Xavi gana credibilidad

El proyecto gana estabilidad con la Supercopa, especialmente por el juego demostrado en la final, que ilusiona al barcelonismo con el comienzo de un tiempo nuevo.

Juan Jiménez
As
“Los jugadores se han liberado”. Seguramente, la frase de Xavi en la sala de prensa del King Fahd Stadium nada más terminar la final de la Supercopa podía extenderse a él. Sólo dos entrenadores, Rinus Michels y Frank Rijkaard, habían aguantado en el puesto de entrenador del Barça más tiempo en el cargo sin ganar un título en el último medio siglo. Así son las urgencias en Can Barça, porque en el fondo Xavi apenas lleva un año y dos meses en el cargo.

Pero los títulos hacen ver las cosas de otra manera, aunque se trate de la Supercopa. Y en el Barça, este llena de crédito el proyecto del entrenador, especialmente por el contexto en el que levantó el trofeo Busquets, después de un partido completo de principio a fin. Eso a lo que Xavi llama el cómo. Después de un inicio titubeante de año, en el que pese que había ganado en el Metropolitano, al Intercity en Alicante y contra el Betis en la semifinal de la Supercopa, el Barça había dejado dudas por las lagunas en muchos tramos de juego, partido de Liga ante el Espanyol incluido.

Pero Xavi intuía que la cosa iba en buena dirección (”llevo muchos años en la entidad, puedo ver las cosas dentro y le gustaba lo que veía”) y la final de Riad contra el Madrid se las confirmó. El Barça estuvo compacto atrás, manejó el partido y el balón en la segunda parte a través de los cuatro centrocampistas y fue mortal en las transiciones. Los tres goles llegaron así. El primero con una secuencia fantástico: recuperación de Busquets, balón de Pedri a Lewandowski y conexión eléctrica con Gavi. En el segundo, el andaluz volvió a romper las líneas enemigas y sirvió al polaco. Y, una vez más con Gavi protagonista en la recuperación y la asistencia, llegó el tercero de Pedri después de la conducción a Lewandowski.

El Barça, en fin, manejó todos los registros del juego y pareció un equipo redondo en el que piezas como Araújo aparecen como indispensables, Christensen se consolida después de dos actuaciones completas en dos partidos grandes (el Metropolitano y la final), Balde crece por momentos… Ter Stegen vive su mejor momento en los últimos años, Busquets y Alba cumplen en su rol, Dembélé y Raphinha le meten velocidad y los volantes jóvenes auguran el mejor futuro. Lewandowski finaliza lo que crean sus compañeros y hasta Ansu, pese a aparecer testimonialmente la final, sale reforzado del torneo.

Un Barça ilusionante al fin que se quitó complejos de inferioridad y fantasmas en la final contra el Madrid. El título refuerza la línea ascendente en juego del equipo, le da tranquilidad y confianza para seguir creciendo y también llena de crédito en el vestuario a Xavi. “Los jugadores han visto que salen las cosas”, se felicitó. Xavi es consciente de que los jugadores creen más en algo si llegan los resultados; y puede intuirse que el ecosistema en el vestuario es saludable. El equipo ha ido a una en tardes difíciles. En Valencia, Pamplona o el Metropolitano ganó más por actitud que por juego, per las victorias han permitido ganar fe. Y eso terminó por proyectarse en el juego en la final de la Supercopa. Eso sí, Xavi sabe que no se puede parar aquí. La arriesgada inversión de las palancas de esta temporada no se salva sólo con la Supercopa. “El objetivo es la Liga”, anunció Laporta después de la final. Eliminado de la Champions, el presidente, que se abrazó emocionado al entrenador en Arabia, es consciente de que, antes de asaltar Europa, el siguiente escalón es recuperar la hegemonía nacional. Así que con permiso de la Europa League y la Copa, la obsesión es volver a ser el dominador de la competición nacional. A ello se pondrá Xavi desde el domingo contra el Getafe. Primero, Ceuta para seguir ganando credibilidad y convertirse en aspirante a otra competició

Entradas populares