Europa League: Lisandro Martínez brilla en un Manchester United en ascenso, mientras Barcelona profundiza su debacle continental
El defensor argentino anuló a Raphinha y Robert Lewandowski y su hinchada le dedica canciones; segundo fracaso blaugrana seguido en el certamen desde la salida de Lionel Messi
Aquel cántico tiene su historia, envuelto en el éxito, el resentimiento y la Guerra de Malvinas. Pero casi desde el momento en que el defensor hizo su debut con la camiseta Red Devil, se apropió por completo de la tradición. Cada intervención salvadora, cada barrida fuerte pero limpia, cada cabezazo que se ríe de aquellos que subestimaron su metro 76 de estatura, hoy están acompañados por aquel mimo de los simpatizantes mancunianos. Y en la tarde del jueves, con la victoria por 2-1 después de estar detrás en el marcador, sobraron las razones para que los elogios siguieran llegando.
Frente a delanteros del calibre de Raphinha y Robert Lewandowski, el desafío para el entrerriano era de máxima exigencia, con la presión para el club de poder quedar eliminado de las competencias europeas en una etapa temprana. Pero el ex zaguero de Newell’s y Defensa y Justicia estuvo cómodamente a la altura de las circunstancias: según recopiló Dataref, ganó 7 de sus 10 duelos tanto en el aire como en el césped, realizó 4 despejes (más que cada uno de sus compañeros) e interceptó 8 pases, con un rendimiento crucial para asegurar la continuidad de la campaña. Los dos atacantes rivales quedaron reducidos a pequeñas expresiones.
A pesar del triunfo, Martínez dio lugar a cierta autocrítica por el rendimiento en el inicio, cuando Manchester United se vio superado. “El primer tiempo no fue de lo mejor que veníamos haciendo, pero en el segundo cambiamos las energías. Creímos hasta el final y tuvimos la recompensa del esfuerzo. No dimos ninguna pelota por perdida, y producto de eso vinieron los dos goles”, observó. Y reveló que la charla del entrenador Erik ten Hag fue tajante en el entretiempo: “No puedo decir en cámara lo que dijo. Nos retó bastante, porque el equipo no se veía como venía haciéndolo. Teníamos un rival muy bueno, que con la pelota hace correr muchísimo si no se es agresivo. Cuando se empeza a correr atrás de la pelota, el desgaste es el doble”.
Su palabra tras el pase a los octavos de final
La debacle de Barcelona en Europa
Después de un buen desempeño en el primer tiempo, con dominio de la pelota, llegadas constantes al área y el penal de Lewandowski para coronarlo, la actuación del equipo blaugrana en la segunda mitad dejó mucho que desear. El equipo al que dirige Xavi Hernández bajó profundamente la intensidad ante un United que lo avasalló desde el regreso. Algunas decisiones tácticas del entrenador, como la salida de Ronald Araújo, generaron el efecto adverso, y el conjunto español terminó por firmar una mala actuación.
Es notable la pendiente negativa que arrastra el quíntuple campeón de la Champions League desde los últimos años de la estadía de Lionel Messi en el club. Hace cuatro años compitió en una semifinal, en la que cayó de forma abrupta en una remontada de Liverpool en Anfield Road, y desde entonces cada eliminación se dio en una etapa anterior. En 2020 alcanzó los cuartos de final y sufrió una humillación histórica a manos de Bayern, que le propinó un 8-2. Al año siguiente se despidió en los octavos de final a manos de PSG, en lo que terminaría siendo la última campaña con la Pulga. A partir de entonces, ni siquiera superó su grupo: en 2022 bajó por primera vez a la Europa League y cayó ante Eintracht Frankfurt en los cuartos de final, y ahora copió la historia, pero en los dieciseisavos.
La gestión de Xavi, leyenda de la institución como jugador, logró reencauzar la participación culé en la liga española, que hoy lidera cómodamente en pos de su primera conquista desde 2019. Pero Barcelona sigue muy atrás en cuanto a competitividad en el ámbito internacional: la mayoría de sus caídas se da frente a equipos con los que supo competir mano a mano en definiciones hace una década y alrededores. En este contexto, resuenan palabras que pronunció Messi en uno de sus discursos inaugurales de temporada, sobre el final de su etapa en Cataluña: “Tenemos que valorar lo que conseguimos. Quizá hoy no le damos el valor que merece, pero de acá a unos años vamos a darnos cuenta de lo difícil que es hacer eso”.