ALMERÍA 1 - BARCELONA 0 / El Barça deja de competir

El líder desaprovecha la ocasión de dejar media Liga sentenciada (a +10 del Madrid) y cae en Almería, con un gol de El Bilal, en un partido vergonzoso.

Santi Giménez
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Un Barcelona impresentable dejó pasar la oportunidad de dejar LaLiga casi vista para sentencia al perder por 1-0 ante un Almería en zona de descenso en un partido desastroso en el que el equipo andaluz superó al equipo catalán en todos los aspectos del juego, especialmente en el de la motivación. El Barça, que llegaba herido de Mánchester y pendientes del Clásico de Copa se olvidó de lo más importante: jugar para ganar.

Salió Xavi de Old Trafford parapetado en la excusa de “al menos, ahora competimos”. Como todas las malas excusas, esta también duró lo que dura un teléfono móvil en la puerta de un colegio. El partido del Barcelona en Almería fue impresentable en juego, actitud, táctica y técnica.

Una actitud insultante que contrastaba con la de un Almería desatado que desde el primer momento ganaba todos los duelos y que demostraba que entre ganar un título o bajar a Segunda, es más importante lo segundo. Aunque el Barça, después de sus desastres europeos no es que esté para elegir.

Desde la alineación de Xavi, que debió pensar más en la ida de semifinales de la Copa ante el Madrid el próximo jueves, que en LaLiga donde se podía atar un campeonato que el sábado se había puesto a tiro cuando el Atlético empató en el Bernabéu, hasta la actitud de los jugadores, todo fue un desastre desde el lado blaugrana mientras que el Almería de Rubi demostró el orgullo de unos profesionales que venían de ser aplastados en Girona por 6-2.

Mientras que los jugadores del Almería se comían a cada rival en la disputa de cualquier balón, los blaugrana, ni siquiera con la excepción de Gavi, daban la idea de salir a competir. En la mayoría de casos, su actuación se podría considerar indolente en la primera parte. En algunos, rozaba el despido procedente por falta de productividad e incompetencia.

El gol del Almería, en el que Ely recuperó por ímpetu un balón a Gavi cerca del área local, coloca un pelotazo que baja Luis Suárez ante la mirada asustada de Eric y habilita a El Bilal, que se merienda a Christensen y a Ter Stegen es un gran ejemplo de lo que fue el partido.

El Barça, además, pudo dar gracias de llegar al descanso sólo perdiendo por 1-0. Sin saber muy bien cómo, Ter Stegen salvó un acrobático remate de Baptistao que apestaba a 2-0. Mientras tanto, la cuenta del líder de la tabla en cuanto a remates arrojaba un balance vergonzoso de cero disparos a portería en 45 minutos.

Para tratar de arreglar el desastre, Xavi tiró de Raphinha, que entró en el descanso por un Kessié circense. El problema es que el africano era uno más de los desastres de la primera mitad, pero era más fácil quitarle a él a las primeras de cambio que a Busquets, Sergi Roberto, Eric, Alba o Lewandowski por citar un repóker de descalabros.

La entrada del extremos brasileño (y puede que tomar consciencia del desastre de partido, que rozaba el ridículo) llevaron al Barcelona a apretar más al Almería. Pero de una manera muy cortés, sin chutar a portería. El Almería oía que alguien merodeaba por el jardín, pero nadie llamaba a la puerta. En cambio, el Almería seguía buscando el 2-0 mediante un Luis Suárez desencadenado.

Ya a la desesperada, Xavi tiró de los jóvenes y sacó a Pablo Torre y Alarcón, quien a los 81 minutos de partido fue el primer blaugrana que chutó entre palos. Un bagaje impresentable para un equipo que aspira a ser campeón y que ayer, como pasó hace un año, sin Pedri, no sabe ni competir.

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