SEVILLA 2 - FENERBAHÇE 0 / Sevilla League

Tras una primera parte infausta, el equipo de Sampaoli deja encarrilada la eliminatoria. Cada vez que pasó a cuartos de final, campeonó.

José A. Espina
As
No diga Europa League, diga Sevilla. El equipo de Nervión fue capaz reponerse a un primer tiempo infausto, de pena, para marcar dos goles durante la segunda mitad y deja así encarrilada una eliminatoria de octavos que a falta de la vuelta y a pesar de los tremendos problemas clasificatorios en LaLiga ponen al equipo de Nervión al borde otra vez de la historia: cada vez que pasó a cuartos en esta competición (seis veces), el club blanquirrojo acabó ganando la competición.

Con el enfado común de una hinchada acostumbrada a los laureles y que ahora flirtea con el descenso, el Pizjuán presentaba una de las peores entradas europeas que ha tenido mucho tiempo, poco más de 20.000 espectadores (la mitad). Qué hacer cuando el propio sevillismo te abandona pensando en el domingo porque viene el Almería y da muchísimo miedo (claro) bajar a Segunda.

No era por tanto extraño que el equipo de Sampaoli cuajara una primera mitad para enmarcar pero en el museo de los horrores del Sevilla, con el Fenerbahçe metiendo mano en el caos compuesto por otra desastrosa defensa de cinco de Sampaoli. Joshua King se relamía entre líneas y suyas fueron dos de la tres clarísimas ocasiones que entre Dmitrovic y el limbo se llevaron por delante. La otra la tuvo el goleador Enner Valencia de cabeza, pero también con el punto de mira desviado.

En otras épocas y otras competiciones, el sevillismo que quedaba en el estadio habría dimitido. Pero en Europa League, ¿qué me está usted diciendo? Aquí se habla con la ‘s’ de Sevilla, esta competición lleva traje de gitana y toca las castañuelas. Una tecla tocó apenas Sampaoli (Jordán por Telles) para llenar el centro del campo y darle una vueltecita, sin alardes, al partido. No es que el Fenerbahçe dejara de acercarse a Dmitrovic, es que los nervionenses tocaban pelo casi cada vez que ponían pie en el área turca.

Un defensa turco le desvió a Jordán el 1-0 cuando la segunda parte comenzaba a componerse (56′) y desde la esquina de Luis Montoto con la Gran Plaza hasta el Puente de los Bomberos sabían ya que al Sevilla no se le iba a escapar el asunto, muy al contrario. Valencia, Guler, hasta Batsuahi recién salido intentaban igualar el marcador pero el que hizo el 2-0 era Lamela (85′) cuando quedaba apenas tiempo para pensar ya en el infierno turco y en algún dios extraño que detenga a este Sevilla antes del sorteo del próximo viernes 17. Porque el que avisa no es traidor: como pase a cuartos, vayan reservando sitio para la final de Budapest y hasta poniendo un siete (de copas) en el marcador...


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