ATHLETIC 0-BARCELONA 1 / El Barça gana la mano en San Mamés

El equipo de Xavi vuelve a ganar por 0-1, Raphinha marca y Ter Stegen hace el resto en un partido polémico que permite al equipo blaugrana llegar al Clásico con nueve puntos de ventaja.

Santi Giménez
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El Barça superó la prueba de San Mamés ganando por 0-1 y convierte el Clásico ante el Real Madrid del próximo domingo en el Camp Nou en una final para el Real Madrid, que llegará al estadio blaugrana a nueve puntos. Xavi había señalado el partido en Bilbao como una final y el Barça compitió con más fe que fútbol. Aferrados a un Ter Stegen descomunal (19 porterías a cero), a un Raphinha quirúrgico y con polémica en el gol anulado al Athletic por mano de Muniain, el equipo catalán sigue defendiendo su liderato con uñas y dientes.


Entre dos técnicos que se conocen tanto como son Valverde y Xavi, el partido se planteaba como la décima partida de un mundial de ajedrez. La guerra táctica fue intensa en la previa. A cualquier gambito de dama de uno, respondía el rival con un enroque. Xavi, que inauguró ante el Athletic Club en el Camp Nou el sistema del cuarto centrocampista (gavi) jugando como falso extremo para desarbolar en su estadio al equipo vasco, dio un giro de tuerca y esta vez compareció con tres atacantes natos y dejando a Sergi Roberto como lateral derecho. Koundé, que está hasta el moño de jugar de lateral fue central. Una decisión que puede interpretarse como una compensación a su penitencia obligada en la banda o como un reto. No olvidemos que si Araújo no pudo jugar en San Mamés fue por ver una roja tratando de solventar un estropicio del francés.

Ante esta disposición del Barcelona, Valverde respondió con un movimiento táctico que consistió en cambiar de banda a Nico Williams. El apasionante duelo entre Balde y Nico, dos de los jugadores más veloces del torneo, quedó para otra ocasión porque el técnico local decidió encarar a Sergi Roberto.

De entrada, el partido se jugó más a lo que quería Valverde que a lo que planeó Xavi. Pero este Barça es, incluso sin Araujo, un equipo imponente en defensa, una virtud que compensa sus carencias en lo que había sido la divisa de la empresa: el juego con balón.

Con la pelota, el barça se aturullaba, pero sin ella, eran lobos corriendo hacia atrás. Valga como ejemplo del espíritu de este Barcelona estajanovista la jugada en la que Gavi se tiró de cabeza a ras de suelo para sacar el balón de la bota de un oponente. Gavi si hace falta, irá a buscar una pelota de cabeza dentro de un avispero. En un ventilador. En el reactor de Fukushima.

El Athletic, pese a dominar, únicamente creaba peligro en base a los errores de los de Xavi o a pelota parada. Una pérdida de Balde en la salida de pelota fue solventada por Ter Stegen, que la desvió a córner. Al saque del mismo, Raúl García cabeceó al larguero.

Fueron las ocasiones más claras de los locales, pero el Barça, sin tener un hilo de partido claro daba muestras que su colmillo.

Ferran había avisado al inicio, Lewandowski desaprovechó un pase fabuloso de De Jong por culpa de un mal control ante Agirrezabala.

Que el equipo catalán tenía más peligro que el local quedó claro en el último minuto de la primera parte cuando Busquets habilitó a Raphinha que al límite del fuera de juego, fusiló al portero con un disparo cruzado. Tras la revisión del VAR, se concedió el tanto. El Barça había sacado petróleo de la primera parte.

En la segunda, el guión tuvo dos partes. De entrada, el Barcelona pareció controlar la situación y conservó la pelota mejor que en el primer acto. Pero a medida que se acercaba el final del partido, el equipo de Xavi volvió a encontrarse en un atolladero. En esa situación, Ter Stegen volvió a agigantarse al lado de un Christensen estupendo.

El susto iba a llegar antes o después y con un Sergi Roberto desfondado y un Kessié que salió para complicar las cosas, la batalla se convirtió en otro ejercicio de resistencia. Williams empató en el 88, pero tras una revisión del VAR se descubrió que Muniain había ganado la pelota con la mano. Una mano que vale nueve puntos.

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