Colón - Huracán: en el debut de Néstor Gorosito, el Sabalero no pudo ante los suplentes del Globo y empataron 1-1
Gorosito alcanzó un récord en el fútbol argentino ya que dirige al décimo equipo de Primera División. Desde 1990, solo otros dos técnicos alcanzaron dicha marca: Ricardo Caruso Lombardi y Leonardo Madelón (actualmente en Central Córdoba)
A la gente y al plantel de Colón les quedó poco en el balance. Apenas dos puntos en cinco fechas (su primer punto lo consiguió hace una semana como visitante en la cancha de su tradicional adversario cuando igualó con Unión 1 a 1). Tampoco se puede criticar al cuerpo técnico que recién el miércoles pasado llegó a Santa Fe y entrenó todos los días siguientes. Mucho menos esa crítica puede alcanzar al Globo, que cumplió lo mejor que pudo este compromiso.
Gorosito fue el centro de todas las miradas. El entrenador es consciente que sobre sus espaldas recaen muchas expectativas. Era un viejo anhelo de la dirigencia que dejó pasar algunos meses con indefiniciones y por las que tuvo que pagar un alto costo. Por fin consiguió que Pipo venga nuevamente al interior –es ésta su tercera experiencia después de San Juan y Rosario- y con los pergaminos que exhibe: un buen trabajo en Gimnasia (LP) luego de ser campeón con Olimpia de Paraguay. Además, con este nuevo desafío, Gorosito alcanzó un récord en el fútbol argentino ya que dirige al décimo equipo de Primera División. Desde 1990, solo otros dos técnicos alcanzaron dicha marca: Ricardo Caruso Lombardi y Leonardo Madelón (actualmente en Central Córdoba).
Lo mejor del partido
Para este empate uno a uno ante Huracán, el cuerpo técnico trabajó en varios frentes: el anímico, el físico y el deportivo. En este último, si bien no hubo una modificación total del sistema que venía aplicando Marcelo Saralegui, recientemente relevado del cargo, Gorosito, entendiendo el escaso margen de tiempo desde su llegada hasta hoy, cambió algunas fichas, incluso modificó el esquema para defenderse, cuando colocó tres centrales en el fondo y dejó los laterales en una posición más ofensiva. Que no se pudiera lograr el objetivo del triunfo no solo obedece a errores propios –algunos infantiles- sino a la rebeldía de Huracán.
La reacción del sabalero fue más evidente en el complemento. Apretó más arriba en el medio pero Huracán no perdió el orden, desde la línea de volantes hacia atrás. Los cambios no alcanzaron para modificar el esquema que planteó Dabove, pero fueron suficientes para hacer trabajar al golero local. Lo más importante para el técnico se jugará el próximo miércoles. En esa misma línea Colón buscó, pero sin claridad, a los arrebatos, como el desteñido pasado que no se quiere ir. Cambiar no es fácil; hay que querer poder hacerlo.