo. Polichinela, clásico personaje napolitano de la Comedia del Arte, aparecía asustado debajo de un diablo, símbolo del Milan. La paz entre los ultras y De Laurentiis tuvo lugar demasiado tarde (el sábado) para organizar una respuesta a la altura, pero la primera diferencia respecto al 0-4 liguero será justo el estadio Maradona (sigue el partido en directo en AS.com). En lugar de silencio, tensión y peleas habrá una caldera azzurra (con algún tifo…) para darle energía sobre todo a la segunda gran diferencia, que lleva nombre y apellido: Victor Osimhen. Las lesiones le impidieron al nigeriano, futbolista más decisivo de los partenopei, jugar en los tres enfrentamientos entre rossoneri y azzurri de este curso, y los 20 minutos disputados con el Verona el
pasado sábado (con un disparo al larguero) demostraron que está
absolutamente listo. Su constante movimiento arriba debe hacer olvidar las bajas de Spalletti, que se quedó sin dos pilares como Kim (sustituido por Juan Jesús, que habló en rueda de prensa) y Anguissa (cuyo lugar ocupará Ndombelé) por sanción. Hubo una enorme polémica por sus amarillas.
El Milan, en cambio, llega con su equipo de gala y listo para disputar el encuentro ideal para sus características. Los rossoneri han construido un fortín en la Champions, en la que llevan cinco partidos seguidos sin encajar goles. Le dejarán la iniciativa al Nápoles e intentarán hacerle daño con las transiciones, a menudo imparables, de Theo, Leão y Brahim. Los tres fueron decisivos para callar al Maradona en la Serie A y tienen una oportunidad única por delante: devolver al Milan una semifinal de Champions por primera vez tras 16 años que, salvo sorpresas, se jugarían en un inolvidable derbi della Madonnina. El Nápoles, en cambio, nunca había llegado ni a los cuartos. Pase lo que pase, será histórico.