El nuevo temor de Putin

La orden de arresto de la CPI contra Putin veta el viaje del presidente ruso a más de la mitad de los países del mundo.

Mario Espinosa de los Monteros
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La orden de arresto que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió contra Vladimir Putin ha dejado en jaque al gobierno de Rusia. Su presidente ya no puede viajar a los 123 países que son parte del Estatuto de Roma, de los que 33 son Estados africanos, 19 asiáticos y del Pacífico, 18 de Europa oriental, 28 de América Latina y el Caribe, y 25 de Europa occidental y otros Estados. Además, otra treintena de países han suscrito el Estatuto, pero no lo han ratificado, por lo que más de la mitad del mundo está dispuesto a esposar a Putin tan pronto ponga un pie en sus territorios.

“Incluso el espacio postsoviético ha dejado de ser un lugar seguro” para Putin, señala una fuente del Kremlin al diario digital Meduza. A pesar de que el presidente ruso ha salido del país en contadas ocasiones, ahora tendrá que ser especialmente cuidadoso, pues incluso países que fueron repúblicas soviéticas han suscrito y ratificado el tratado, como Moldavia, Georgia y Tayikistán.

El artículo 8 del Estatuto de Roma califica como crimen de guerra “la deportación o el traslado ilegal o el confinamiento ilegal”, caso que la CPI aplica a Putin al considerar que “es presuntamente responsable del crimen de guerra de deportación ilegal de población (niños) y traslado ilegal de población (niños) de las zonas ocupadas de Ucrania a Rusia Federación”, según la orden de detención.

Por lo tanto, todo Estado Parte afirma “que los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto no deben quedar sin castigo y que, a tal fin, hay que adoptar medidas en el plano nacional e intensificar la cooperación internacional para asegurar que sean efectivamente sometidos a la acción de la justicia”, según el Estatuto.

¿Dónde puede ser detenido Putin?

El siguiente mapa muestra los países que son parte del Estatuto (azul) y, por lo tanto, podrían arrestar a Putin. En rojo, los países que no lo han ratificado y en gris los Estados que no lo firmaron en ningún momento.

Esto también supone una dificultad añadida a las relaciones exteriores de Rusia, que durante el primer año de la guerra ha buscado aliados en todo el mundo, especialmente en África. Sin embargo, en ese continente son mayoría los países que reconocen la jurisdicción del CPI; mientras en Asia, China, Turquía e India nunca llegaron a firmar el tratado, al igual que ocurre en América Latina con Cuba y Nicaragua.

Sudáfrica, el próximo gran reto de Putin

De hecho, el presidente ruso tenía previsto desplazarse a Sudáfrica para la cumbre en julio del foro BRICS, pero el anfitrión se encuentra entre los signatarios del tratado de la CPI. La portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, expresó su confianza en que la “amistosa” Sudáfrica garantice el trabajo de “todos los socios”, aunque este respondió que es “consciente” de su obligación legal de arrestar a Putin y que seguirá en contacto “con varios actores implicados con respecto a la cumbre”.

Otra de las sorpresas para Putin ha sido la acción de Armenia, teórico aliado del Kremlin, que una semana después de la orden de arresto anunció que su Tribunal Constitucional daba luz verde a la ratificación. Sin embargo, un diputado armenio, Armán Abovián, aseguró que “nadie en su sano juicio” ordenará el arresto de Putin, tal y como ha adelantado Hungría.

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