Por qué emitir una moneda de un billón de dólares podría ser la solución para el bloqueo en Washington
El último enfrentamiento sobre el aumento del techo de la deuda nacional está dando nueva vida a una vieja teoría sobre cómo evitar un incumplimiento de pagos, que sería fatal para los mercados
Lo que antes era una idea marginal se presenta ahora a los máximos responsables de la política económica como un remedio serio.
El miércoles, cuando se le preguntó a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, si consideraba que podría haber otra opción si el Congreso no autorizaba un aumento del límite de endeudamiento de la nación, contestó que no.
“Aquí solo hay un camino a seguir y es que el Congreso eleve el límite de endeudamiento para que el gobierno de Estados Unidos pueda pagar todas sus obligaciones a su vencimiento. Cualquier divergencia de esa vía sería muy arriesgada”, explicó Powell.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, no pudo evitar la crisis del techo de deuda que se está gestando en Estados Unidos mientras recorría África la semana pasada y respondía a las preguntas sobre la moneda, a la que calificó de “artimaña”.
Yellen envió dos cartas contundentes al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en las que describía las “medidas extraordinarias” que estaba tomando para garantizar que Estados Unidos pueda seguir pagando sus deudas e instaba al Congreso a “actuar con prontitud” para proteger la plena fe y el crédito de la nación elevando el límite de la deuda.
El miércoles, el presidente Joe Biden dijo a McCarthy que, aunque había margen para debatir la cuestión del déficit, el Congreso tendría que aprobar un aumento del límite de deuda sin condiciones para evitar un cataclismo financiero. Biden y McCarthy se reunieron en la Casa Blanca durante más de una hora, en una discusión en la que había mucho en juego, ya que el gobierno federal está a punto de agotar su capacidad de pagar sus facturas a tiempo a partir de junio.
Pero la idea de acuñar esta moneda sigue teniendo bastantes partidarios y no se dan por vencidos.
A medida que la parálisis política sobre el límite de endeudamiento se ha agravado, la idea de que la secretaria del Tesoro podría acabar con el dilema del límite de deuda mediante sus facultades de acuñación de moneda ha resurgido, incluso en Twitter, donde la etiqueta #MintTheCoin (acuñen la moneda) ha vuelto a estar en boca de todos.
Sin embargo, no se entiende cómo es que se puede evitar la crisis de la deuda estadounidense acuñando una moneda valiosa. A continuación, los orígenes de la moneda, cómo podría utilizarse y sus posibles consecuencias.
Una medida extraordinaria
Si el Congreso no puede llegar a un acuerdo a principios de junio para aumentar el límite de deuda, que tenía un tope de 31,4 billones de dólares a finales de 2021, la capacidad de Yellen para utilizar las herramientas contables del gobierno con el fin de retrasar un impago podría agotarse pronto y Estados Unidos sería incapaz de pagar todas sus facturas a tiempo.
Aquí es donde entra la moneda. Quienes proponen esta vía creen que Yellen podría usar su autoridad para instruir a la Casa de Moneda de Estados Unidos que acuñe una moneda de platino con un valor de 1 billón de dólares —u otra denominación fuerte— y que la deposite en la Reserva Federal, el banco central del gobierno, que gestiona la “cuenta general” del Departamento del Tesoro.
Los partidarios de la moneda afirman que esto permitiría al gobierno federal disponer de los fondos según fuera necesario y seguir pagando sus cuentas hasta que se logre un acuerdo o hasta que se agote el billón de dólares y haya que acuñar otra moneda.
Nacida de una laguna legislativa
El concepto de la moneda de 1 billón de dólares surgió por primera vez en 2010 antes del primer conflicto importante por el techo de deuda durante el gobierno de Obama. Una reflexión en los comentarios de un popular blog sobre economía y finanzas acerca de la viabilidad de acuñar una moneda de este tipo para crear dinero de la nada y evitar impagos de deuda suscitó un debate sobre formas creativas de resolver una catástrofe económica.
La lógica es que una ley de 1997 aprobada por el Congreso para ayudar a la Casa de Moneda de Estados Unidos a ganar más dinero con la venta de lingotes otorgaba al secretario del Tesoro amplias facultades discrecionales para acuñar monedas de platino de cualquier denominación. Según los defensores de la idea, esta facultad ofrece al secretario una forma de seguir cumpliendo con las obligaciones financieras del país, aunque se haya congelado la capacidad del gobierno para seguir pidiendo préstamos.
La idea cautivó la imaginación de académicos y expertos por igual y dio lugar a llamados en las redes sociales para acuñar la moneda y a columnas de aprobación de gente como Joe Weisenthal, ahora escritor de Bloomberg y conductor de varios pódcast, y Paul Krugman, columnista de The New York Times, que declaró en 2013 que si todo lo demás fallaba, “acuñen la maldita moneda”.
Hoy en día, la idea atrae sobre todo a los defensores de la teoría monetaria moderna, una filosofía económica que sostiene que los déficits no deberían ser una limitante para el gasto público. También cuenta con el apoyo de algunos estudiosos del derecho, como Rohan Grey, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Willamette, que se enfrenta a menudo a los detractores de la moneda en Twitter y argumenta que la idea es menos descabellada que permitir el impago de Estados Unidos.
“Al menos se descarta la opción de un precipicio catastrófico”, dijo Grey sobre la moneda.
¿La crisis se evita o se agrava?
No hay nada que indique que semejante maniobra vaya a apaciguar a los mercados mundiales o a preservar la calificación crediticia de Estados Unidos, que se vio reducida tras el conflicto sobre el límite de deuda de 2011.
Grey sugirió que era muy probable que esa medida unilateral fuera impugnada ante la Corte Suprema y reconoció que los mercados de bonos podrían inquietarse por el gasto deficitario sin la emisión de nuevos bonos (sugiere que en ese caso, la Reserva Federal podría vender más bonos de los que tiene en cartera).
Para algunos, la idea de que la moneda sea una válvula de seguridad hace aún más peligroso el enfrentamiento por el límite de deuda.
“Es perjudicial crear la sensación de que hay algo ahí cuando no lo hay”, declaró a The New York Times Jacob J. Lew, quien fue secretario del Tesoro de 2013 a 2017 durante el mandato de Obama, cuando se produjo el estancamiento del límite de deuda de 2021. “Deja abierta la posibilidad de un accidente”.
¿Será que la idea de la moneda acabará por imponerse?
La escéptica más visible es la actual secretaria del Tesoro. Yellen ha sostenido en repetidas ocasiones que la idea de acuñar una moneda de 1 billón de dólares no merece consideraciones serias. Cuando se le preguntó al respecto en 2021, también advirtió de que tal medida menoscabaría la independencia de la Reserva Federal.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Yellen sugirió que la Reserva Federal podría incluso no aceptar la moneda.
“De ninguna manera se puede dar por hecho que la Reserva Federal vaya a aceptar esto y sobre todo con una artimaña como esta”, dijo. “La Reserva Federal no está obligada a aceptarla. La Reserva Federal no tiene ninguna obligación de hacerlo”.
Sin embargo, los que creen que la moneda debe tomarse en serio se sintieron alentados por el hecho de que Yellen no cuestionara la legalidad de la maniobra.