Qué puede pasar con Ibarra luego de Boca-Olimpo

El Negro llega en la cuerda floja: una derrota lo deja afuera ¿y una victoria lo salva? Acá, todos los detalles.

Leandro Contento, Olé

Hugo Benjamín Ibarra es uno de los jugadores con más presencias y de los que más ganadores de la historia de Boca. Es el 15° que más partidos jugó y el 3° con más vueltas olímpicas. Y ahora, también podría quedar en los libros como uno de los DT con menos partidos dirigidos en de últimos tiempos en el club: apenas 36. Sí, pese a haber logrado dos títulos (Liga Profesional 2022 y la Supercopa Argentina 2023), los tres partidos sin triunfos, sumados a un evidente bajón futbolístico del que el equipo pareciera no poder salir, dejaron al Negro con un pie y medio fuera del cargo. ¿De qué depende su futuro? De lo que ocurra esta noche en el estreno del Xeneize en la Copa Argentina. Aunque ni siquiera un triunfo ante Olimpo le aseguraría la continuidad. A menos de dos semanas del inicio de la Libertadores, Ibarra ya no tiene el respaldo de Riquelme y los miembros del Consejo de Fútbol y ya comenzaron los llamados para encontrarle reemplazante. ¿Resistirá?


La derrota ante Instituto en la Bombonera tuvo aroma a fin de ciclo. En la cancha, el propio Riquelme dejó el palco tras el tercer gol de la Gloria y la gente de Boca mostró su descontento no sólo con el DT sino también con algunos referentes, quienes se retiraron silbados de la cancha (Villa, Benedetto, Pol Fernández, Fabra). Algo, evidentemente, se cortó.

El recuerdo de las dos consagraciones de Ibarra (una, a medias con Battaglia) ya no son suficientes para sostener a un entrenador que, de acuerdo a la visión del vice, dio una mano en un momento complicado, pero no cumplió las expectativas. JR, de hecho, ni siquiera estará hoy en el Chaco. Esta tarde participará de un partido en España por los festejos del centenario del Villarreal. Y el domingo pegará la vuelta para estar el lunes en Asunción para representar al club en el sorteo de la Libertadores.

Si bien Román ya se había comprometido con la directiva del Submarino Amarilla, el 10 eligió viajar de todos modos a Europa a pesar del mal momento del equipo y ante un hipotético escenario de cambio de DT. De tener que tomar una decisión, bajará las directivas desde Villarreal (el partido comienza a las 14 de Argentina) y se centrará de lleno en la búsqueda de un sucesor.

En Boca entienden que sólo “una catástrofe deportiva” podría dejar al equipo fuera de la Copa Argentina. Pero el problema, consideran, va mucho más allá. Con el arranque de la Libertadores a la vuelta de la esquina, el gran objetivo de Boca en el 2023, el equipo sigue sin encontrar un funcionamiento y los cambios de Ibarra tampoco parecen surtir efecto. En un año político, Boca (y particularmente Riquelme) no pueden darse el lujo de no pelear esa competencia. Hoy, de hecho, Ibarra volverá a meter mano en el 11. Aunque puede que sea demasiado tarde.

“Es un partido de fútbol, muchachos. Nosotros vamos con la idea de poner lo mejor y de tratar de ganar el partido. Después lo que pueda pasar luego de los 90 minutos no lo sé, en este momento no puedo pensar en otra cosa ahora más que en Olimpo. Pese a los cuestionamientos, Boca es el último campeón. Confío en que vamos a mejorar”, dijo el DT en medio de los cuestionamientos, sin poder dar demasiadas certezas con respecto a su futuro después de este partido.

Mientras tanto, en Boca hay un interinato del club preparado en caso de una emergencia y también empiezan a barajarse algunos apellidos no vinculados al club). Incluso, es casi un hecho que el posible reemplazante del Negro no será un hombre de la casa sino un entrenador de otro perfil, con otra experiencia y otro roce internacional. En esa lista figurarían, por ejemplo, Gerardo Martino y Néstor Pekerman, quienes hoy se encuentran sin trabajo. Sin embargo, el Tata, principal apuntado por la dirigencia, no aceptaría charlar con Boca mientras Ibarra se mantenga en el cargo y tampoco tendría intenciones de dirigir en la Argentina.

Boca llegó a Chaco pasaditas las 16.45 de ayer, escoltado por cientos de hinchas que acompañaron al micro desde el aeropuerto de Corrientes hasta el hotel de concentración. Mientras los jugadores firmaban autógrafos contra las vallas, Ibarra bajó rápidamente del ómnibus e ingresó al hall sin tomar contacto con los fanáticos, que a pesar del momento del equipo acompañaron en gran número y tiraron buena onda.

Para Ibarra, claro, no será un partido más. ¿Será el último?


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