San Lorenzo perdió y se quedó sin punta

Olé

Y un día San Lorenzo volvió a perder. Pese a que todos sabían que en algún momento el tropezón iba a llegar, lo que dolió fue la manera. Porque fue superado. Porque no lastimó. Porque dejó mucho que desear. Porque se cortó la racha de seis partidos sin derrotas (cinco por el torneo y uno por la Copa Argentina). Y porque no pudo recuperar la punta de la Liga Profesional, que ahora está en manos de River.


El Ciclón estuvo muy lejos de la versión que lo llevó a la cima del campeonato, esa que lo convirtió en un equipo duro, lleno de convicción y casi sin grietas. La Lepra lo superó en los minutos iniciales como ningún otro rival en toda la temporada: tuvo frescura, determinación y fue punzante en los últimos metros. ¿Qué le faltó? Aprovechar algunas de las oportunidades que creó, un pecado que le pudo haber costado carísimo.

Ruben Darío Insua se agarraba los pelos, se tapaba los ojos y maldecía por dentro. Las complicaciones que evidenciaron sus jugadores en la marca lo llevaron a que tuviera que gastar rápidamente un cambio para tratar de acomodar las piezas (Gonzalo Luján entró por Ezequiel Cerutti y Jalil Elías paso a la mitad de la cancha para que Agustín Martegani se volcara a la izquierda). Porque Carlos Sánchez se vio desbordado por Iván Gómez y Cristian Ferreira, los volantes internos que jugaron a las espaldas del colombiano. Porque Brian Aguirre y Ramiro Sordo se cansaron de ganar por los costados y de llegar con peligro.

Antes de los 10’ iniciales, el local contó con tres chances bien claras para abrir el marcador. Esos fueron los momentos más críticos de una visita que se sintió incómoda en todo momento, que no tuvo la pelota y que tampoco consiguió salir rápido de contra. Augusto Batalla volvió a demostrar el gran presente que tiene al taparle un mano a mano a Ferreira. Y poco después, Federico Gattoni le ahogó el grito en la línea a Jorge Recalde. ¿Más? Sí, Gómez no pudo conectar a tiempo un centro ante la buena presión del arquero.

LA SALIDA DE CERUTTI

En el complemento, el Gallego trató de ajustar los desacoples y no sufrió tanto. Sin embargo, el equipo no tuvo potencia ofensiva, no contó con situaciones de peligro y apenas inquieto con el ingreso del Perrito Barrios. Y cuando se empezaba a conformar con el punto para seguir sumando como visitante, Jeremías Pérez Tica tiró un centro perfecto para la aparición de Jorge Recalde, quien se metió entre Gastón Hernández y Malcom Braida para definir y desatar la locura en Rosario.

Recién con el 0-1, San Lorenzo intentó una leve reacción ante la necesidad de salir del fondo para ir en busca de la igualdad, aunque no cambió la ecuación. Así, Ñuls se acomodó y le impidió al Ciclón volver a la punta. Parqué te traje.


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