BAYERN 2 - 0 PSG / Drama parisino en Múnich

El PSG, el equipo de Messi, Neymar y Mbappé, el sexto club que más gastó en fichajes desde 2011, volvió a quedarse fuera de la máxima competición continental.

José Carlos Menzel
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Las obsesiones nunca son buenas. Qué se lo pregunten al PSG. El conjunto parisino, el equipo de Messi, Neymar y Mbappé, el sexto club que más gastó en fichajes desde 2011, el año en que Nasser Al-Khelaïfi llegó a la presidencia, siempre obligado a llegar lejos en la Champions, volvió a quedarse fuera de la máxima competición continental. Y en octavos de final por segunda temporada consecutiva. Una única final en esos doce años, la de la pandemia, la que no tuvo público. Poco premio para un proyecto llamado a luchar por ganar el trofeo más importante del continente europeo. Otra decepción.

Y no puede decirse que en el partido ante el Bayern los parisinos no tuvieran opciones reales de remontar el 0-1 de París y avanzar a los cuartos de final. Nada más arrancar, Mbappé no tardó en avisar que él juega a otra cosa y que el PSG puede hacerlo mejor o peor como equipo, pero que él siempre está. Inevitable. Delante, el Bayern planteó de inicio un encuentro más conservador que otras veces, jugando con la ventaja del partido de ida y vigilante ante cualquier balón en largo que pudiese buscar la velocidad de Mbappé. Con el ‘7′ del PSG amenazando siempre al espacio y Messi cayendo al mediocampo con Verratti, Fabian y Vitinha, el PSG mantenía el tipo. Rozando la media hora de partido, en una internada de Nuno Mendes a lo Mbappé, Messi pudo igualar la eliminatoria pero su remate casi en área pequeña fue interceptado por un imponente Davies.

Los de Nagelsmann respondieron, cual combate de boxeo, en los pies de Musiala, cuyo disparo repelió a córner Donnarumma. La ocasión muniquesa coincidió con la salida del campo de Marquinhos por lesión, quedándose con el brazalete Mbappé. Ya con su nuevo capitán, el PSG tuvo la más clara de la primera mitad en un error grosero de Yann Sommer, que se hizo un lío con los pies y la dejó muerta para Vitinha, quien disparó a puerta vacía. De Ligt, con la capa de héroe, la sacó bajo la línea.

El susto pareció ser el incentivo que el Bayern necesitaba antes del descanso, al que se llegó con otra lesión, en este caso de Mukiele, quien acababa de entrar por Marquinhos. Fue un presagio de lo que sería la segunda mitad para los parisinos, ya que a los ocho minutos del arranque, Choupo-Moting anotó de cabeza el primero de los locales. El VAR dio un respiro al PSG, anulando el gol por fuera de juego de Müller. Pero en el minuto 60, Marco Verratti, al igual que Sommer en la primera mitad, perdió tontamente la pelota en la frontal del área ante Leon Goretzka, quien asistió a Choupo-Moting para que empujase a placer.

A partir de ahí, el mejor atacante del PSG fue Sergio Ramos. Todo dicho. Dos remates suyos de cabeza, el primero poco después del 1-0 y otro a nueve minutos del final, pudieron darle algo de emoción al partido. Aunque el Bayern, a la contra, también lo pudo finiquitar antes, si Sané hubiese estado fino en los metros finales. Al borde del pitido final, para que el drama parisino fuese completo, y en una contra donde pudo haber falta de Kimmich sobre Verratti, Serge Gnabry, tres minutos después de haber saltado al campo por Coman, hizo el segundo y definitivo tanto muniqués. Sadio Mané incluso pudo aumentar la renta en el descuento, pero hubo fuera de juego. El castigo ya era suficiente. El ‘déjà vu’ del PSG en la Champions no tenía vuelta de hoja. Quizá Mbappé deba volver a pensarse si París es el sitio indicado. Visto lo visto, seguro que volveremos a tener culebrón muy pronto.


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