¿Gripe A, Gripe B o COVID? Estos son los síntomas para saber diferenciar qué virus tienes

La estabilización de la pandemia del COVID ha hecho resurgir con fuerza a todas las formas de gripe, que llevaban tiempo sin manifestarse

Carlos Portolés
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Ya hemos aprendido a convivir con las enfermedades respiratorias. Las olas de contagios de gripe son un mal perfectamente asumido. Algo inevitable que hay que tomarse con filosofía. Aunque es cierto que ahora, a este virus, hay que añadirle la incidencia incómoda (y en algunos casos incluso grave) del último gran virus. Ese que ha tenido paralizado al mundo casi dos años y nos hizo quedarnos en casa durante meses, sin poder salir a ningún sitio que no fuera el supermercado. El Covid.

La predominancia de esta última dolencia desde el inicio de la pandemia nos había librado, temporalmente, de la preocupación añadida de la gripe. Aunque, sin duda alguna, fue peor el remedio que la enfermedad. El virus que ocupó los espacios en los que antes se reproducían las gripes ha acabado siendo más letal, más agresivo y hasta más fácilmente transmisible. Pero ahora, con la remisión del Covid, las enfermedades respiratorias de toda la vida han visto oportunidad de renacer.

Y, los expertos, están observando comportamientos anómalos en la propagación. Llevaban tanto tiempo arrinconadas las cepas de la gripe, que ahora se resarcen saliéndose de los límites habituales de la estacionalidad. Estamos viviendo una oleada que lleva durando casi un año. Un pico continuo e ininterrumpido que no se parece en nada al gráfico de contagios habitual, caracterizado por, como mucho, unos pocos meses de actividad intensa.

Dolencias parecidas

Aunque la gripe, por ser vieja conocida, ya no levanta tanto pánico, también ha demostrado ser prácticamente imposible de erradicar. Hay muchas cepas y están en continua mutación, lo que hace que los tratamientos tengan que estar continuamente adaptándose a las nuevas características. Además, los diferentes tipos de gripe A y B pueden convivir y propagarse simultáneamente, por lo que hay dos frentes abiertos.

No obstante, parece que en los últimos tiempos está particularmente pujante la variante B. A pesar de ser también muy contagiosa y de poder presentar cuadros graves en casos concretos, la situación parece ser relativamente más tranquila que si la cepa dominante fuera la A como en otros años. Los síntomas son parecidos, pero la gripe B tiene menos posibilidad de evolucionar hacia escenarios agresivos. En parte, porque es más proclive a ser incubado por gente joven y con menos patologías previas.

Los síntomas generales, compartidos entre las tres enfermedades respiratorias que están circulando actualmente, incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal o, puntualmente, otros menos habituales como diarrea o vómitos. Lo que puede indicar si se tiene una cosa u otra puede ser, en algunos casos, la intensidad de los síntomas -y, en el caso del Covid, la posible presencia de señales más agresivas como fatiga o problemas para respirar o la pérdida del olfato y el gusto, síntomas cada vez menos comunes-. Pero, para salir de dudas, lo mejor es acudir al médico o hacerse una prueba que determine el origen de las molestias.

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