Bajo deseo y frustración en la cama: las consecuencias del estrés en el sexo y cómo evitarlas
Aunque se cree que un encuentro sexual es una salida a momentos de tensión, puede ocurrir lo contrario y aumentar los males de la vida moderna
Así, la suma de tensiones constantes van llenando al cuerpo de cortisol, sustancia que poco a poco va socavando las bases del correcto funcionamiento del organismo.
“Hemos normalizado tanto el estrés en nuestras sociedades, que es considerado como ‘normal’ en ciertas culturas que las personas vayan a todo ritmo 24 horas al día los siete días de la semana. Incluso hay quienes alientan este tipo de comportamiento”, explicó en diálogo con Infobae la doctora en Orientación de la Conducta Humana y especialista en sexualidad, Jenny Marques.
Instintivamente podríamos pensar que un encuentro sexual es una salida rápida a momentos de estrés. Con un orgasmo, a solas o en pareja, el cuerpo parece tener una buena dosis de serotonina, dopamina y oxitocina (hormonas de la felicidad) para avanzar. Pero eso no es suficiente, según explica la especialista, recurrir al sexo sólo por la búsqueda del orgasmo puede ser incluso contraproducente.
“Cuando uno va rápido a hacer una posición, a estimular el clítoris o el pene violentamente, porque quiero llegar al orgasmo más rápido, el orgasmo desaparece más rápido todavía y esa es la explicación por la cual hoy en día mucha gente piensa que es anorgásmica, que no funciona”.
Una sexualidad activa y sana produce en el cuerpo una mayor cantidad de “hormonas de la felicidad” facilitando así la expulsión del estrés, lo cual se verá reflejado en la relajación del individuo y en una mejora significativa en su calidad de vida.
-¿Cómo afecta el cortisol el desempeño sexual?
-El cortisol en exceso arropa la serotonina, la oxitocina y la dopamina. Entonces, es prácticamente imposible que logremos tener activación del deseo sexual. Si nos vamos a los fisiológico, esto afecta directamente las erecciones y el funcionamiento del pene; retrasa o acelera el tiempo de eyaculación en el caso de los hombres. Y, en las mujeres, impide la lubricación vaginal o alcanzar el orgasmo. El cortisol afecta todo: el sistema cardiovascular, el sistema nervioso. Todo el cuerpo se ve afectado.
-¿Se puede recuperar un cuerpo estresado para disfrutar del sexo?
-Sí, por supuesto. Si nos damos el espacio para el descanso creativo con actividades que den oxígeno al cerebro. Actividades como leer, ir al cine, ir al teatro, salir a caminar, a correr o el gimnasio son de gran beneficio.
-También las actividades manuales como cocinar, colorear, pintar. Son actividades de las cuales el cerebro se beneficia muchísimo, porque en nuestros dedos y manos existen muchas terminaciones nerviosas que conectan con áreas del cerebro que calman nuestro sistema neuronal. El descanso no se trata sólo de dormir.
-¿Cuáles deberían ser los primeros pasos?
-Generar espacios conscientemente para el disfrute del placer y viviendo la intimidad con una visión amplia. Hay que aprender a vivir una sexualidad sana donde incluyamos la conexión con el placer a través de los cinco sentidos. Se trata de ver, tocar, acariciar, besar, morder. Darnos espacios a solas o en pareja para que eso pueda ocurrir porque si no hay espacio no hay nada.
-Si estamos en pareja podemos ir a la ducha juntos, pero con la conciencia de disfrutarlo. Escaparnos a un hotel, o a cualquier espacio que nos permita la intimidad. Estamos hablando de una sexualidad sana, sin penetración. No hemos llegado, ni siquiera a los genitales. Una de mis fórmulas secretas es siempre el masaje amor o de autoamor, en el caso de los solteros. Simplemente recorrerse o recorrer el cuerpo del otro por más de 15-20 minutos sin tocar los genitales. Nuestra piel es el órgano más grande y no lo utilizamos para casi nada, ni siquiera lo cuidamos, ni le prestamos atención. Entonces, después de recorrer cada centímetro del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, podríamos pasar a los genitales. En ese punto ya vamos a estar lo suficientemente excitados y activados para disfrutar de una sexualidad con una buena erección, una buena lubricación. Estaremos con una buena disposición del cuerpo para el disfrute.
-Si después de todo eso no pasamos a los genitales pues ya disfrutamos 20 minutos alucinantes de placer.
-¿Quiénes padecen más las consecuencias del estrés en la intimidad: los hombres o las mujeres?
-Yo diría que se estresan más los hombres que las mujeres, pero las mujeres exteriorizan más el estrés. Además, está socialmente aceptado que una mujer llore, hable, o se queje y reclame las cosas. Pero en el caso de los hombres no.
-Por lo general, los hombres tienen muchísimo estrés porque pesa sobre sus hombros el tema de que tiene que ser proveedor, todo tiene que salir bien, tiene que tener un buen trabajo. Existen un montón de ‘tienes’ en la mente por la sociocultura y se guarda todo, se calla todo. Entonces, debido a esto, veo en mis consultas que hay más afectación en cuanto a la sexualidad en problemas de erección de eyaculación precoz, eyaculación retardada, disfunción eréctil, falta de erección por estrés en los hombres. No obstante, los casos de falta de lubricación y la falta de deseo sexual en mujeres también son elevadísimos.
-¿Cuál es la tarea para superar las consecuencias del estrés en la cama?
-El ‘slow sex’. Bajar las revoluciones, ir más lento. Conectar más con nuestro cuerpo y nuestro placer. Así veremos como el organismo responde y cuando yo doy el espacio no sólo viene un orgasmo, vienen miles. Cuando la gente se da el espacio entonces viene a la consulta y dicen: ‘ay, yo no sabía que era multiorgásmica’ o ‘yo no sabía que podía tener varios orgasmos’ incluidos los hombres, porque los hombres también pueden ser multiorgásmicos. Entonces, entendamos que si nuestro objetivo es un verdadero orgasmo o muchos orgasmos, la tarea debe ser bajar la velocidad.