Más presión para Laporta
Este viernes 31, el Barcelona debe cerrar el acuerdo de financiación del Espai Barça en plena Tormenta Negreira y con la Banca en crisis.
La fecha límite del 31 de marzo (el próximo viernes) era más o menos conocida como el tope para cerrar el acuerdo de financiación, pero el pasado siete de marzo en una comparecencia del presidente Laporta en el Círculo Ecuestre tomo carácter oficial. “Ahora tenemos las obras adjudicadas y la financiación ya la tenemos, pero estamos estudiando alternativas para mejorar las condiciones y nos hemos dado hasta el 31 de marzo”, dijo el presidente.
Esas declaraciones las hizo tres semanas después de que la Cadena SER destapara el Caso Negreira, que a día de hoy -un mes y medio después- se ha convertido en una bola de nieve en bajada que nadie desde el club parece poder detener. El pasado jueves la UEFA abrió un expediente al Barcelona que se solventará antes de agosto, que es cuando se sabrá si el equipo blaugrana queda fuera un año de las competiciones europeas. Una amenaza muy seria que ha puesto en guardia a los inversores del proyecto reclutados por Goldman Sachs.
Según explicaba La Vanguardia en su edición de ayer, “ninguno de los inversores se ha echado atrás, pero necesitan explicaciones obre las consecuencias deportivas” que pueda acarrear este escándalo.
En este sentido, Goldman Sachs ha enviado al Barcelona un cuestionario redactado por los posibles inversores con una veintena de preguntas que el Barça debe de responder (y convencer) ante unos capitalistas que afrontan un préstamo de 1.500 millones de euros a 26 años con un interés medio que hace unos días rondaba el 6%.
Al menos, ese era el interés antes de que en estas dos últimas semanas se desmoronara en bolsa parte del sistema bancario europeo. Si a la caída de Credit Suisse y de Deutsche Bank en los mercados le añadimos el Caso Negreira y también la desconfianza de los inversores ante el hecho de que la empresa adjudicataria de las obras del Camp Nou (que deben de empezar el 1 de junio) sea la turca Limak, el panorama no parece el más halagüeño.
La presión aumenta ante un Laporta que, a diferencia del Caso Negreira, esta semana sí o sí debe mover ficha.