El Senado de Francia aprobó la controversial reforma jubilatoria
El proyecto -resistido en masivas protestas en las calles del país- ahora sigue su curso hacia la Asamblea Nacional, donde será debatido la próxima semana. De darse un consenso, podría obtener la luz verde el próximo jueves
“Se ha dado un paso importante. Estamos totalmente comprometidos para permitir una adopción definitiva en los próximos días”, declaró momentos después de conocerse la resolución la primera ministra Elisabeth Borne mientras que la senadora socialista Monique Lubin lamentó: “Es un día negro para todos los empleados del país”.
Para conseguir este resultado, el Ejecutivo activó un procedimiento acelerado que le permitió debatir el proyecto con un día de antelación y, así, esquivar numerosas enmiendas interpuestas por la oposición.
Tras este importante paso, el proyecto seguirá su curso hacia la Asamblea Nacional, donde será revisado desde el miércoles por un comité conjunto de legisladores de la cámara baja y la cámara alta que buscará un acuerdo sobre una versión común. Posteriormente, será sometido a la votación final en ambas cámaras del Poder Legislativo, algo que podría darse tan pronto como el jueves, si es que se da un resultado positivo de ese debate, o podrá extenderse como máximo hasta el 26 de marzo.
Sin embargo, el resultado en la cámara baja aún parece incierto ya que el partido de Macron necesita los votos de sus aliados para obtener la mayoría. Es por ello que su gabinete ya ha iniciado conversaciones para asegurarse este segundo momento clave para el proyecto.
De todas formas, en el caso de no conseguir reunir una mirada común que le asegure una mayoría en la votación final, Borne podría recurrir a una herramienta constitucional poco utilizada y muy controversial conocida como el artículo 49.3, que avala que una legislación sea aprobada sin una votación parlamentaria.
El proyecto busca retrasar la edad jubilatoria de los 62 a los 64 años para 2030 así como elevar de 42 a 43 la edad mínima para acceder al cobro de una pensión completa, con miras a aplicarse en 2027. Según el Ejecutivo, se trata de una reforma crucial para poder lograr un presupuesto equilibrado en el futuro.
En ese sentido, en el Senado, el bloque macronista se benefició del apoyo de los conservadores de Los Republicanos, cuyo jefe de filas, Bruno Retailleau, defendió la reforma como algo imperativo para salvar al país del “shock demográfico” que la evolución de la población implicará en los próximos años.”El principal acto de solidaridad es garantizar el equilibrio del sistema”, había defendido antes en el Senado el ministro de Trabajo francés, Olivier Dussopt.
Sin embargo, gran parte de la sociedad francesa, con fuerte respaldo de los sindicatos y hasta de jóvenes ha rechazado la propuesta.
“No quiero trabajar toda mi vida y estar agotada al final. No quiero que mis padres se mueran trabajando”, declaraba una de las adolescentes que participó de las marchas de esta última semana, que llevan organizándose desde el 19 de enero.
El clima de tensión se elevó al máximo días atrás cuando un grupo de sindicalistas envió una carta a Macron solicitándole un encuentro y un referéndum sobre el tema y éste negó ambas. “Para nosotros esta ausencia de respuesta representa un problema democrático y conducirá a una situación que puede convertirse en explosiva”, mencionaba la misiva enviada al Palacio del Elíseo.