El
español, tras una gran jugada de Theo, anotó el tanto con el que los
italianos tumbaron a un apagado Tottenham y pueden soñar con volver a
cuartos por primera vez desde 2012.
As
Hace poco más de una semana el Milan empeoró con un derbi perdido una racha terrible,
la peor de los últimos tres años. Tras cuatro derrotas consecutivas,
siete partidos sin ganar y 18 goles en contra, los rossoneri han
renacido, pasando de la depresión a la ilusión en dos encuentros. Después
de la victoria con el Torino, los milaneses batieron también al
Tottenham gracias a un tanto de Brahim y a una actuación que rozó la
perfección. A Conte, en cambio, tras el 4-1 con el Leicester le tocó otro partido para olvidar.
Los de Pioli, que sorprendió renunciando a Tomori (utilizando
a Thiaw y Kjaer al lado de Kalulu), agredieron el partido empujados por
un San Siro caliente y apasionado como en sus mejores noches. El
comienzo del choque fue un largo arreón rossonero que los ingleses,
lentos en coger ritmo, no podían controlar. Los peligros llegaban
desde la banda izquierda milanista, donde Emerson y Romero sufrieron
muchísimo las llegadas de un Theo en su mejor versión. El francés quiso jugar a pesar de unas molestias y fue imparable, protagonizando con Brahim la jugada que rompió el partido. El exmadridista se deshizo con fuerza de un Romero en confusión, superó también a Dier y remató, topándose con Forster. El sustituto de Lloris también neutralizó con un paradón el segundo intento de Brahim, pero no pudo hacer nada cuando el español se tiró casi en plancha para cabecear el esférico entre palos.
Las noches de Champions al 10 milanista les sientan genial: como
publicó la cuenta de Opta, el español, de 23 años, fue el rossonero más
joven en marcar en la fase de eliminación directa de la Champions desde
Kaká en 2004.
El 1-0 llegó temprano, en el 7′, y el Tottenham tuvo tiempo para despertarse.
Los ingleses, con el paso de los minutos, cogieron las riendas del
partido, pero las ausencias en la medular se notaron en la construcción
de juego. Kane, muy aislado arriba, no asustó nunca a una atenta zaga milanista, que también controló las llegadas de Kukusevski y Son, únicas señales de vida de los Spurs.
La segunda parte comenzó con Romero confirmando su noche para olvidar derribando de mala manera a Tonali: fue amarilla, los italianos pidieron roja.
Era la enésima señal de un equipo en dificultad, que tocaba el balón sin ideas y no acercándose nunca a la zona de Tatarusanu.
El Milan, en cambio, seguía ordenado en busca del contragolpe, y llegó a
rozar el 2-0 en dos ocasiones, ambas cerca del 80′ y con dos
testarazos. El primero, de De Ketelaere, fue neutralizado por Perisic; el segundo, de Thiaw, acabó fuera por muy poco. El
intento de asedio final del Tottenham no le dio miedo a un San Siro que
celebró la victoria y certificó el adiós a la terrible crisis de enero. La eliminatoria está abierta, pero el Milan jugará en Londres con ventaja y vuelve a sentirse grande, soñando con unos cuartos que no vive desde 2012. Hace un par de semanas, ni el más optimista lo habría imaginado.