Alonso baila al ritmo del campeón
El español y Verstappen son los únicos que han subido al podio en Bahréin, Arabia Saudí y Australia, tres escenarios opuestos que hacen soñar con más a Aston Martin.
Alonso y Verstappen son los únicos pilotos que han subido al podio en Bahréin, Arabia Saudí y Australia. Las casualidades se han convertido en rutina porque, más allá de los tres terceros del asturiano, lo verdaderamente importante es que han llegado en tres circuitos completamente opuestos en los que el Aston Martin se ha adaptado de forma magistral. Y eso quiere decir que el monoplaza funciona. La escudería de Silverstone es ahora mismo el segundo equipo de toda la parrilla y aunque ha recibido amenazas de otros rivales como Alpine, que se ve a la altura del coche verde este mismo verano, lo único inquietante para el jefe de filas es saber cuándo llegará la primera victoria. Porque “los podios están muy bien... pero para el jefe no es suficiente, quiere más”. Y hay que dárselo.
Fernando reconoce que no estarán “contentos con un cuarto, tercer o segundo puesto”, sin embargo, muestra algo más de prudencia en ese aspecto y es algo más realista: “Quizás no estemos preparados para ganar ya”. ¿Cuándo podrán estarlo? Las mejoras y el trabajo en la fábrica serán claves para ello. En 2022 la escudería británica fue la que más tiempo consiguió reducir con respecto a Red Bull al final de temporada y para terminar de culminar la misión, probarán novedades “en Bakú, Ímola, Montreal y algunas en Silverstone”, como anunció Mike Krack, team principal de Aston Martin.
La estrategia en el equipo está bien definida, “cada pequeña evolución la traeremos (a los circuitos) tan pronto como esté lista, en lugar de esperar a agrupar todo en paquetes grandes”, y en todas esas pequeñas mejoras esperan encontrar las décimas que necesitan para asaltar el primer escalón de un podio, donde Alonso sólo fue tan decisivo en sus años de campeón. La última vez que el asturiano hizo tres de tres en las carreras inaugurales fue en 2005 y 2006, dos temporadas en las que al volante de un R25 y R26 que jamás partió como gran favorito, algo de lo que ahora tampoco presume el Aston Martin, se convirtió en bicampeón gracias a un monoplaza que sólo necesitó funcionar en todos los trazados.