Rusia pone en marcha una de sus ‘superarmas'

 El Kremlin ha comenzado a producir los drones Poseidón, con capacidad nuclear y una potencia mayor a la de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

Raúl Izquierdo
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El Kremlin da un nuevo paso hacia adelante en lo que a armamento militar se refiere. Los drones submarinos Poseidón son, después de cinco años del anuncio de Vladimir Putin, una realidad. La Armada de Rusia cuenta ya con ellos tras concluir las pruebas y en las próximas fechas será incorporado a uno de los submarinos de nueva generación de la flota, según ha confirmado este lunes para agencia TASS.

“Próximamente las recibirá el submarino nuclear Bélgorod”, asegura una fuente rusa de defensa. Un submarino sobre el que, en los últimos meses del año pasado, surgió la duda de si había sido movilizado por Rusia. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), especialmente tras el inicio de la guerra en Ucrania, ha manifestado en varias ocasiones su preocupación acerca de este torpedo con capacidad nuclear.

La posibilidad de que Moscú emplee esta nueva arma en la guerra que actualmente mantiene con Ucrania existe, pues ya en este tiempo ha utilizado una de las armas anunciadas hace ya cinco años: el misil hipersónico Kinzhal (en ruso, ‘Daga’). En dicho discurso, Putin presumía del poder de destrucción que tendrían con ellos. “Antes de que tuviéramos estos nuevos sistemas de armas nadie nos escuchaba. ¡Escuchadnos ahora!”, dijo el presidente ruso.

Unas armas que, según aseguró en su momento, son silenciosas, prácticamente indestructibles y tienen una gran maniobrabilidad. Ahora, con la producción de Posesión da un paso más en esta escalada de tensión que mantiene con Ucrania directamente y, de paso, con la OTAN. Según revelan fuentes relacionadas con el proyecto, se han probado diversos componentes como el reactor nuclear.

Potencial nuclear

Según funcionarios de Estados Unidos y Rusia, Poseidón es capaz de desencadenar marejadas radioactivas en el océano, dejando inhabitables “durante décadas” las ciudades costeras que alcance. Conocido popularmente como el ‘arma del apocalipsis’, se preveía que no entrara a formar parte del programa estatal de armamento ruso hasta el año 2027, pero la guerra en Ucrania parece haber cambiado los planes del Kremlin.

Estos potentes drones tienen capacidad para llevar una ojiva nuclear, y pueden navegar largas distancias a grandes profundidades, alcanzando una velocidad muy superior a la de cualquier otro buque o torpedo convencional. Entre sus potenciales objetivos estarían las ciudades costeras y flotas marítimas enemigas, gracias a su capacidad de portar de forma silenciosa una cabeza nuclear.

Su potencia, tal y como fue anunciado en la primera presentación, puede llegar a los 100 megatones. Esto supone duplicar la alcanzada por la mayor bomba nuclear de la historia: el Zar, probada por la Unión Soviética en una zona remota del Ártico en la década de los sesenta. Sin embargo, ahora la agencia rusa Tass la reduce a los dos megatones (superior a las bombas de Hiroshima y Nagasaki).

En 2020 el por entonces subsecretario de Estado de EEUU para la seguridad internacional y la no proliferación, Christopher Ford, aseguró que los Poseidón habían sido diseñados para “inundar las ciudades costeras estadounidenses con tsunamis radioactivos”. De igual forma, la inteligencia de este país considera que están diseñados para superar un hipotético primer intercambio nuclear lanzado contra Rusia y golpear al enemigo como represalia en una nueva ronda de ataques.

Transporte en el Bélgorod

Rusia, según cree la OTAN, lo habría probado durante el pasado otoño, aunque sin carga nuclear. Sin embargo, por el momento solo pueden ser transportados por el submarino K-329 Bélgorod, de tipo nuclear de la clase Antéi, que fue rediseñado con esta intención. Además, también pueden dar cabida a otros sumergibles de tamaño más pequeño y que pueden ser empleados en operaciones civiles, de rescate o de investigación.

Sobre el Bélgorod, que entró en servicio el pasado mes de julio, surgieron las dudas después de que la OTAN mandara una alerta por una repentina desaparición en su radar. Precisamente, en un momento en el que Rusia amenazaba con usar todos los medios a su alcance, entre ellos las armas de destrucción masiva, si estaban en peligro los territorios recién anexionados de Ucrania. Según un informe de Servicio de Investigación del Congreso de EEUU, cada submarino podría transportar ocho drones de este tipo. El plan de Rusia es contar con cuatro submarinos que porten estas armas: dos en la Flota del Norte y otros tantos en la Flota del Pacífico.

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