Camavinga, solución doble

El francés es el ‘3′ titular de Ancelotti... y también ha superado a Tchouameni como pivote defensivo. En las noches grandes ya no es revulsivo, sino indiscutible.

Fernando S. Tavero
As
La pregunta sobre Camavinga (20 años) ya no es el cómo, sino el dónde. Que Cama es ya titularísimo para Ancelotti es una obviedad. El lugar a ocupar en el terreno de juego es una historia bien diferente. Porque el de Cabinda ha hecho de su polivalencia su mayor arma. Si se descose el lateral izquierdo, ahí está Eduardo. Si es la sala de máquinas la que necesita remiendo, el ‘12′ acude a la llamada. Carletto no duda. Camavinga se ha convertido en solución para dos problemas.


Camavinga ha sido titular en los cuatro partidos de fase eliminatoria de la Champions. Contra el Liverpool hizo las veces de ancla defensiva, mientras que frente al Chelsea disputó ambos encuentros de tres. Pivote es una demarcación en la que ha superado a Tchouameni en el orden preferencial de Ancelotti. Y es que, si el Mundial ha servido como impulso para el ex del Rennes, a Aurélien se le está atragantando su rendimiento desde entonces. De hecho, las tres últimas titularidades ligueras de manera consecutivas del futbolista llamado a ser heredero de Casemiro obedecen al plan rotacional de un Madrid que, desde la derrota en el Camp Nou (2-1), mira LaLiga más como un banco de pruebas que como a un título que echarse al zurrón.
Saltaron chispas en su duelo con Reece James.
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Saltaron chispas en su duelo con Reece James.Antonio VillalbaGetty

No obstante, es como lateral izquierdo como Camavinga se ha abierto hueco en el once fetiche de las grandes noches recientes. Una alineación que ha repetido Ancelotti en la remontada copera contra el Barça y la eliminatoria de cuartos de la Champions ante el Chelsea. Kroos ejerce como stopper y Cama aparece en el costado izquierdo. La lesión de Mendy y la confirmación de que Carletto prefiere a Alaba como central le abren todavía más las puertas del carril zurdo, pero su rendimiento está siendo tan buen valedor como las necesidades del equipo.

El derroche físico de Camavinga, su capacidad de anticipación, facilidad para sacar en balón en momentos tensos e intensidad para salir vencedor de los duelos (con 8,24 por partido, es el líder del Madrid) opacan ciertas lagunas tácticas que aún presenta. Por momentos se le ven costuras, como en la primera parte contra los blues, donde Kanté y Reece James, con quien saltaron chispas en varias ocasiones (una entrada del inglés fue merecedora de tarjeta naranja), le metieron en problemas hasta que Ancelotti cambió de perfil a Valverde para que le echara un cable. Pero con la superioridad física que presenta logra corregir ciertos errores de novato que poco a poco debe ir puliendo. Naturales al no tratarse de su demarcación favorita. Algo que él mismo se encarga de confirmar. “Todavía no”, respondía entre risas a Canal + Francia tras el partido en Stamford Bridge.

Aprendizaje

La misma cuestión que planteábamos al inicio se la lanzaron, también en Canal + Francia, a un Tchouameni que antes que rival es amigo. ¿Camavinga es mejor en el lateral o en el medio? Aurélien soltó una carcajada, demostrando que la competencia entre ambos es sanísima, mientras trazaba el halago: “Es genial en todas las posiciones”. “Jugar de lateral le ayuda mucho en su conocimiento táctico. Le puedes poner donde quieras, no cambia mucho. En el futuro será un gran pivote, un gran medio. Cuando juega de lateral puede aprender cosas defensivas que le ayudarán”, explicó Ancelotti recientemente, dejando entrever que, en estos momentos, le ve tan tres como cinco.

Esta temporada, sin ir más lejos, ya ha disputado once de sus 48 partidos como lateral izquierdo. En 30 ha sido titular, por 18 como suplente. Y en las noches señaladas del calendario en 2023, véase en los últimos cuatro encuentros de Champions o en los dos últimos Clásicos (pivote en Liga, lateral en Copa) ha alternado demarcaciones. En el Real Madrid cuentan con él como parte de la sala de máquinas del futuro, pero su presente, por mucho que reniegue, no se entiende sin esa permuta posicional. Una polivalencia que se ha convertido en su ying, pero también su yang.

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