Belgrano - River: falencias del pasado para el nuevo equipo de Martín Demichelis
River se fue de Córdoba con la conocida sensación de haber perdido tres puntos más por errores propios que por virtudes del rival
Dos tiros al arco, dos goles en contra. River se fue de Córdoba con la conocida sensación de haber perdido tres puntos más por errores propios que por virtudes del rival. Una vez en cada tiempo, el equipo de Demichelis se equivocó en el fondo y su rival lo aprovechó para lastimar en el área con un intratable Vegetti: a los 38′ de la primera parte y a los 22′ de la segunda marcó el delantero del Pirata para sentenciar el primer triunfo del equipo cordobés en su regreso a primera división. Pero, así y todo, cuando un equipo falla demasiado para facilitarle el juego a su rival, es difícil poder aferrarse a un merecimiento que finalmente no se transformó en el resultado.
Primero, en la parte inicial, una mala salida en el área tras un pelotazo -con tropezón incluido- de Enzo Díaz complicó una jugada controlada en la que Ulises Sánchez recuperó una posesión perdida y Vegetti capitalizó un buen centro de Ariel Rojas para el 1-0 con un derechazo en la puerta del área chica tras ganarle la espalda a Milton Casco. Luego, en el segundo tiempo, el lateral Andrés Herrera se embarulló con la pelota ante la marca de Sánchez y un mal rechace en el fondo le permitió al propio Rojas volver a habilitar a Vegetti, quien definió con un derechazo al segundo palo con una floja respuesta de Franco Armani. En esa jugada, quedó expuesta la marca de los centrales Maidana y Díaz, quien debutó como segundo marcador por la lesión en el isquiotibial izquierdo de Emanuel Mammana en una decisión que no tuvo los mejores resultados.
“Tuvimos dos errores que nos costaron caro. En el balance del partido manejamos la pelota y nos faltó profundidad. Los partidos acá son así, duros. Ellos se plantaron bien, hicieron un esfuerzo importante y nos costó a nosotros. Hay que seguir trabajando que esto recién comienza. Pensar en el partido que viene, tenemos que levantar”, dijo Jonatan Maidana tras la caída, y agregó:. “A Vegetti le quedaron dos y no falló. Esto es así. A esta clase de delanteros no le podés dar un metro. Pasó eso e hizo los goles y se terminó. Toca trabajar, no agachar la cabeza y pensar en el partido que viene. Tenemos que estar más atentos, sobre todo en algunas contras cuando atacamos y manejamos la pelota porque aprovechan los espacios. Pero en líneas generales no tuvimos más inconvenientes por fuera de esas dos jugadas”.
De acuerdo a los números de Opta, River tuvo el 67% de la posesión, 512 pases (83% acertados) contra 253 (68% acertados), 15 remates (4 al arco) contra 3 (2 al arco) y 8 córners contra 1, pero la película se volvió a repetir: le ofreció facilidades puntuales a un rival que procuró no equivocarse como premisa inicial y fue muy efectivo en el arco rival cuando tuvo la chance de convertir. Así, Belgrano le sacó máximo provecho al trámite del juego con su potencia ofensiva en las únicas dos jugadas de peligro concreto y River pagó demasiado caro sus propias falencias.
A lo largo de todo el partido, el equipo de Demichelis tuvo el control y las ocasiones más claras para marcar. En los primeros minutos mostró el dominio de la pelota y de los espacios como lo había hecho contra Central Córdoba con pases filtrados para buscar huecos a espaldas de los centrales o los laterales y una incesante vocación ofensiva. Así, Miguel Borja y Pablo Solari tuvieron oportunidades para abrir el marcador, sumado a un cabezazo en un tiro libre de Maidana que se fue cerca. Pero, tras el 1-0 en contra, al Millonario le costó volver a encontrarse en el juego.
Lo mejor del partido
Sumado a eso, luego de una gran jugada de José Paradela con un remate de Borja que tapó el arquero Nahuel Losada en el primer cuarto de hora del segundo tiempo, llegó el 2-0 de Belgrano que obligó a Demichelis a mover el banco: ingresaron Salomón Rondón por Borja y Ezequiel Barco por Rodrigo Aliendro y luego entraron Franco Alfonso por Casco y Lucas Beltrán por Paradela. Con los cambios, River tuvo otra predisposición y mostró una positiva reacción que lo llevó al descuento. Es que, a falta de 10 minutos, se volvió a poner el partido gracias al talento de sus jugadores más desequilibrantes: exquisito pase de Barco en profundidad para Solari, centro atrás y definición de zurda de Nacho Fernández al primer palo para marcar el 2-1.
Pero el gol no alcanzó. El Millonario se terminó diluyendo con el correr de los minutos y un cabezazo de Rondón que tapó el arquero Losada en el cierre del juego fue la bajada final del telón de un acto que le dejó una fea sensación en tierras cordobesas. ¿Fue más que Belgrano en los 90 minutos? Sí. ¿Hizo méritos para llevarse al menos un punto? También. ¿Se puede equivocar tanto para ganar? No. Y por eso la sensación es tan conocida: son falencias del pasado para el nuevo River del presente.