Maradona y su último baile en Napoli: la oscura trama de su suspensión en Italia
Un 24 de marzo, pero de 1991, el Diez jugaba su último encuentro en el equipo italiano sin saber que, detrás de escena, se tejía una maniobra para suspenderlo por doping.
La postura de Maradona se avala parcialmente si se tienen en cuenta dos detalles. El primero, que Claudio Paul Caniggia, otro integrante de aquella selección, fue también suspendido tiempo después y tuvo que dejar de jugar en Italia. Y el segundo, que Napoli, como institución, fue absuelto de toda responsabilidad, dejando al Diez como único damnificado por la sanción.
Maradona también sostuvo, durante el resto de su vida, que Napoli estaba al tanto de su adicción y que hasta estaban "de acuerdo" con sus hábitos. "Ferlaino y Matarrese lo sabían y estaban de acuerdo. Le dije a (Giorgio) Corbelli (expresidente de Napoli) que Ferlaino me traicionó más de una vez porque hacía de cuenta que no sabía nada y estaba de acuerdo con Matarrese", sostuvo en 2001, en una entrevista con el programa televisivo napolitano Telelibera.
Como si todo esto fuera poco, cabe también analizar el "cuerpo del delito": la sustancia que tomó Maradona y el impacto en su rendimiento. El Comité de Disciplina de la Federación Italiana, presidido por el abogado Francisco d'Alessio, decidió sancionarlo con 15 meses de suspensión "al no quedar claro que el uso de cocaína fuese para mejorar su rendimiento". En otras palabras, más allá de que la cocaína sea una sustancia prohibida, a Maradona se lo suspendió por el uso de una droga social que no impactó en su rendimiento y que, según él, tanto un expresidente de Napoli como el presidente de la Federación sabían que consumía. "No voy a hablar de esto. ¿Qué querés que diga? Me hicieron 25 controles, el último salió positivo. Mirá que casualidad", disparó, enojado, Maradona tras conocerse el resultado del juicio al que decidió no asistir.
De esa manera, la historia de Diego Maradona como jugador de Napoli llegó a un abrupto final, después de 259 partidos, 115 goles y cinco títulos. De todas maneras, el idilio de un pueblo con el Diez continúa hasta hoy y el genio se transformó en mito, aunque, como creyó él, hayan querido voltearlo.