El debate por la vigencia del tanque: un elemento clave para las operaciones ofensivas en la guerra europea
A un año del inicio de la invasión rusa, no hay aún una definición clara sobre su evolución y, menos aún, sobre un acuerdo final. Ante la promesa de Occidente de entregar nuevos equipos a Ucrania, especialmente blindados, nos preguntamos sobre el rol de los tanques en la guerra moderna
Después de 12 meses de guerra, la industria de la defensa de Ucrania por los bombardeos rusos depende casi enteramente de las armas y municiones de Occidente, pues su equipamiento inicial es de origen ruso y ya no cuenta con el mantenimiento mínimo necesario para seguir en funciones.
Como dato objetivo por considerar, el ritmo de empleo de munición de Ucrania duplica el ritmo de producción de los países de Occidente que se las suministran.
Al respecto el exjefe del Estado Mayor Conjunto del Reino Unido, mariscal del aire Edward Stringer, expresó: “Lo que más le conviene a Occidente es multiplicar drásticamente el apoyo a Ucrania en los próximos meses porque, si seguimos suministrándolo con cuentagotas para que Ucrania no pierda, lo único que hacemos es prolongar la guerra”.
Si se tiene en cuenta que las bajas de personal son casi similares en ambos bandos –pero que la población rusa es 3,5 veces mayor que la de Ucrania–, para proveer los correspondientes reemplazos, aparece como definitorio el empleo del arma blindada a oruga por excelencia que a lo largo de la historia ha definido los enfrentamientos: el tanque.
Cantidad necesaria
En octubre pasado, el jefe de Estado Mayor de Ucrania, general Valerii Zaluzhnyi, aseguró que “Ucrania necesitaba 300 tanques, 700 vehículos de combate de infantería y 500 obuses adicionales para su ofensiva planeada para este año”. No obstante, en diciembre pasado, declaró a la revista Military Balance que “con 300 blindados se podría vencer al enemigo”. A tal efecto, Ucrania solicitó a Occidente el envío de entre 300 y 500 tanques para una contraofensiva y otros blindados para proteger a su gente. Como respuesta a tal pedido, Rusia afirmó que el eventual envío de tanques no cambiará nada en el terreno y acusó a los occidentales a mantener la ilusión de una victoria de Ucrania.
Luego de la reunión del 20 de enero en la base militar de Ramstein (Alemania), Occidente definió qué tipo de tanques enviará cada país a Ucrania. El país más reticente fue Alemania por su vínculo gasífero-petrolero-comercial con Rusia. Más allá del acuerdo, ninguno de los participantes quiere ser interpretado como un cobeligerante.
Como definición de la reunión, el 25 de enero de 2023, EE. UU. y Alemania acordaron el envío de tanques, junto a vehículos de combate de infantería, pero con la oposición de Hungría que, como país miembro de la OTAN y de la UE, lo considera como un apoyo abierto que pudiera desencadenar el involucramiento de la organización en el conflicto.
Modo de empleo
En la guerra moderna, los tanques han sido un elemento clave en las operaciones ofensivas, para atravesar las líneas enemigas y recuperar el territorio. Usados de manera efectiva, brindan potencia de fuego móvil, protección, impacto y sorpresa. Concentrados en números, pueden dislocar las defensas de un enemigo. Pero también necesitan el apoyo de la artillería para debilitar primero esas defensas y luego el apoyo de la infantería para mantener el terreno recuperado.
En representación de los variados conocedores del empleo de blindados, Hamish de Bretton-Gordon, excoronel del Real Regimiento de Tanques británico, consideró que los números son importantes para lograr un gran avance. Una brigada blindada para una operación ofensiva significativa normalmente incluiría al menos 70 tanques. Entonces, más de 100 tanques de batalla occidentales podrían marcar una gran diferencia. Luego, está el apoyo adicional necesario para realizar una “maniobra de armas combinadas”, donde se requiere del apoyo de vehículos autopropulsados de artillería y otros que permitan romper minas y tender puentes.
Para capturar terreno rápidamente, los blindados utilizarían su velocidad como elemento de sorpresa, evitando las áreas urbanas donde serían más vulnerables a los ataques. Rusia mostró su errada estrategia en el principio de esta guerra, en su intento fallido de rodear Kiev mediante una larga columna de blindados en un solo camino, que constituían un blanco fácil de batir y muy difícil de abastecer.
Por último, es necesario tener en cuenta que el entrenamiento requerido de las tripulaciones que utilicen nuevo material también llevará tiempo, semanas, si no meses, y no queda claro cuándo Ucrania contará con el material a disposición. De hecho, en declaraciones recientes, la secretaria del Ejército de los EE. UU., Christine Wormuth, advirtió que ninguna de las opciones que están analizando prevé un escenario de “semanas o dos meses” para entregar los M1 Abrams prometidos por su país. “Hay plazos más largos involucrados, pero creo que hay opciones de menos de un año y medio”, señaló la secretaria.
Por su parte, Israel solo entregará tecnología avanzada para la detección de amenazas aéreas a fin de prevenir a la población de lanzamientos de misiles y drones, y así evitar represalias rusas en Siria en apoyo a Hezbollah en la transferencia de armamento en su frontera con Líbano. Sin embargo, el nuevo gobierno del premier Netanyahu, al igual que el de Erdogan en Turquía, aspira a convertirse en mediador del conflicto.
Como dato de color, la jefa del Comando Sur de EE. UU., general Laura Richardson, pidió a los países latinoamericanos que donasen equipamiento ruso a Ucrania para reemplazar el de los EE. UU. Colombia, Perú, Brasil, México y Bolivia están en esa lista; estos países poseen mayormente helicópteros de transporte con grandes dificultades de mantenimiento.
Características del material
El Challenger 2 (inglés), el Leopard 2 (alemán) y el M1 Abrams (estadounidense) son más rápidos que la mayoría de los tanques de fabricación rusa, con velocidades de más de 40 km por hora en terreno accidentado. Respecto al combate nocturno, solo los tanques más avanzados de Rusia, como el T-90, están equipados para luchar de noche, pues los ataques al amparo de la oscuridad también se suman al elemento de conmoción y sorpresa propio del blindado
A partir de recibir el nuevo material de Occidente, el mayor desafío para Ucrania será la logística a fin de mantener el flujo de combustible, municiones y repuestos. Ucrania no solo tiene que mantener su antiguo arsenal de la era soviética, sino que también debe preocuparse por un inventario cada vez más complejo de armas suministradas por Occidente.
Como ejemplo del problema logístico para Ucrania, los tanques Challenger 2 de Gran Bretaña no usan la misma munición estándar de la OTAN que el Leopard y el Abrams. El Challenger 2 ya no está en producción, e incluso el Ejército británico ha tenido que canibalizar algunas piezas de repuesto de su flota existente. Además, los ingenieros ucranianos pueden estar familiarizados con la reparación de motores diésel, como los del Leopard y del Challenger, pero el Abrams estadounidense funciona con un motor de turbina de gas más complicado. También consume aproximadamente el doble de combustible que un Leopard de fabricación alemana.
Además de los tanques, se han suministrado a Ucrania miles de armas antitanques, diseñadas para destruir tanques con un solo disparo, que fueron particularmente importantes para detener el avance de las fuerzas rusas en Kiev en las horas y días posteriores a la invasión.
En los meses siguientes a la invasión y la retirada de Rusia de Kiev, gran parte de la guerra se centró en el este del país, donde había una gran demanda de suministros de artillería para Ucrania. En ese momento, Australia, Canadá y EE. UU. enviaron obuses y municiones M777, siendo el alcance del M777 similar al obús Giatsint-B de Rusia y mucho más largo que el cañón remolcado D-30 de Rusia.
Asimismo, la artillería de largo alcance enviada por EE. UU. y por varios países europeos es el sistema de cohetes de artillería de alta movilidad (Himars), un sistema de lanzamisiles múltiple ligero montado en un camión militar. Se cree que Himars fue fundamental para el éxito de Ucrania al hacer retroceder a las fuerzas rusas en el sur, particularmente en Kherson en noviembre. No obstante, el alcance de Himars y de muchos otros sistemas varía según las municiones utilizadas. Al respecto, se cree que los donantes occidentales no han proporcionado las municiones con el mayor alcance. Las municiones que, según se cree, se suministraron a Ucrania le dan al sistema un alcance de 80 km aproximadamente, que es mayor que el sistema Smerch utilizado por los rusos.
Para la defensa aérea, EE. UU. anunció en diciembre que enviaría el sistema de misiles Patriot a Ucrania, mientras que Alemania y los Países Bajos hicieron lo mismo recientemente. Este sistema altamente sofisticado tiene un alcance de hasta 100 km, según el tipo de misil utilizado, y requiere un entrenamiento especializado para los soldados ucranianos, que probablemente se llevará a cabo en una base del Ejército estadounidense en Alemania. De todos modos, el funcionamiento del sistema es costoso, pues cada misil Patriot cuesta alrededor de 3 millones de dólares.
Desde el comienzo del conflicto, Ucrania ha estado utilizando sistemas tierra-aire de la era soviética contra los ataques rusos. Antes de que comenzara el conflicto en febrero, Ucrania tenía alrededor de 250 S-300, y se han realizado esfuerzos para reabastecerlos con sistemas similares almacenados en otros países exsoviéticos, algunos provenientes de Eslovaquia. EE. UU. también ha proporcionado a Ucrania Nasams (la sigla en inglés de Sistema Nacional Avanzado de Misiles Tierra-Aire). Los primeros Nasams llegaron a Ucrania en noviembre.
Además, el Reino Unido ha proporcionado varios sistemas de defensa aérea, incluido Starstreak, diseñados para derribar aviones en vuelo bajo a corta distancia. Alemania también ha proporcionado sistemas de defensa aérea, incluidos los sistemas de defensa aérea que pueden atacar misiles que se aproximan a una altitud de hasta 20 km.
Como última consideración, el empleo de drones ha tenido una gran presencia en el conflicto hasta el momento, y muchos se han utilizado para operaciones de vigilancia, selección de objetivos y carga pesada. Turquía ha vendido drones armados Bayraktar TB2 a Ucrania en los últimos meses, mientras que el fabricante turco del sistema ha donado drones para operaciones de financiación colectiva en apoyo de Ucrania. Los analistas dicen que los Bayraktar TB2 han sido extremadamente efectivos, volando a unos 25.000 pies (7600 m) antes de descender para atacar objetivos rusos con bombas guiadas por láser.
Experiencia de guerra
Pese a las previsiones de Occidente para un futuro empleo del material más eficaz sobre el ruso, se debe recordar que en el oblatz de Kursk, limítrofe al noreste del territorio del Donatz, los rusos frenaron el avance alemán en el mayor enfrentamiento de blindados durante la Segunda Guerra Mundial. Fue la batalla de Kursk, que se desarrolló del 5 al 23 de julio de 1943. Esta victoria les permitió recapturar el este del río Dnieper en diciembre del 43 y capturar Crimea entre abril y mayo del 44, ambas acciones en al actual territorio de Ucrania.
Es necesario recordar que la guerra no se gana con tanques, sino con los hombres que los tripulan.