Rodrygo lo pasa en grande

El brasileño se luce en la banda de Vinicius ante un Elche rendido. Benzema marcó dos goles. Camavinga gustó como pivote. La grada pidió las renovaciones de Modric y Ceballos.

Luis Nieto
As
Pareció petulancia, pero en realidad fue una lectura correcta del partido. Ancelotti salió con seis suplentes habituales, se guardó a sus coroneles y mascó pocos chicles. Entendió que el Madrid ganaría este partido independientemente de quienes pusiera y sucedió, porque el Elche salió bandera blanca en mano. Su milagro no pasaba por el Bernabéu. Fue blandísimo atrás y benigno delante. Un chollo para algunos madridistas con ganas de progresar. Rodrygo, sin ir más lejos, lo pasó en grande en el jardín de Vinicius, Benzema se sacó la espina del Bernabéu con dos goles, Ceballos y Asensio acumularon cupones de renovación, Alaba y Camavinga pasaron un buen rato en papeles diferentes a los habituales y la afición reclamó la renovación de Modric.

Como la clasificación no engaña, el Elche salió cuerpo a tierra. Y como el calendario no engaña, el Madrid miró por detrás del partido, donde le aguardan unos cuantos ‘ochomiles’. La cosa quedó en un once para rodar a Militao, Alaba y Benzema, que salen de la enfermería, para refrescar a Modric (a Kroos le inhabilitó una gastroenteritis sin necesidad de que lo hiciera Ancelotti) y para experimentar con los cachorros. El italiano dispuso un centro del campo inédito, con Valverde y Ceballos como volantes y Camavinga de pivote. El francés anda buscando su lugar en el mundo. Esa itinerancia acompaña a futbolistas difícilmente definibles y este lo es. Parece bueno pero no está claro para qué. Y arriba, en los costados, Asensio y Rodrygo, que es mejor en la izquierda, pero por ahí solo pisa Vinicius.

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También el Elche entendió que esta no era su guerra. No en el once, que parecía el mejor posible a falta de Boyé, tocado durante la semana y que empezó en el banquillo, pero sí en la actitud. Quedó bien explicado en el gol que abrió el partido. Asensio recibió en la línea de tres cuartos, Raúl Guti y Magallán, educadísimos con el balear, le hicieron pasillo y el remate de zurda resultó imparable para Badia. El último recuerdo nacional del Madrid era Mallorca, en un partido de lija. Este Elche debió parecerle de otra Liga. Especialmente a Asensio, ese futbolista que a menudo pierde el duende sin perder el gol.

Partido monocolor

El partido fue de baño y masaje para los blancos. Ayudaron la debilidad ilicitana y la vitamina del Mundial de Clubes. Ganar siempre alimenta la autoestima.

Rodrygo no dejó dudas de que la izquierda es su banda, con registros bien distintos a los de Vinicius. El sigilo y el estruendo. El recato y el exceso. Dos maneras de llegar al gol. Lo mejor de la primera parte lo inventó él y lo falló Benzema. Dos envíos dulces del brasileño se le fueron al francés con un taconazo fallido y un cabezazo desviado.

1-0. Marco Asensio, tras recortar a Lisandro Magallán, chuta raso y ajustado al palo derecho de Edgar Badía para marcar el primer gol.
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Asensio marca el 1-0.JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

El Madrid no se atrevía a tramitar el partido por vía de urgencia, pese a su abrumadora superioridad, y el Elche decidió colaborar con la causa. En un cabezazo de Benzema que, en el mejor de los casos, iba para asistencia metió Roco su mano derecha para cometer un penalti gratis. Su gesto de arrepentimiento en el instante de golpear la pelota fue una confesión de plano. Benzema transformó la pena para saldar parte de su deuda con el Bernabéu. Lo mejor de un año irregular se lo ha guardado para las salidas.

Benzema hizo el 2-0 de penalti.
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Benzema hizo el 2-0 de penalti.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

El Elche ahorró juicios pendientes. Hasta pasada la media hora no disparó a puerta, lo que mantuvo bajo la alfombra el problema de los centrales del Madrid. Esta vez, por cierto, jugaron los dos en mejor forma, Militao y Nacho. Camavinga tiene de todo: despliegue, entusiasmo, valentía, cierto descontrol. Con sus cosas, el Bernabéu ha decidido quererle. De momento, más que a Tchouameni, que hasta ahora ha tenido un punto de sosería. El pleito, si alguna vez lo hubo, se cerró al filo del descanso con otro penalti. Penaltito para ser exactos. Fue estupendo el quiebro de Rodrygo, pero él hizo más por el contacto que Diego González dejando su pierna derecha en su camino por si acaso. Repitió Benzema.

Ceballos y Modric

La segunda mitad tuvo poca utilidad. Eso sí, Badia demostró su inocencia en la situación del Elche. En apenas veinte minutos le quitó dos goles a Rodrygo, que bailaba claqué en el área, y otros dos a Benzema y Asensio, que tenían manga ancha entre una defensa que había perdido ya gran parte del fuselaje. También debutó en el Elche Pape Cheikh, excanterano del Celta, al que habían inscrito 24 horas antes. Cuando todo está perdido nada se pierde por probarlo todo. Salió para pasar un test, no para remediar lo irremediable.

El marcador, lo que viene y el paso del tiempo le quitaron la alegría al Madrid. Así que fue espaciando sus oportunidades. A falta de emoción, la grada adoptó un tono reivindicativo: aplaudió a rabiar la entrada de Modric y la salida de Ceballos, renovados por la afición, todavía en el aire para el club. El croata lo agradeció con un gol de bandera, un derechazo a la escuadra.

También tuvieron su ratito los olvidados Odriozola y Mariano (tardarán en volver a verles) y Sergio Arribas, goleador exprés en Rabat y el canterano más cercano al primer equipo. Ancelotti tuvo tiempo, en definitiva, para quedar bien con todo el mundo antes que se empine el camino.

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