River le ganó a Unión y es más puntero que nunca

El equipo de Demichelis festejó por quinta vez al hilo y se afianzó en lo más alto de la tabla.

Hector Salerno, Olé

Los mira a todos desde la cima de la Liga Profesional y no siente los efectos de la altura. Es más, la disfruta porque acá la pelota vaya si dobla, como en la exquisita volea de Ignacio Fernández. A un toque, pocas veces a dos, fue Unión el que se quedó paulatinamente sin oxígeno por correr en gran parte del partido como si estuviera en un loco en el Monumental. Y hasta la alcanzapelota, Delfina Lombardi, voló para asistir a De la Cruz y ser la autora intelectual del lateral que terminó en el 1-0. Porque antes de viajar a los 3.600 metros sobre el nivel del mar de La Paz para el estreno de la Libertadores, River se concentró en lo inmediato, encaró el partido como una final y se aseguró rápido terminar la fecha solito en la punta, con compromiso y voracidad a pesar de una mínima diferencia que no refleja lo que se vio en los 90’, con un rival que se vio superado de principio a fin.


Inmerso en la atmósfera que dejó una emotiva previa con el homenaje a los ex Combatientes de Malvinas, el equipo de Demichelis salió a batallar con la mira en el arco rival. Y la decisión de poner a De la Cruz a pesar de que sólo completó un entrenamiento en la semana fue un pleno del DT. Suelto en el medio, con ese despliegue que lo convierte en una pieza irremplazable, recibió las primeras dos faltas en 4’, tuvo la astucia de reanudar rápido desde la banda para que Paradela y Nacho hicieran lo suyo, y hasta que salió para ser preservado por la tenditis que lo tiene a maltraer demostró que no puede faltar.

La máquina que pretende armar Demichelis se acerca cada vez más al funcionamiento ideal. Haber ganado todos los partidos en marzo y completar cuatro partidos (oficiales) al hilo sin recibir goles -la valla número 100 de Armani fue otro motivo de festejo- le da la confianza de haber encontrado una zaga de confianza con un pilar como Leandro González Pirez, que se cansó de cruzar a puro timing en una versión completamente opuesta a la de 2022. Y con los laterales definitivamente como aviones por las bandas, la posición de Enzo Pérez entre los centrales cuando River ataca le aporta pase claro en salida y a la vez equilibrio para no quedar expuesto atrás.

Con el corazón del capitán multiplicado por la mitad de la cancha, el manejo de los tiempos de Nacho y un Beltrán astuto para tirarse a los costados ante una defensa férrea, a este River sólo le falta aceitar la puntada final, lo que lo llevó a no poder cerrar el partido frente a un equipo de Munúa que no levanta: lleva 15 sin ganar de visitante y podría terminar la fecha último.

Esa sería la mitad del vaso vacío en una noche de Núñez otra vez a estadio repleto. Y la llena, valga la redundancia, es que se llenó de chances de gol. Un anticipo de EP como en sus viejos tiempos que terminó en un remate apenas desviado de Paradela; un disparo de Aliendro que se fue por poco; Vera la sacó sobre la línea; Nacho Fernández le pegó dos veces al arco y no pudo con Paradela y Beltrán, que protagonizaron una jugada insólita y actuaron como si fueran defensores del Tatengue.

Aunque los nervios de los hinchas ante cada chance despilfarrada se trasladó a la cancha y generó suspenso en el tiempo de descuento, River dejó hasta el último aliento, festejó el triunfo y ahora irá a al Hernando Siles a enfrentar a The Strongest con la tranquilidad de haber estado a la altura y seguir como líder.


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