BANFIELD 2-3 RIVER / River ganó y habrá Superclásico en la final
El Millonario fue punzante en ataque y frágil en defensa, le ganó 3-2 a Banfield y enfrentará a Boca en el partido definitorio del Trofeo de Campeones.
Desde el inicio, el Millonario se mostró muy peligroso en ataque, con buena circulación desde los pies de Ignacio Fernández y la movilidad de Miguel Borja y Salomón Rondón. A los potentes delanteros se sumaron en el circuito ofensivo los laterales, Esequiel Barco y el decisivo Santiago Simón en su regreso.
El volante que no había siquiera sumado minutos oficiales en 2023 volvió con el entusiasmo de quien quiere mostrar sus condiciones y en su primer intento abrió el marcador con un remate no tan fuerte pero sí muy preciso, desde media distancia, que se metió junto a un palo.
Los de Martín Demichelis empezaron a mover la pelota y a lucir como un equipo de dos caras: dinámicos y profundos en campo contrario; frágiles y abiertos en el retroceso.
Mientras Rondón desperdiciaba de un lado un par de ocasiones claras, del otro Brahian Alemán, Juan Bisanz, Andrés Chávez y Sebastián Sosa Sánchez le generaban algunos dolores de cabeza a Franco Armani.
Entonces, volvió a aparecer Simón para ponerle el moño con otro disparo lejano a una jugada preparada de tiro libre y, con ayuda de un desvío, decretar el 2-0. Aunque la victoria riverplatense era hasta allí justa, el resultado quizás quedaba exagerado en función de lo hecho por ambos.
El Taladro, golpeado en su orgullo, tuvo su mejor momento en el arranque del complemento. Alemán encabezó la reacción y Chávez quedó cara a cara dos veces con el arquero campeón del mundo. En ambas lo venció, pero la segunda fue anulada por posición adelantada, a instancias del VAR.
Cuando peor la pasaba River, Borja pivoteó, cedió para Nacho Fernández, fue a buscar la devolución y le rompió el arco a Facundo Cambeses para destruir la ilusión banfileña.
Luego de eso, el ida y vuelta se atenuó y los de la Banda Roja se dedicaron a administrar la ventaja más lejos de Armani, mientras el reloj corría. Pero al final, otro hueco en la defensa le permitió al ingresado Nicolás Sosa Sánchez recibir sin marca en el área y cederle el gol a Bisanz.
Los de Micho volvieron a tener momentos de interesante despliegue y otros de desconcentraciones que pudieron haber costado incluso más caro, pero siguen a paso firme sumando triunfos que estimulan la confianza. El domingo recibirán a Arsenal con una nueva certeza: en el horizonte, asoma un Superclásico con un título en juego.