Ucrania se prepara para la gran ofensiva rusa de primavera: después de saber que recibirá tanques, solicita aviones de combate F-16
El gobierno de Zelensky apura la gestion para recibir carros de combate, tanques y aviones que le permitan sostener la defensa de su territorio y facilite las operaciones de sus tropas
El presidente Zelensky reiteró este viernes de manera urgente tanto a Estados Unidos como a Alemania su pedido de sistemas de armas ultra-modernas pero también solicitó un buen número de aviones de combate de sus aliados occidentales.
Según un informe del Ministerio de Defensa de Ucrania, la fuerza aérea también recibiría aviones de combate estadounidenses modelo F-16 que los ucranianos pidieron a Washington a mediados de 2022 cuando la ofensiva rusa se encontraba en su máximo nivel de desarrollo. En ese marco, un portavoz de la Secretaría de Defensa ucraniana declaró a la prensa occidental sobre la necesidad urgente de contar con las armas que su país esta pidiendo. La agencia Reuters dio a conocer el martes -por primera vez- la información sobre la solicitud de Ucrania de aviones de combate en un pedido adicional a Washington.
La solicitud de los aviones se produce cuando Kiev considera una gran victoria el anuncio de la administración Biden confirmando que donaría treinta tanques M1 Abrams al ejército ucraniano. Al mismo tiempo, el canciller alemán Olaf Scholz, confirmó que su país proveerá a Ucrania de tanques Leopard II y autorizara que otros Leopard que disponen sus aliados europeos también sean transferidos a Ucrania. Estos envíos de tanques de los socios occidentales es una señal fuerte de su participación en la guerra de Ucrania ya que desde que proveyeron los lanzadores HIMARS hasta ésta inminente entrega no se había transferido sistemas de armas de tanta importancia.
Respecto de los aviones de combate a los que se sumarían piezas de artillería de mayor alcance y potencia de fuego, sin duda facilitara a Ucrania ejecutar operaciones sobre las tropas rusas de forma más amplia y profunda en el territorio bajo ocupación de las fuerzas del presidente Vladimir Putin. Hasta éste momento, Washington había dilatado la transferencia de aviones de combate F-16 y de hecho el anuncio de transferencia de las naves todavía no es oficial, pero podría producirse en los próximos días. Sin embargo, una fuente cercana al asesor de seguridad, John Kirby, confirmó a Infobae durante esta semana que Washington está en conversaciones avanzadas con Ucrania dado que ante la evolución de las acciones militares rusas la situación está cambiando y se avanza en diálogos para que los F-16 lleguen a Kiev.
Según la fuente, el despacho de aviones de combate sería un hecho acordado y se produciría después de la entrega ordenada por el presidente Biden de los tanques M1 Abrams. La noticia coincide con el anuncio alemán de proporcionar tanques Leopard, que según Kiev, son necesarios para su defensa contra Rusia. No obstante, los ucranianos solicitaron que la entrega de los F-16 se efectúe de forma urgente ya que sus pilotos de combate están capacitados para operarlos el mismo día que los reciban, a diferencia de los Abrams que demoraran algunas semanas en desplegarse sobre el terreno debido a la necesidad de entrenamiento para que los militares ucranianos puedan operarlos con éxito en combate.
Desde el punto de vista militar, dada la reticencia mostrada a finales del año pasado por Washington y los aliados europeos de Ucrania a proveer vehículos blindados el cambio actual sorprende en el escenario político de parte de la administración Biden, ya que en el pasado argumentó como poco beneficioso para Ucrania la entrega de sus tanques de última generación. Sin embargo, la decisión estadounidense de proveer los Abrams fue determinante para que Alemania responda de manera similar y decida enviar sus tanques Leopard a las fuerzas ucranianas.
Sin duda la decisión de Washington empujo al canciller alemán Olaf Scholz a confirmar que Berlín también enviaría tanques Leopard a Ucrania y permitiría que otras naciones europeas que los disponen, también manden los tanques fabricados por su país a Kiev. En tal sentido, un documento de prensa de la administración Scholz indicó que la decisión del canciller es el resultado de diálogos diplomáticos y conversaciones con aliados y socios en materia de asistencia para la defensa de Ucrania. En la misma dirección, un funcionario de la administración Biden respondiendo a una pregunta sobre si la entrega de los Abrams era una condición previa para que los alemanes dieran luz verde a la entrega de los Leopard, la respuesta fué que Biden y Scholz hablaron telefónicamente varias veces durante enero sobre la donación de armas y que los tanques fueron el tema central de las conversaciones entre ambos para coordinar la asistencia de ayuda con los demás aliados que apoyan a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa.
El presidente Biden mantuvo su último contacto por medio de una videoconferencia el pasado miércoles con Scholz, pero también estuvieron presentes en esa reunión el primer ministro francés, Emmanuel Macron y su homólogo británico, Rishi Sunak; aunque el primer mandatario francés aun no respondió y se comprometió a evaluar la situación con sus asesores militares e informar la semana próxima si Francia también aportaría sus vehículos blindados. El presidente estadounidense espera que Francia y otras naciones amigas acompañen positivamente en la contribución de sus capacidades militares más modernas y letales para que ellas estén disponibles operacionalmente en el campo de batalla en las próximas semanas.
Mientras el apoyo a Ucrania se materializa, Washington, Berlín, Londres y otros socios de Kiev están convencidos que el presidente ruso Vladimir Putin, lanzara al ejército ruso a una nueva y amplia ofensiva a medida que el invierno se disipe para dar paso a la llegada de la primavera. En ese momento, los tanques y aviones occidentales serán de vital importancia en el apoyo a la capacidad militar de los ucranianos para retomar la iniciativa y recuperar el territorio que hoy está en manos de Rusia. En ese sentido, un informe del Ministerio de Defensa británico explica en una evaluación de inteligencia reciente que Ucrania pudo liberar cerca del 55 % del territorio invadido y confiscado por Rusia desde que Moscú lanzó su guerra el 24 de febrero de 2022; pero también, según Londres, deben considerarse los territorios anexados por las operaciones militares rusas del año 2014.
Al día de hoy, Moscú controla cerca del 20% del territorio ucraniano reconocido por la comunidad internacional; incluida la región oriental del país -que se conoce como Donbas- y la península de Crimea, áreas de las que Moscú se apoderó precisamente en su ofensiva militar de 2014 y a las que decidió anexionar unilateralmente a la Federación Rusa pese a que tal decisión fue rechazada por un gran número de naciones de la comunidad internacional. En consonancia con esa situación, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, sostiene que el objetivo de Kiev es la liberación total del territorio de Ucrania, incluyendo la península de Crimea como condición para abrir cualquier dialogo de paz con Rusia. Sin embargo, más allá del apoyo militar y económico que Washignton y sus aliados están ofreciendo a Zelensky, la administración Biden continúa siendo cuidadosa en su apoyo militar a Ucrania ante las amenazas de Putin de usar armas nucleares de ser necesario.
Las últimas dos semanas la diplomacia occidental mostró un criterio unificado en sus declaraciones al sostener que Crimea es Ucrania y nunca reconoció la anexión ilegal de la Península por parte de Putin. Pero es claro que, ni Europa ni Estados Unidos desean una escalada en la que se utilicen armas nucleares. Allí se entiende las declaraciones de diplomáticos occidentales cuando señalan que la decisión final de cómo y hacia donde ir es una decisión de los ucranianos más allá de la ayuda militar convencional que se les brinda.
Expresiones recientes de funcionarios de la administración Biden ratificaron que el presidente está focalizado en la importancia de la unidad de la alianza y la fortaleza transatlántica de la misma; ellos pretenden demostrar que su administración ha hecho todo por Ucrania durante los once meses de la guerra. No obstante, han expuesto la idea de que no se puede ni debe comprometer la estabilidad global, la propia seguridad y mucho menos la estabilidad de Europa. Tal vez en esas declaraciones hay mucho que debería repensar el presidente Zelensky para después de la primavera y cuando la llegada del próximo verano europeo sea un hecho. Sus asesores militares no deberían obviar las cuestiones políticas internacionales, más allá de su voluntad de resistir, Ucrania debería considerar que la ayuda militar actual no sera para siempre y puede reducirse con la llegada de la primavera.