Un experimento arriesgado

El Real Madrid valora firmar un delantero de emergencia para el curso que viene, antes de lanzarse en 2024 a por Mbappé o Haaland. Hay ejemplos de éxito; también otros de claro fracaso.

Manu de Juan
As
El Real Madrid sufre en estos momentos un debate interno a raíz de la situación de su delantera. Benzema cuajó un Clásico decepcionante y ahondó en una sensación, la de que a sus 35 años, le va a costar cada vez más mantener el nivel que mostró el curso pasado (44 goles en 46 partidos). Ancelotti ya ha reclutado para el primer equipo a Álvaro Rodríguez, del Castilla, pero la gran inversión en el ataque está planeada para 2024, cuando Mbappé y Haaland volverán a ponerse a tiro, y hasta que llegue ese verano quedará todo el curso 2023-24, en el que tres son las opciones.

Y son: tirar con Benzema y Álvaro y confiar en que entre ambos y los secundarios del equipo, alcanzará para sacar la campaña adelante; hacer un fichaje importante, sin mirar demasiado por el precio, a la espera de que siga teniendo encaje más allá de 2024; y firmar un futbolista de perfil medio a coste bajo, que venga con el rol de suplente asumido y que pueda hacerle cierta competencia a Benzema. Esta última opción es la más lógica, pero también la más arriesgada. El Madrid tiene ejemplos de sobra para justificar hacerlo; también para no hacerlo. Repasamos algunos casos.

Van Nistelrooy

Probablemente, el ejemplo más luminoso de esta lista. El holandés, peleado con Sir Alex Ferguson en el United, salió por apenas 15 millones de euros con 30 años y recaló en el Madrid, en el que acababa de ganar las elecciones Ramón Calderón, con Pedja Mijatovic como director deportivo. Sus credenciales como goleador eran inapelables: 77 goles en 90 partidos con el PSV y 150 en 219 encuentros con el United, nada menos.

El Madrid recurrió a su fichaje ante la caída evidente del rendimiento de Ronaldo (saldría sólo seis meses después) y la falta de tirón del equipo para ir a por los mejores delanteros de Europa (empezaba el equipo su racha de quedarse fuera de la Champions en octavos). Y pese a que no mantuvo su media goleadora de los años de plenitud, Van Nistelrooy dio la talla: 64 goles en 96 partidos, fue máximo goleador de la Liga 2006-07 con 25 dianas y ganó dos Ligas y una Supercopa de España.

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HELIOS DE LA RUBIADIARIO AS

La llegada de los Cristiano, Kaká, Benzema y compañía le cerró las puertas y se marchó en enero de 2010, aunque hubo un intento de traerlo de vuelta en 2011 tras una lesión de gravedad de Higuaín, cuando jugaba en el Hamburgo. La afición del Bernabéu guarda un gratísimo recuerdo de él, que le transmitió en su despedida.

Huntelaar

Precisamente una lesión de gravedad de Van Nistelrooy, durante la temporada 2008-09, llevó al Madrid a firmar a Huntelaar procedente del Ajax; con él jugaba allí un uruguayo llamado Luis Suárez, al que el equipo blanco no hizo mucho caso. Se acabaría yendo al Liverpool y de ahí daría el salto al Barcelona, años después. El holandés había firmado dos temporadas consecutivas de 36 goles, aunque en los años posteriores su nivel había caído ligeramente. Pese a ello, el Madrid desembolsó 27 millones de euros en enero de 2009 para traerlo.

Todo fue un despropósito en el caso de Huntelaar, aunque su paso por el Madrid quedó opacado por otros más graves, como el de Faubert, cesión de seis meses que apenas disputó unos minutos y fue famosa por su costumbre de quedarse dormido en el banquillo. Para empezar, se trataba de un jugador de área pequeña, un rematador puro sin demasiada capacidad para hacer nada más y aquel Madrid tenía graves problemas para generar ocasiones. Con todo, hizo 7 tantos en 1.122 minutos (uno cada 160′).

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AP

Y para colmo, no pudo jugar Champions, pues el Madrid firmó en ese mismo mercado a Lass Diarra y ambos habían jugado la Copa de la UEFA; por entonces, sólo podía inscribirse a un jugador en esas condiciones, la norma se cambió a raíz de ese caso, por las quejas del Madrid. Pero ese curso no hubo solución de emergencia y el elegido por Lass. En verano volvió Florentino, firmó a Kaká, Cristiano y Benzema para el ataque y el estallido goleador de Higuaín (24 goles) llevó al Madrid a traspasar a Huntelaar al Milan tras sólo seis meses, por 15 millones. Cada gol del holandés le costó al Madrid 1,7 millones, salario aparte.

Adebayor

Un caso extraño, el del togolés, que llegó cedido desde el Manchester City en enero de 2011 tras una grave lesión de Higuaín que llevó a Mourinho a decir su mítica frase, en relación a Benzema: “Si no tienes el perro, cazas con el gato; pero cazas menos”. El africano cayó de pie en el Madrid y dejó números decentes: 8 goles en 1.117 minutos, uno cada 140′.

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Mourinho le dio mucho peso: fue titular en Champions hasta que se recuperó Higuaín, firmando un doblete en cuartos ante el Tottenham; y salió desde el banquillo en la final de Copa ante el Barça en Mestalla, la del 1-0 con cabezazo de Cristiano, para jugar los minutos más importantes. Cuando acabó su cesión volvió a Inglaterra, pero dejó sensación de trabajo bien hecho en el Bernabéu.

Chicharito

Tras la marcha de Higuaín del Madrid al Nápoles, el equipo blanco se quedó sólo con Benzema para el puesto de ‘nueve’, aunque realmente el que ostentaba ese cargo en el Madrid era un Cristiano en plenitud. En la 2013-14 el suplente del francés fue Morata, que se fue a la Juventus por la nada desdeñable cantidad de 20 millones, y el Madrid tuvo que buscar en el verano de 2014 una alternativa de emergencia para tener algo en el banquillo por si Benzema se resfriaba. Y el elegido fue Chicharito Hernández, que apenas disponía de minutos en el United.

Fue una temporada complicada para el mexicano, pues Ancelotti, durante su primera etapa en el Madrid, no era nada amigo de las rotaciones en ataque. Apenas disputó 1.356 minutos en toda la campaña, anotando la nada desdeñable cifra de 9 goles (uno cada 151′). Para el recuerdo, su gol en la vuelta de cuartos de Champions para eliminar al Atleti en el Bernabéu, en un duelo en el que fue titular por la ausencia por lesión de Benzema y en el que volvió loca a la zaga rojiblanca, especialmente a Godín. Su paso por el club no dejó demasiado poso, pero su actitud siempre fue intachable y cuando jugó, hizo goles.

Mariano

El hispano-dominicano, que terminará contrato este verano en el Madrid tras cinco años, se vio en 2018 con la misión imposible de llenar los zapatos que había dejado vacíos Cristiano, el máximo goleador histórico del club blanco (450 goles). Hasta heredó el ‘7′. Su fichaje tuvo cierto componente de casualidad: el Madrid traspasó al Lyon el 65% de su pase y se guardó un derecho de tanteo, que ejerció un año después tras el gran rendimiento que mostró en la Ligue1 (21 goles).

Esperó a que un equipo (en este caso el Sevilla) pactase una cantidad con el Lyon (35 millones) y ejecutó su opción de tanteo, pagando la parte del pase que no poseía; le costó algo menos de 23 millones, de los que había que descontar los 8 que había recibido. Coste total de la operación, 15 millones, además de un salario importante para el hispano-dominicano, por encima de los cuatro millones de euros netos.

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JUAN AGUADODiarioAS

Pero todo se torció para él: Lopetegui, su gran valedor, fue despedido a las pocas semanas de empezar el curso, y contó poco o muy poco para Solari, Zidane y Ancelotti. En los últimos días se está viendo que el italiano prefiere ya al canterano Álvaro Rodríguez. Pudo salir cada verano, pero no quiso renunciar a sus condiciones económicas y sus cifras en el Madrid (12 goles de blanco, de los cuales 5 llegaron antes de marcharse a Lyon). En cinco temporadas y media en el equipo apenas ha sumado 2.116 minutos y las lesiones han sido una constante para él, si bien cuando sale, lo da todo, hasta el punto de hacerse daño por su ímpetu. Este verano, ya en libertad, seguro que tendrá ofertas.

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