ATLÉTICO 1-GETAFE 1 / El Metropolitano le da otra vida a Quique
El Getafe se lleva un punto de la casa rojiblanca. El turco empata de penalti un gol de Correa nunca visto antes. Lo marcó y fue cambiado mientras revisaba el VAR.
Simeone y Quique se abrazan fuerte antes de que todo comience para delirio del público, los dos últimos entrenadores que más quieren, o han querido. El balón rueda y, al minuto, del bolsillo de Mateu brota una amarilla: Djené le ha dado a Reinildo una patada con aire Paulista. El Getafe sale serio y con orden, como si esa muerte de la que huir le estuviera avisando. Se espesa en el campo sobre una línea de cinco atrás y con Arambarri de vuelta cuatro meses después, sin ritmo pero la competitividad charrúa de siempre. Simeone, enfrente, con los once del Bernabéu, tenía el balón pero no la profundidad. Y cuando Grizi encuentra una rendija la portería parece haberse tomado una galleta de Alicia para menguar al tamaño de un hoyo canica. Simeone pega a Lemar a la izquierda para vigilar las subidas de Portu.
El Getafe se empecina en presionar en campo rival y Grizi encuentra otra rendija pero con media bota en fuera de juego. Ese lugar en el que también está Morata en la jugada siguiente, cuando agujerea la red de Soria tas recibir de De Paul. El banderín sube, el gol no: ese centímetro siempre de más que persigue como maldito sino. También los empujones de un rival en el área y que el árbitro no silbe penalti. Seguirá siendo el Atleti el único de Primera sin ninguno a favor esta Liga. Sigue Djené en el partido, Quique con once. Porque Djené había sido quien se colgara de la espalda de Morata. Pero el VAR no ve penalti tampoco. Ni segunda amarilla. Sigan, sigan.
Y todo sigue. A pesar de ser esa última una acción tan clara que ni un comunicado haría falta para posarle la lupa. El Getafe se encoge y el Atleti campa ante Soria pero con el tino habitual: ninguno. Lo intenta Koke con un balón suelto en el área y agua. Lo intenta Correa y lo mismo. Grizi, igual. Se encamina el partido al descanso a tirones y el Getafe descubriéndose aún vivo. Termina la primera parte ante Oblak. Ünal le envía una carta a balón parado. Su tiro se estampa en la barrera para regresar a su pie y enviarlo fuera, silbando a un palmo de la madera.
El gol nunca visto, los cinco minutos más de Quique
Tras el descanso, Lemar se lanza sobre una pelota de Nahuel al punto de penalti que sorprende a la defensa de Quique y se va a las manos de Soria. Insisten los rojiblancos, pero con desorden y la portería aún hoyo canica. Entonces Lemar descerraja la pierna y el rechace de Soria le cae a Correa en los pies. Sin pensar, dispara. El balón se aloja en la red, pero no sube sobre sus cabezas por el banderín al alza. Simeone aprovecha para hacer cambios, Llorente y Carrasco por Lemar y Correa, mientras tiende líneas el VAR. La música de intriga se torna cómica. Es válido. Correa celebra su gol desde el banquillo mientras le caen compañeros encima. Bajo las voces, los hinchas, los colores brillantes, la megafonía altísima y el abismo quemando los pies de Quique.
Pero a diez del final, giro dramático de los acontecimientos. Simeone le da cinco minutos más de vida a Quique. Esa frase también salida de Alicia puede esperar. “Que le corten la cabeza”. Primero por echarse el Cholo como siempre atrás. Segundo, por quitar a Morata y meter a Saúl. Una mano del último en el área es la vida extra. Penalti. Lo pita meridiano Mateu. Ünal lo marca aunque Oblak adivine el disparo. 1-1. Intenta Carrasco deshacer el empate pero, como sigue jugando solo para sí mismo, sus contras terminan en nada. Lo reclama Memphis cayendo en el área con más teatro que verdad. Lo busca el Atleti con disparos a bocajarro, piscinas, córner a córner y recordando aquello de Djené, pero todo termina y Quique sigue ahí. Aún. Con un punto que quizá suture, el primero de 2023 para el Getafe. Un punto sobre el que poder respirar. En el Metropolitano tenía que ser.