River ganó un partidazo amistoso en Salta

El equipo de Demichelis, con suplentes de un arco al otro, empezó perdiendo frente a Universidad de Chile y se lo dio vuelta para festejar por 4-3.

Nico Berardo
Olé
El viaje a Salta fue productivo para River. Porque el plan de Martín Demichelis era básicamente aprovechar el amistoso frente a la Universidad de Chile para observar a sus alternativas más relegadas en un partido con un nivel de exigencia superior al de un entrenamiento formal en el Camp. Y acabó llevándose, el deté, conclusiones positivas del Padre Martearena.


Israel Poblete 6' (UCH), Cristian Palacios 18' (UCH), Andrés Herrera 20' (RIV), Miguel Borja 49' (RIV), Esequiel Barco 58' (RIV), Pablo Solari 68' (RIV), Leandro Fernández 88' (UCH)

Es cierto que su River comenzó sufriendo los retrocesos -un problema casi patológico en el último tiempo, heredado del ciclo MG- y que a los 18 minutos ya iba perdiendo 0-2 (error no forzado de Centurión en el 0-1: se le escurrió la pelota; falla de Mammana al salir a cortar en el segundo). Sin embargo, cuando el equipo se acomodó tácticamente el rendimiento subió. Principalmente porque hubo rendimientos individuales que se acercaron a los estándares de calidad pretendidos por el entrenador.
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Porque Herrera, por ejemplo, no sólo se movió por afuera, rompiendo líneas para desbordar -así convidó dos asistencias, la segunda un pasito adelantado- sino que además apareció por adentro resolviendo ataques como en el gol del descuento. Porque Palavecino además validó la confianza que había mostrado en su ingreso frente a Sarmiento, aportó despliegue jugando como #5 pero luego fue decisivo en la génesis del 3-2 con una finta deliciosa. Porque Pablo Solari marcó un gol después de una semana dolorosa por el fallecimiento de su abuela, exhibió la tensión de antaño en tándem con Herrera y marcó para desahogarse. Porque Alfonso siempre quiso ser opción. Y también porque Barco, siempre desordenado pero filoso, volvió a llegar al gol como Borja, un ariete siempre necesitado de festejos, sobre todo en tiempos de alta competencia en el puesto por el nivel de Beltrán y la llegada de Salomón Rondón.

¿Qué se llevó Demichelis? Alternativas positivas que deberán validar lo que hicieron en el Martearena ya por los puntos, cuando la vara esté más elevada y la doble competencia obligue a rotar con mayor frecuencia. Y en esa línea también hubo juveniles que se mostraron: aunque el estreno más destacado fue el de Matías Gallardo, el pibe Seba Sánchez aportó firmeza como volante central, y Esteban Fernández, Zabala, Flores y Trindade siempre se ubicaron intentando ser recepción en el toque. Aun cuando después de los siete cambios la contextura del equipo perdió rigidez y el flujo de juego bajó y le permitió a la U acortar distancias en un partido que Demichelis atesorará por las soluciones que, a la vista, el salto de la banca le permitió encontrar.


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