Barcelona: Josep María Bartomeu, Sandro Rosell y otros ex dirigentes fueron denunciados por una fiscalía a raíz de “corrupción en los negocios”
El caso refiere al pago durante al menos 17 años a José María Enríquez Negreira, entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, para que aconsejara a la directiva culé sobre cuestiones de referato en la liga
A mediados de febrero, la radio COPE y el diario El Mundo revelaron una información que indignó al fútbol español: entre 2001 y 2018 el club blaugrana habría realizado pagos que totalizan 6.000.000 de euros a José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), a cambio de consejos acerca de cuestiones arbitrales a la dirigencia culé, tales como los criterios que usaba cada árbitro designado para el siguiente partido de Barça y cómo evitar sanciones. En aquel momento, y a pesar de las objeciones de Laporta, el mayor crítico de aquellas acciones fue el presidente de LaLiga, Javier Tebas, que lamentó que su organismo no pudiera tomar cartas en el asunto. No obstante, sí tomó medidas nada menos que la justicia española, que este viernes resolvió denunciar al club por “corrupción en los negocios”.
En efecto, la Fiscalía de Barcelona envió su denuncia al Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, e involucra al club, a Enríquez Negreira, a Bartomeu y su predecesor Sandro Rosell, y a Óscar Grau y Albert Soler, que trabajaron en sus administraciones: “A cambio de dinero, Negreira realizó actuaciones tendientes a favorecer a Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club y así en los resultados de las competiciones”, acusa el comunicado de la fiscalía, que continúa: “La designación para cada partido de las competiciones españolas oficiales de ámbito estatal y profesional se lleva a cabo en el seno del CTA, que además realiza evaluaciones –en las que participaba el denunciado– para los ascensos y descensos de categoría de los árbitros y propone los candidatos a árbitros internacionales”.
La figura por la cual el club catalán es denunciado entró en vigencia en 2010, pero el período bajo sospecha está comprendido entre 2014 y 2018, en particular a partir de 2016, cuando Enríquez Negreira tomó su función en la Comisión de Árbitros. De ser probado el cargo, Barcelona correrá riesgo de otro golpe a sus finanzas y aspiraciones deportivas: su descalificación de las competencias de UEFA para la temporada 2023/2024. Esto se debe a que el ente del fútbol europeo estipula en sus reglamentos que para que un club participe en sus torneos “no debe haberse involucrado de manera directa o indirecta en ninguna actividad con el objetivo de arreglar o influir en el resultado de un partido en el ámbito nacional o el internacional”.
La posible sanción sería particularmente grave para Barça, no sólo porque en su momento implicaría un gran lucro cesante por no protagonizar la Champions League, sino también porque, sin participación en ese certamen, perdería muchísimo atractivo para un virtual regreso de Leo Messi al club. Jorge Messi, representante del futbolista, ha tenido alguna reunión con la directiva culé, que quiere de vuelta al argentino, y éste sigue en negociación con Paris Saint-Germain tras una nueva frustración de la institución francesa en el certamen más importante del mundo en el nivel de clubes. Lionel querría continuar en Europa, pero con serias aspiraciones de volver a coronarse campeón continental. Un Barcelona marginado de las competencias europeas no le daría esa posibilidad.
Aun así, hacen falta varios pasos para que lo denunciado sea verificado. Se debe encontrar pruebas fehacientes de la influencia que estos pagos habrían tenido en los resultados de Barcelona en el período especificado, en el que disfrutó de un éxito sostenido y cosechó tres ligas españolas, cuatro Copa del Rey y una Champions League, con Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez como principales protagonistas. La condena debe ser confirmada a UEFA y el organismo debe considerar que el castigo es acorde, por lo que el proceso puede llevar varios meses o incluso años.
Por el lado del club, Laporta hizo una enérgica defensa en la que se encargó de blanquear cuál fue el papel de Barcelona al realizar esos pagos, algunos de los cuales tuvieron lugar durante su primera presidencia, entre 2003 y 2008: “Hemos decidido externalizar la investigación de los hechos. Se está haciendo un análisis para que sea independiente y rigurosa como merecen el Barça, sus socios y sus seguidores”, anunció. Y añadió: “Creemos que para que exista una sociedad democrática debe haber un periodismo libre, pero lamentamos las filtraciones de datos y documentos que se están produciendo de una causa que se está investigando en la Fiscalía, y deberían tener la máxima custodia”.
No contento con aquella refutación, el directivo acusó a Tebas de haber montado una campaña en contra de la institución blaugrana: “Ya nos avisaron que estaba promoviendo una campaña contra el Barça y mi persona. Ya se ha vuelto a sacar la careta. En su trayectoria ya ha mostrado su antibarcelonismo; en el 2005 ya no quería que Messi jugase en el Barça. Está obsesionado con el Barça. No perdona que no firmásemos el convenio con CVC y defendamos la Superliga. Quiere que deje de ser presidente del Barça. No es casualidad, porque vamos bien. No le daré el gusto a Tebas, porque el Barça es de sus socios”, atacó Laporta.