CLASIF. EURO 2024 | ESPAÑA 3 - NORUEGA 0 /Joselu hace de Haaland

El delantero del Espanyol entra en el 81′ y sentencia con dos goles en dos minutos el debut de De la Fuente ante Noruega. Olmo abrió la cuenta.

Héctor Martínez
As
Tres puntos. Ese es el botín, el mejor regalo que nos deja el debut de Luis de la Fuente como seleccionador en un España-Noruega en el que, cuando La Rosaleda parecía pedir la hora ante el acelerón rival, estalló de júbilo gracias a dos goles de Joselu. Dos goles de microondas, calentados en un abrir y cerrar de ojos. El punta entró en el partido en el minuto 81 y marcó en el 83 y en el 85. Joselu, sí, el olvidado. Joselu, el mismo al que sus goles no servían para abrir las puertas de la Selección española en la etapa de Luis Enrique. No se nos ocurre un debut mejor. Ni para él ni para De la Fuente. Si es que en Málaga se vive muy bien...

Pocas veces se había esperado con tanta expectación un once titular. Había ganas por ver a la nueva España de Luis de la Fuente, a sus jugadores, a la libreta que guarda en el bolsillo, pero por La Rosaleda también sobrevolaba el morbo de saber qué jugadores respondían con buen juego y goles al olvido de Luis Enrique en su etapa como seleccionador. Lo primero, lo del dibujo táctico, quedó rápidamente resuelto pues La Roja se ordenó de inicio en un 4-3-3, es decir, el mismo traje que vestía con el técnico asturiano en el banquillo. Idéntico sistema al otro lado del espejo, donde Odegaard llevaba el brazalete de capitán y el peso en el bloque milimétricamente alineado por Solbakken. La paciencia se erigía en un bien tan preciado como lo ha sido en anteriores etapas de la Selección, pues el cambio de entrenador no basta para alterar el ADN de nuestro fútbol: España baja el balón al suelo, le gusta tenerlo en sus pies y el 99,9% de los rivales apuestan por esperar bien ordenados atrás hasta dar un mordisco que resulte letal.

Lo que le ocurrió a Noruega es que antes siquiera de poder afilar el colmillo se vio con un gol en contra. Fue una acción que no auguraba un gran peligro pero que tras llegar a las botas de Balde se convirtió en un pase con muy mala leche bien rematado por Olmo. Fue una acción que en un primer momento pareció afortunada pero que tras la repetición televisiva dejó clara la picardía del delantero del Leipzig para rematar con el exterior del pie, casi de refilón. La alegría de De la Fuente estaba más que justificada, su euforia a punto estuvo de hacer saltar las costuras de su chaqueta en la celebración, y el gol sirvió para calmar los ánimos en unos internacionales que en cada una de sus acciones demostraban el hambre por querer hacerlo bien. Todos parecían Gavi, todos peleaban por cualquier balón por muy imposible que pareciera. Agradecimos que ninguno se jugara el pescuezo como solo la perla azulgrana sabe hacerlo.

España dominaba el balón, al paso por la media hora de juego la posesión reflejaba un 79% por el 21% del rival, pero pagaba caro cada vez que no ejercía la presión como Dios manda. En el primer desliz, solo dos minutos después del gol de Olmo, la defensa española consiguió rechazar un zurdazo de Odegaard desde dentro del área; en el segundo, en el minuto 29, Kepa tuvo que emplearse a fondo para despejar la volea de Aursnes tras una preciosa jugada en la que Odegaard y Sorloth llevaron el balón hasta el centrocampista del Benfica. Cada vez que el del Arsenal tocaba la pelota, el juego noruego se iluminaba, cada vez que levantaba la mirada, por muy presionado que estuviera por el marcaje individual de Merino, la selección nórdica destilaba peligro. Ese era el juego asociativo que en España no llegaba a activar con Aspas, demasiado perdido durante los primeros 45 minutos. Un Aspas que no era Aspas.

Ni siquiera se activó nada más iniciarse la segunda parte, cuando cabeceó inocentemente un pase a lo Modric servido por Carvajal desde la banda derecha. El balón llegó plácidamente a los guantes de Nyland, pero al menos era un aviso de que España regresaba bien despierta del paso por el vestuario. También lo hizo Noruega, que en el 55′ rozó el gol en un remate de Pedersen que milagrosamente despejaron a córner primero Nacho y después Kepa. De la Fuente reaccionó, lo hizo antes de lo que se estila en muchos entrenadores, pues en el 58′ decidió dar entrada a Ceballos y Oyarzabal por Gavi y Aspas. Pero no sirvieron para desestabilizar la buena defensa noruega. Con el paso de los minutos Morata quedó cada vez más lejos de Nyland, Yeremy Pino, que suplió a Olmo, lo intentaba, también lo hacía Oyarzabal, quien animaba el ataque español gracias a su continua movilidad. Pero un remate de Sorloth a punto estuvo de dejarnos en la lona antes de que Joselu nos recordara que no había viajado a la Costa del Sol de vacaciones. El delantero del espanyol sustituyó a Morata en el minuto 81. Pues bien, en el 83 y el 85 sentenció el partido con dos goles que le hacen a estas horas el futbolista más feliz del mundo.


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