Lanús - San Lorenzo: el Granate terminó con dos jugadores menos y Leandro Díaz en el arco, pero venció 2-1 al Ciclón
Díaz, de penal, y Matías Esquivel anotaron los goles; Lautaro Morales y Luciano Boggio vieron la tarjeta roja
Los dos equipos se estudiaban y los arqueros eran meros espectadores. Hasta que a los 15 minutos una jugada lo cambió todo. Matías Esquivel hizo de las suyas y le dio un pase de básquet a Lautaro Acosta. Filtrado. Entre líneas, con ventaja para el atacante. Rafael Pérez lo tumbó, pero Facundo Tello no se dejó llevar. Le ordenó al capitán granate que se levantara. Acosta protestó como si no hubiera mañana. El juego siguió hasta que el árbitro recibió el llamado del VAR. Desde Ezeiza, Silvio Trucco le sugirió a su colega en campo revisar la jugada. Había contacto y...casi cinco minutos después de la acción original, hubo penal. Leandro Díaz, muy tranquilo, puso a Lanús en ventaja con un remate al medio del arco.
Lo mejor del partido
Ese gol le dio tranquilidad a Lanús, que perdió vértigo por la lesión de Lautaro Acota y ganó en criterio con el ingreso de Luciano Boggio. El primer tiempo fue casi un unipersonal de Matías Esquivel, que redondearía un gran rendimiento con un remate desde afuera del área para el 2-0. Todo ocurrió en un par de segundos: Díaz pivoteó y el joven de 23 años le pegó de zurda sin pensarlo dos veces. Era el castigo que San Lorenzo se había buscado por no saber nunca qué hacer con la pelota ni cómo ganarles en dinámica y movilidad a los dos mediocampistas de Lanús: Raúl Loaiza y Tomás Belmonte. El marcador era justo, y reflejaba la superioridad local. Este Lanús 2023, al contrario del que deambuló por la Liga Profesional el año pasado, sabe a qué juega.
A juzgar por el rostro de Rubén Darío Insua, esos primeros 45 minutos deben haber sido de lo peor de su ciclo. Su voz en el vestuario debe haberse escuchado hasta en el Nuevo Gasómetro. Hizo dos cambios (debutó el colombiano Carlos Sánchez e ingresó también Ezequiel Cerutti) y podría haber cambiado a medio equipo. Durante esa primera parte, el Ciclón ni sopló. Estuvo desconocido, con errores en todas sus líneas y rendimientos individuales muy flacos.
San Lorenzo arrancó con otra energía. En la primera de cambio, Cerutti fue hasta el fondo y desbordó. No llegó Vombergar a terminar la jugada. Pero el Ciclón anunció que no estaba dispuesto a dejarse llevar. Para colmo, a Lanús le salió un problema de la nada. Cristian Lema, el referente de su defensa, dejó la cancha, lesionado, y en su lugar ingresó el colombiano Felipe Aguilar. Las piezas cambiaban, pero el resultado se mantenía.
Frank Kudelka, entrenador granate, intentó cerrar el partido a los 15 minutos del segundo tiempo. Sacó de la cancha a Esquivel, el mejor de todos, y pobló más la mitad de la cancha con Julián Fernández. A partir de un mejor San Lorenzo, Lanús quiso oponerle más marca. Y apostó por algún contragolpe que pudiera manejar el uruguayo Boggio con la velocidad de De la Vega y la potencia de Díaz. El Ciclón era ahora el dueño de las acciones, pese a que estaba dos goles abajo en el marcador. Le faltaba profundidad; le faltaba gol.
Y casi lo consiguió a los 21 minutos del segundo tiempo, cuando Malcom Braida estuvo muy cerca de descontar. Su cabezazo besó el palo izquierdo del arco de Lanús. Fue la mejor jugada de San Lorenzo en el partido. Y el primer aplauso de su entrenador. De todas maneras, los visitantes debían hacer algo más si querían cuestionar la victoria del conjunto granate, que en el primer tiempo había hecho todos los méritos. En una jugada, la primera elaborada de la segunda parte, Julián Fernández encontró un tiro bien ubicado desde afuera del área. Atajó Facundo Altamirano y mantuvo a San Lorenzo en partido.
A siete minutos del final, Lanús revivió a San Lorenzo. Solito. Primero, Lautaro Morales se hizo expulsar por un intento de agresión a Adam Barreiro. Pero como su DT había usado las tres ventanas de cambios, Leandro Díaz tuvo que hacerse cargo del buzo y de los guantes. No tuvo demasiado trabajo, pero sufrió un gol que puso en entredicho una victoria hasta ese momento cómoda del local. Lo anotó Nicolás Blandi. Un minuto después, Luciano Boggio tiró la pelota lejos estando amonestado y recibió la segunda tarjeta amarilla. Así, terminó acorralado por un Ciclón que se fue con una derrota por lo que no hizo en el primer tiempo. Lanús festejó: se durmió líder y tiene 100% de efectividad. Dos jugados, dos ganados.