B. DORTMUND 1 - CHELSEA 0 / Los millones no tumban al Muro Amarillo
Un gol de Adeyemi tras una carrera espectacular decantó el partido de ida para los negriamarillos. Recital de João Félix con el Chelsea, que se estrelló ante el Muro Amarillo.
Fue un partido de los que amortizaron el dinero invertido en la entrada. Se vieron las caras dos equipos eléctricos, verticales y que fueron a por todas desde el pitido inicial. Logró hacerse con el cuero el Borussia, liderado por un Brandt que comienza seriamente a asumir galones en el cuadro dirigido por Terzic, pero los de negriamarillo no lograron acercarse con peligro al marco protegido por Kepa. Sí lo hizo el Chelsea, a priori algo más pasivo que los locales, pero no por ello menos peligroso. Enzo imponía, Mudryk desbordada y João intimidaba cada vez que controlaba arriba. Fue apreciar los primeros compases del choque para darse cuenta de que el partido dependía de una genialidad o un error. De los famosos detalles.
Pudo estar en una bonita rosca de la cesión del Atlético que, tras recibir un envío de Ziyech en el borde del área, se marchó alta por poco. O en una gran combinación entre Havertz y el propio João que el luso mandó al travesaño posteriormente. Pero no fue todo Chelsea. También tuvieron los locales el tanto inicial en sus botas. Adeyemi, en una acción parecida a la de João, también la mandó alta. Haller la envió al exterior de la red y Wolf, penetrando una y otra vez por la derecha, tampoco estuvo fino en la finalización. El choque pendía de un hilo. Transmitía más sensación de control el Borussia, pero el Chelsea se acercaba con más determinación a las inmediaciones del meta Kobel. Partidazo. La Champions.
La cosa no cambió en los segundos 45 minutos. El ritmo siguió siendo altísimo. Idas y venidas. No hubo tregua. Kobel tuvo que marcarse un paradón tras un libre directo ejecutado por James. Can no paraba de apagar incendios. Kepa se lució en un disparo de Brandt que buscaba el palo. Fue fútbol sin rodeos. Eso sí, sin finura en los metros finales. Parecía estar más cerca el Chelsea. Otro paradón de Kobel en un remate de James. Y fue justo ahí, en sus peores momentos, cuando el Dortmund dio muestra del daño que es capaz de hacer. De la nada. Guerreiro despejó un córner de los ingleses, Adeyemi la cazó y no paró de correr hasta que se deshizo de Enzo y Kepa para finalizar a puerta vacía y poner patas arriba al Signal Iduna Park. Letal. Pendía de un hilo el partido. Y Adeyemi lo reventó.