Murió Romualdo Arppi Filho, el árbitro brasileño que dirigió la final del Mundial de México 1986 entre la Argentina y Alemania

A los 84 años, en la ciudad de Santos, falleció el reconocido juez que vivió más cerca que nadie la consagración de Diego Maradona y el seleccionado conducido por Bilardo

Con una extensa carrera en el arbitraje, Arppi Filho fue el segundo brasileño en arbitrar una final de un Mundial después de Armando Cézar Coelho, quien condujo en España 1982 el partido en el que Italia venció a Alemania por 3-1. El juez también tuvo un historial en tres ediciones de los Juegos Olímpicos: Ciudad de México (1968), Moscú (1980) y Los Ángeles (1984). En 1986 fue nombrado el mejor árbitro del mundo por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS).

El árbitro Romulado Arppi Filho es seguido por Sergio Batista y Maradona en la final de México 86
El árbitro Romulado Arppi Filho es seguido por Sergio Batista y Maradona en la final de México 86 - - AFP

Arppi Filho también estuvo presente en varios partidos de la Copa Libertadores en los ‘60, ‘70 y ‘80: dirigió partidos con equipos argentinos como Estudiantes de La Plata e Independiente.

Después de la histórica final en el estadio Azteca, Arppi Filho tuvo un muy buen vínculo con la comunidad argentina en Brasil, al punto que llegó a organizar partidos y torneos amateurs. En 2020, con el fallecimiento de Maradona, le dedicó unas palabras al exastro mundial y recordó como había sido su relación durante la final ante Alemania. “Con Diego nunca tuve un problema en esa final. Me pedía la hora obviamente cuando se estaba terminando el partido y los alemanes venían y pedía que siguiera por más minutos, que no lo terminara. Maradona siempre era el que tenía problemas por la violencia que ejercían contra él, nosotros cobrábamos las faltas porque le pegaban mucho”.

Maradona, con la Copa del Mundo en 1986
Maradona, con la Copa del Mundo en 1986

Arppi Filho fue la persona que vivió más de cerca la consagración de Maradona en México. “Yo lo miraba de reojo, porque sabía que mucho no faltaba, que no faltaba nada… Lo miraba de reojo al referí brasileño, Arppi Filho, chiquitito así, y cuando levantó los brazos y pegó el pitazo, ¡me volví loco!”. El relato le perteneció al propio exnúmero 10 en su autobiografía “Yo soy el Diego”. Así relató esos últimos segundos ante Alemania, poniendo en escena al encargado de imponer justicia.

En 2020, en una publicación de Clarín, el árbitro recordó haber cobrado “150 dólares por día”, apenas un viático, por su tarea en el Mundial. Arppi Filho había dirigido a la selección nacional en el partido de la primera fase contra Bulgaria y no tenía demasiadas esperanzas antes de la final porque ya venía frustrado tras no arbitrar ni en octavos, cuartos ni en las semifinales. Además, un compatriota suyo se había encargado de la final del Mundial de 1982. “La noche que Argentina le ganó a Inglaterra comunicaron los árbitros de la semifinal: fulano y fulano. Yo no pensaba que iba a arbitrar la final, porque nunca había pasado que se repitiera la nacionalidad en dos seguidas. Fue una sorpresa. Todos me abrazaban, especialmente los sudamericanos”, recordó en ese mismo reportaje.

Antes de la final del 18 de diciembre en Qatar 2022 entre la Argentina y Francia, Arppi Filho dijo ante una consulta de la agencia Télam que “no había decidido hinchar por ningún equipo” porque mantenía la forma de pensar heredada de su profesión de árbitro. Para Arppi, la carrera de árbitro había sido una suerte de bendición ya que logró dirigir casi toda la carrera de Pelé en Santos y a Maradona en la final de México 1986. “Para mí los dos deben dividir el trono del más grande”, solía decir.

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