El cabezazo de Casemiro y el autogol de Botman en la primera mitad sellan el primer trofeo en seis años
LA mejor manera de ganar trofeos es reclutar ganadores de trofeos experimentados.
Y fue Casemiro, cinco veces ganador de la Liga de Campeones, quien guió al Manchester United hacia su primera medalla de plata en seis años cuando el equipo de Erik ten Hag frustró las esperanzas del Newcastle de poner fin a una sequía mucho más prolongada.
Esa fue la diferencia en esta final de la Copa Carabao porque Newcastle disfrutó de la mayor parte de la posesión y jugó una parte decente del fútbol.
Newcastle estará de vuelta en Wembley en poco tiempo, los despiadados financiadores de Geordie Arabia se asegurarán de eso.
Pero el equipo de Eddie Howe , ahora sin victorias en cuatro partidos, comienza a parecerse a lo que es: aproximadamente la mitad del equipo que Howe heredó de Steve Bruce.
Ya se han gastado 250 millones desde la adquisición de Arabia Saudita, pero aún quedan muchas mejoras por hacer.
Londres había sido sumergido por una borrachera de Geordie de todo el fin de semana, pero los fanáticos de Newcastle habían logrado salir de las fuentes de Trafalgar Square para llegar a Wembley y crear una gran conmoción.
Para el portero Loris Karius, el fallido chivo expiatorio del Liverpool en la final de la Liga de Campeones de 2018, hubo una primera aparición en dos años desde un período de préstamo en Union Berlin, con Nick Pope suspendido y Martin Dubravka empatado en la copa.
El alemán podría haberlo hecho mejor en ambos goles, pero evitó algo como su humillación en Kiev.
Bruno Guimaraes había sido sospechoso durante tres partidos después de una tarjeta roja en la semifinal contra Southampton, y Newcastle no había ganado sin su mediapunta brasileño.
Durante media hora fue mortalmente aburrido, aunque Newcastle jugaba la mayor parte del fútbol.
Luego, Allan Saint Maximin fileteó a Diogo Dalot y vio su disparo bloqueado por David De Gea en el primer palo, Guimaraes hinchó una volea en el rebote.
Martínez necesitó un tratamiento prolongado por una lesión en la cabeza después de un choque con Fabian Schar, pero tan pronto como el argentino se recuperó, los hombres de Ten Hag tomaron la iniciativa.
Después de que Weghorst robara a Guimaraes con una excelente entrada en su propia área penal, el gran holandés se imponía en el extremo opuesto.
El hombre cedido en Burnley se lanzó a un galope improbable hacia la defensa de Newcastle y deslizó un pase para Rashford, cuyo tiro se desvió en la espinilla de Botman, que lo elevó sobre un Karius que caía y en la esquina más alejada.
Dos goles en seis minutos sumieron en el silencio a la mitad blanquinegra del estadio, tan ruidosa desde el principio.
Dan Burn debería haber reducido a la mitad el déficit poco después, pero desvió un cabezazo desviado de un centro de Kieran Trippier.
Pero Weghorst, repentinamente lleno de él, avanzó de nuevo y disparó con un tiro que Karius hizo bien en empujar.
En el descanso, Howe envió a Alexander Isak como segundo delantero, en lugar de Sean Longstaff, mientras que Ten Hag introdujo a Aaron Wan-Bissaka por Dalot, que estaba en amarilla.
Fred desperdició una gran oportunidad de tiro, pero Newcastle todavía estaba dentro con un grito, Saint Maximin siempre vivo con el balón.
Sin embargo, Varane y Martínez siempre estuvieron allí: cabezazos ganadores, bloqueos de tiros, disfrutando cada parte del trabajo sucio que se les exigía.
Marcel Sabitzer, recién llegado como suplente, ganó una entrada feroz y alimentó a Rashford, quien cortó hacia adentro y obligó a Karius a salvar decentemente.
El suplente del Newcastle, Jacob Murphy, disparó desviado por muy poco al final, pero el resultado rara vez pareció dudar seriamente después de ese rápido uno-dos en la primera mitad.
Y Fernandes casi hizo el tercero en los últimos segundos, pero Karius se levantó bien para evitar más sufrimiento.
