Independiente, en Rojo: los cambios de Stillitano no funcionaron y perdió claramente con Defensa y Justicia
En Avellaneda, cayó por 2-0; el Halcón sacó distancia rápidamente y podría haber ganado por un margen más amplio
El fútbol es el paraíso de las contradicciones. Los técnicos le piden paciencia a los hinchas, pero toman decisiones a velocidades vertiginosas. Lo hacen los veteranos consagrados, los imitan los más noveles y con menos experiencia. Apenas siete días atrás, Leandro Stillitano, el joven DT de Independiente, hablaba de consolidar el funcionamiento de su equipo “con el correr de las fechas”; manifestaba su voluntad de “llevar a los chicos de a poco para aliviarles la presión”; y se alineaba con la directiva en la determinación de separar del equipo a Sergio Barreto mientras no firmase la renovación de su contrato.
Una semana después, el ex ayudante de Ariel Holan cambió medio equipo en relación al conjunto que empató con Vélez. Fueron seis cambios, solo uno obligado por la lesión de Edgar Elizalde. El regreso apresurado de Barreto, que pasó de “colgado” a capitán a la velocidad de la luz, aunque todavía no haya firmado su vínculo (hubo arreglo de palabra); el debut de Santiago Salle (18 años, de las inferiores), cuya situación había provocado la respuesta del técnico sobre el hecho de apurar a los pibes; y el envío al banco de tres jugadores que parecían fijos: Agustín Mulet, el único de marca pura en mitad de cancha; Rodrigo Márquez, figura en el debut ante Talleres; y Matías Giménez, el delantero que despertó muchas ilusiones en la pretemporada. En definitiva, nada muy diferente a lo que hizo Lionel Scaloni en Qatar tras la derrota inicial ante los saudíes, pero con distinto final.
Lo mejor del partido
Es cierto que no se le pueden negar algunas dosis de acierto a Stillitano. Desde la acción inicial –una trepada de Ayrton Costa que la intervención de Nazareno Colombo evitó que fuese gol de Martín Cauteruccio–, el Rojo mostró algo más de ese volumen de juego que se echó de menos en los anteriores partidos. Agresivo el equipo en la presión alta, sumando mucha gente en ataque y con el picante de las gambetas Nicolás Vallejo y Baltasar Barcia, Independiente salió al campo con una ambición que no había enseñado en jornadas anteriores.
¿Cómo explicar entonces que se fue al descanso perdiendo 2-0? Muy simple. Porque en el deporte quienes definen los detalles son los intérpretes. Así, a los 6 minutos, Kevin López se enredó con la pelota en tres cuartos de cancha, la perdió con David Barbona cuando detrás suyo solo quedaba Salle para tapar un eventual contraataque. Nicolás Fernández picó al vacío, recibió solo y definió sin problemas. Un rato más tarde, a los 32, el que se equivocó fue Damián Pérez. Entre Agustín Sant’Anna y Rodrigo Bogarín le robaron el balón en el área, Salle despejó corto y Santiago Solari la acomodó en la red.
Del otro lado no le fue mucho mejor al Rojo. Iván Marcone tuvo un zurdazo franco a los 14, y Cauteruccio, un disparo sencillo en la puerta del área chica y sin arquero a los 43, pero ambos le erraron al arco.
Los fallos individuales condicionaron el andar del local, cuyo rendimiento fue decreciendo con el paso de los minutos y nunca logró descifrar ni contener la eficacia de su oponente en el contraataque. Kevin Gutiérrez, Julián López y sobre todo David Barbona comenzaron a mostrar su prolijidad de manejo en el medio; Solari y Uvita Fernández, a complicar por dinamismo y velocidad, y entre todos evidenciaron las enormes dificultades de Independiente para recuperar la pelota, su principal error colectivo.
Muy poco cambió en la segunda mitad. El local fue por necesidad pero con cada vez menos ideas e idéntico desequilibrio defensivo. Como a los 8, cuando una nueva pérdida en la transición no acabó en penal de Barcia porque el VAR corrigió la decisión inicial de Fernando Rapallini. O en otras dos ocasiones que desperdició Gabriel Alanís.
Ganó bien Defensa y Justicia. Fue práctico y falló poco en el área contraria. Sumó una nueva decepción Independiente. Esta vez quiso hacer cambios de fondo Stillitano, un poco como Scaloni en Qatar, y logró mejorar la producción del equipo en ofensiva, pero pagó caro sus descompensaciones atrás y su falta de resolución adelante. Porque en el fútbol la decisión final la tienen los intérpretes, y el Rojo, es sabido, no tiene los que tiene la selección..