Una turba ataca la estación policial de Guarayos y libera a dos detenidos por tráfico de tierras

Santa Cruz, erbol 
Una turba atacó anoche la Estación Policial Integral (EPI) del municipio de Ascensión de Guarayos, en Santa Cruz, con el fin de liberar de celdas a una pareja que fue enviada con detención preventiva al penal de Palmasola, imputada por el delito de tráfico de tierras.Los que fueron liberados son María Eugenia Y. R., de 36 años, y Juan pablo Y. U., de 38, quienes fueron denunciados de ingresar por la fuerza al Sindicato Agrario San Antonio, ubicado en el área rural de este municipio y crear el barrio 6 de Octubre, para luego comercializar los terrenos de manera ilegal, según el portal Primeros en Noticias Asc.

La movilización violenta se registró pasada las 21:00, cuando la gente movilizada comenzó a lanzar piedras contra los vehículos patrulleros que hay en la estación y las ventanas de la EPI, que dejó daños materiales, entre ellos, artefactos electrónicos como el televisor, según se ve en el video del portal digital.

El ataque ocurrió luego de que en horas de la tarde se realizó la audiencia cautelar de las dos personas por el delito de tráfico de tierras y estaban a la espera de ser trasladadas hasta el penal de Palmasola, pero lograron fugar con rumbo desconocido.

“Estaba parado en la puerta para que no ingresen personas de la comunidad, pero se entraron, me lanzaron piedras en la cabeza y una patada en la espalda”, contó uno de los uniformados que estaba de turno en la EPI de Guarayos.

De acuerdo con datos del fiscal Ricardo Cayalo Franco, existen al menos nueve víctimas de estafa que acusan a la pareja de haber pedido dinero en diferentes montos.

Las víctimas afirman haber pagado montos de entre 150 y hasta 15.000 bolivianos por lotes que fueron ofertados por María Eugenia y Juan Pablo, quienes hicieron cobros mediante con facilidades de pago pese a que sabían que los predios eran privados.

“A mí me vendieron un lote y luego me despojaron”, manifestó una de las personas que fue engañada.

“Dijeron que eran tierras legales, pero nos enteramos que eran privadas”, señaló otra de las víctimas.

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