Levantó Boca: le ganó a Olimpo, avanzó de fase y tomó aire Ibarra

El Xeneize se recuperó 2-1 (Benedetto y Sandez) en su debut por Copa Argentina. Ahora va con Barracas o Estudiantes (BA).

Pablo Ramon, Olé

Si el ciclo de Ibarra dependía más de una actuación que de un resultado, si la imagen de equipo iba a determinar futuros inmediatos, plazos, continuidades, pues la situación no cambió mucho desde la derrota, dolorosa, contra Instituto, que puso al ciclo Ibarra en modo crisis. El triunfo posterga la debacle, pero futbolísticamente no hubo gran diferencia entre una actuación y otra. Puede que el runrún de fin de ciclo se tome un respiro, pero mientras el equipo no dé un salto de calidad consistente, mientras gane sin sobrarle nada, el escenario estará montado para el próximo traspié.


Si de actitud se trata, no hubo displicencia, mucho menos desidia, pero así y todo fue otro experimento futbolístico con sabor a poco, una función del más de lo mismo. Boca repartió el dominio con Olimpo, un rival dos categorías abajo en lo deportivo, en lo económico ni hablar, de la mano de un esquema condenado al encierro: Ibarra puso dos nueves y ningún mediocampista con vocación de desborde, pero al menos esta vez lo corrigió a tiempo.

Entonces, Boca llegaba a tres cuartos para morir en centros anunciados, y lástima que se retiró Mauro Laspada, sino se hacía un picnic. Después de una siesta de media hora, Boca se empezó a animar mandando a sus laterales al ataque. Avisó Weigandt con un centro bajo y fuera del área para que Merentiel probara y se le fuera lejos. Y casi a la jugada siguiente, oootro centro anunciado desde la derecha terminó con el arquero despejando con el puño. La pared Sández-Pipa-Sandez terminó con el lateral perforando la red con un derechazo hermoso. No era tan difícil, había que romper líneas por afuera y evitar el efecto embudo, tan común en los esquemas con doble nueve.

Un minuto tardó Boca en el segundo tiempo para echarse una siesta, igual que le pasó el domingo pasado ante Instituto. Por suerte para Ibarra y su destino, Lazza cabeceó sin oposición, porque ni sombra le hicieron, desde el punto del penal. Boca no se podía despegar del partido apretado, y tuvo que aparecer Javi García para sacarle el empate a Toledo. Pero cuando más apretado estaba, Ibarra movió bien la estantería. Puso a Villa en un extremo y acomodó a Langoni (por Merentiel) cerca de Pipa, de buenos movimientos durante el partido.

Llegó Olimpo

Ahí se acomodó mejor, lo tuvo Benedetto después de una feroz trabada y centro de Equi Fernández, y la jugada terminó en un penal bastante actuado por Pipa, que él mismo transformó en gol. Era una noche para terminarla mejor, con otro semblante. Pero Boca volvió a complicarse solo al permitir el descuento por no saber sacar una pelota en su propia área chica. Pudo meter el tercero en la de Morales que terminó en el palo, o la contra que falló Langoni. Pero a 10 días de la Libertadores, terminar apretado con Olimpo no es la mejor imagen. Ibarra ganó para vivir otro día, pero Boca ya se engañó con la goleada ante Patronato, y ya sabemos qué pasó después...


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