Lionel Messi cerró una semana de emociones muy fuertes con otra demostración de su brillantez en PSG y quedó a un paso de los 800 goles
El capitán argentino fue nombrado como el mejor futbolista del 2022 por la FIFA, su familia sufrió un violento ataque en Rosario y quedó al borde de una marca histórica, pero hay una constante que se mantiene: su mejor versión sobre el campo de juego
Mucho se especuló en la previa del partido sobre si lo ocurrido en su ciudad natal iba a tener un efecto significativo en lo que demostrara Messi en la cancha, pero esas dudas se disiparon casi de inmediato. Mostrándose activo y generando peligro constante desde los primeros minutos, fue una intervención instintiva, digna de delantero puro, lo que terminó abriendo el partido para su equipo, y lo ubica al borde de alcanzar una cifra imponente: 800 goles en su carrera. El número 30 buscó esa marca a lo largo del partido, que se complicó para PSG pero que finalmente repuntó para vencer por 4-2, pero buenas tapadas del arquero Alban Lafont se lo impidieron.
El compacto del partido de Messi contra Nantes
La semana de Leo no debió ser tan traumática como resultó. Fue apenas el pasado lunes que, como consecuencia de su excelente nivel actual en París y su heroico Mundial Qatar 2022 que coronó con el trofeo máximo fue reconocido con el premio FIFA The Best al mejor jugador del año pasado, en una gala donde el capitán argentino fue agasajado con la presencia de grandes estrellas del pasado y el presente. Esa misma noche supo de la decisión de Lionel Scaloni, el DT con quien alzó la Copa del Mundo, de seguir en la selección argentina por tres años más, y la cerró asistiendo a la fiesta de cumpleaños de uno de sus compañeros, Gianluigi Donnarumma.
El ataque del jueves también significó un duro golpe para un viejo sueño que se estuvo gestando con particular fuerza en los últimos días: un partido en el estadio Marcelo Bielsa de Rosario, para despedir la carrera de uno de sus amigos más cercanos del mundo del fútbol, Maxi Rodríguez. Aquella exhibición, que tenía como fecha tentativa el 16 de junio próximo, tenía también como objetivo ser un modo de acercar a la Pulga a poder vestir la camiseta de Newell’s, el club de sus amores y donde dio sus primeros pasos como jugador. Ese sueño ahora parece haberse vuelto a alejar.
Solo quienes tengan contacto directo y cercano con Messi pueden asegurar cómo esté transitando la situación, pero el Messi que se vio en el Parque de los Príncipes pareció ser el de siempre, el que cambia el curso de los partidos cuando la pelota le llega a los pies, el que puede dejar uno, dos o tres rivales corriendo detrás suyo, el que está todo el tiempo buscando su oportunidad para subir aún más la vara. Su presencia en los ataques de su equipo fue constante, siempre encontrando el pase justo o la gambeta necesaria para aumentar las posibilidades de convertir, y PSG se lo agradece. Como consecuencia del triunfo ante Nantes, su distancia en la cima de la Ligue 1 se extendió a 11 puntos, aunque el domingo Olympique de Marsella puede recortar la brecha a ocho. A principios del año parecía que la lucha por defender su corona como campeón francés iba a ser angustiante, pero desde el regreso del rosarino de Qatar esos temores se disiparon rápidamente.
Aún pesar de su gol, Messi no fue el protagonista de la noche. El que finalmente se llevó todos los aplausos y reconocimientos en aquella jornada fue Kylian Mbappé, quien a diferencia de Leo sí pudo alcanzar la marca que buscaba y alzarse como el máximo goleador histórico de PSG con 201 goles, superando los 200 del uruguayo Edinson Cavani. Pero la próxima semana le presentará a los dos un desafío que será de suma importancia para el futuro de corto plazo de su club, como lo es el viaje a Munich para remontar el déficit de 1-0 contra Bayern y mantenerse con vida en la Champions League, el torneo de máxima importancia para la jerarquía del conjunto de la capital francesa. Alcanzar la cifra de 800 goles en lo que podría ser el triunfo más importante para PSG en lo que va del año podría tener fuertes consecuencias positivas de cara a definir su futuro allí.
Posteriormente, a fines de marzo el capitán argentino tendrá una prueba diferente, pero aún más significativa: su regreso a la Argentina por primera vez desde el atentado a su familia. En principio no tendrá que pasar por Rosario, dado que sus compromisos con la selección tendrán lugar en Buenos Aires y Santiago del Estero, y por el momento su entorno descartó que necesite una custodia policial para cuando llegue ese momento. Después de todo, el enfoque de Messi no estará allí, sino en seguir luciéndose en la cancha. Y tendrá otra marca a la cual aspirar: su gol 100 con la celeste y blanca.