LeBron James, Phil Knight y Nike en la foto de un récord para la historia
Knight, fundador de Nike, fue testigo de excepción en el récord de puntos de LeBron James en la NBA. La relación entre ellos se mantiene estrecha.
Se puede comprobar en la espléndida foto que hizo Andrew Bernstein para la distribuidora Getty. Un tipo nada ajeno a estos momentos. Ha seguido las andanzas de Johnson y Bird, la carrera de Kobe Bryant, y tiene un carrete de Michael Jordan que cualquiera quisiera. Un repaso imperdible por el trabajador de cámara más conocido de la NBA. En la instantánea distribuida para narrar el hito de LeBron James se
puede observar a casi todo el público del Crypto Arena aferrados a sus
teléfonos y grabando la acción antes que disfrutarla por el ojo. Menos
una persona, sentada además al lado de los hijos del genio Bronny y
Bryce. Phil Knight no quiso obstáculos para regocijarse.
El
fundador de Nike, la marca proveedora de ropa de LeBron, no sólo estuvo
en un sitio privilegiado en el pabellón sino que lo está en el corazón
de James. “Estoy tan feliz de que estés aquí”, le decía el jugador en el túnel de vestuarios. “No me la hubiera perdido”, le respondía el gurú de la marca.
Esta relación va más allá de lo profesional. James ha firmado un contrato de por vida con Nike en agradecimiento al trato de la marca, en la que ansiaba estar desde que vio crecer el negocio de Jordan. “El mayor plan que se haya visto jamás” valió para convencer a LeBron hace veinte años.
Nike, LeBron y Phil Knight: 20 años
En 2003 ya se daba a LeBron James como número uno del draft antes de que éste se celebrara. Era el elegido, el que en formación dominaba, uno de los que más alto podía llegar. Y en las marcas se lo rifaban. Reebok, Adidas y Nike, por ese orden, intentaron pasar el filtro de la crew del joven Bron en su paso previo a la NBA.
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Los consejeros de LeBron eligieron ese orden a propósito. Nike, el destino preferido por el jugador, en último lugar. En el primer encuentro, en Reebok, el presidente de la firma, Paul Fireman, le puso en una mesa de la sede de Canton un cheque de diez millones de dólares con una condición: que no se reuniera con los demás y que la relación quedara sellada en ese momento. Gloria, la madre del chico, tenía los ojos que le hacían chiribitas. No valió ese dicho del pájaro en mano y fue LeBron el que, con cara de póquer, decidió esperar. Reebok tenía al jugador de moda en la NBA, Allen Iverson, y había entrado en el terreno musical con Pharrell Williams y Jay-Z, que siempre es sinónimo de querer dominar el mercado, y se quedó con la miel en los labios con el ‘23′ de Akron. En Adidas contrataron a David Bond para, casi como función principal, ficharle. Hicieron sombra a James en sus partidos y valoraron una oferta de cien millones, que nunca se llegó a presentar de manera tan inflada, y también quedó en segundo plano. En Nike llegó la magia. Maverick Carter, amigo, y Aaron Goodwin, agente, acompañaron a LeBron tanto a esa como a las anteriores reuniones. En la oficina de Beaverton, en el estado de Oregón, se trazó “el mayor plan que se haya visto jamás”, en palabras de E. Scott Morris (diseñador de las zapatillas de baloncesto de Nike). Phil Knight aguantó un día más la mudanza de despacho que estaba realizando eso días para, primero, ofrecer esa sala a LeBron, y, segundo, echarse a la espalda la esperada reunión con él. Por ejemplo, se creó una línea de ropa interior, se pidieron también mochilas, balones y gafas de sol con su nombre, se acondicionó la sala con uno de los manjares que a James le gustaban (los cereales Fruitty Pebbles)... “Estaban todas las zapatillas expuestas y el camino conducía a una caja ubicada en el centro. La caja estaba iluminada pero no tenía nada dentro. Estaba vacía, como diciéndole: ‘Si está listo, su disfraz de Superman está esperándole’. No faltó detalle”, declaró Morris en The Undefeated. El resto es historia. Fue el contrato de zapatillas más lucrativo de Nike y el segundo más rentable en toda categoría tras el de Michael Jordan, el hombre cuyos pasos LeBron siguió y sigue a ritmo de vértigo.