Paolo Guerrero, a Racing: implacable en el área, casi a los 40 años de una vida de película, entre escándalos, lesiones y goles históricos
A los 39, Paolo Guerrero llega a la Academia en un momento especial de su carrera; los conflictos, los goles y su lado más sentimental
Racing llegó a un acuerdo para incorporar al delantero internacional, procedente de Avaí, de Brasil, después de 20 años de carrera en el fútbol europeo y sudamericano. Tras la exhaustiva revisión médica a la que se sometió este martes, el futbolista rubricará un contrato por objetivos. Tiene lógica: jugó apenas 10 partidos (dos completos) en todo 2022, ya que durante el primer semestre estuvo sin club y en el segundo lo afectaron varias lesiones. A la salida de los exámenes médicos, pareció elegir cuidadosamente cada frase para comenzar con el operativo seducción: “Racing es un equipo ganador”, “conozco toda la historia de Racing”, “la idea de Gago me motiva”, “la gente de Racing es muy pasional”, fueron algunas de las palabras de rigor ante los periodistas que lo esperaban.
Su última vez en una cancha fueron los 29 minutos que disputó frente a Atlético Goaianiense por la Serie A brasileña, el pasado 2 de octubre. Es, desde ya, un llamado de atención. No es el Guerrero de Bayern Münich, pero conserva el olfato y la pasión desde niño. En el club del estado de Santa Catarina no anotó goles, algo inédito en una carrera de 190 tantos en 514 encuentros repartidos entre el gigante alemán, Hamburgo, Corinthians, Flamengo e Inter. Con la camiseta del club del equipo de Porto Alegre consiguió su última conquista, ante Fluminense, el 15 de agosto de 2021. Un siglo, para alguien de su capacidad en el área.
Se lo conoce como el Depredador. El apodo es debido a que en su debut tenía un peinado con trenzas, un look parecido al del actor de la película con ese nombre. También, con el tiempo, tiene una relación directa con rencillas, peleas de guapos. Una personalidad arrolladora: para bien, para mal. En 2003 fue suspendido cinco partidos por mala conducta luego de lanzar una botella a un hincha debido a una seria discusión.
Su vida merecía una película, Guerrero, estrenada el 8 de diciembre de 2016 bajo la dirección de Fernando Villarán. Allí, el futbolista se interpreta a sí mismo en un filme que relata su historia desde la infancia. Su luz, también su oscuridad.
Es el primer futbolista peruano en ser nominado al Balón de Oro. En 2015, su nombre llegó a ocupar la nómina de la premiación junto a otros 59 participantes como Lionel Messi, Neymar, Cristiano Ronaldo y más estrellas mundiales. El peruano, condicionado por una lesión de rodilla desde agosto de 2020, es el máximo goleador del seleccionado de Perú con 37 festejos en 102 encuentros internacionales. Más datos: fue subcampeón de la Copa América Brasil 2019; medalla de bronce en la Argentina 2011 y Chile 2015 y también partícipe del equipo dirigido por Ricardo Gareca que disputó el Mundial Rusia 2018 después de una ausencia de 26 años en la mayor competencia de la FIFA.
A nivel clubes ganó, entre otros títulos, dos Bundesligas con Bayern Münich (2005 y 2006) y el Mundial de Clubes con Corinthians de Brasil en 2012, cuya final ante Chelsea de Inglaterra (1-0) se definió con una joya personal en el Estadio Internacional de Yokohama, de Japón.
La imagen de rudo se transforma en ternura cuando recuerda su infancia: por eso es uno de los socios de Unicef. Escribió, de puño y letra un texto que desmiente tanta fiereza en el campo de juego: “Tres personas han sido claves para que llegue a ser el futbolista que soy hoy. Mi papá, mi mamá, que en el recuerdo más lejano aparecen alentándome y venciendo su cansancio para acompañarme en los entrenamientos. El otro, es el recordado Constantino Carvallo, quien en un gesto solidario me abrió las puertas del centro educativo que dirigía y promovió en mí el deseo de superación.
“Por esta experiencia personal, estoy convencido de que todos los niños y niñas pueden llegar muy lejos si crecen en un entorno de amor y confianza, y si se le brinda la oportunidad de desarrollar sus talentos”.
Estuvo cerca de Boca en enero de 2020. Y hasta recibió una palmada en la espalda de Diego Maradona, en sus momentos más oscuros. Sobre todo, cuando fue suspendido por 14 meses por un caso de doping, que le habría impedido jugar el Mundial de Rusia. El Diez decidió apoyar a Guerrero en ese difícil momento. “Hoy quiero estar al lado de Paolo Guerrero, en este momento tan feo que a mí también me tocó pasar. Yo tuve una enfermedad, y nadie se apiadó de mí, al contrario. Incluso hoy, algunos que la van de fenómenos, me lo siguen recordando. A mí nadie me ofreció una salida, y creo que esto se tiene que terminar”, comenzaba el mensaje del exfutbolista y actual director técnico en sus cuentas de Facebook e Instagram.
Fue un martirio para Paolo. “El sueño de mi país era clasificar a la Copa del Mundo y yo recibí un castigo que fue muy injusto. Me sacaron de la Copa, porque para mí, no jugué la Copa del Mundo. No la jugué porque días antes estaba entrenando solo en un parque”, expresó. Y hasta confesó que la pasó muy mal en la cita máxima. “Para ser bien sincero, no lo disfruté. Y todo el mundo tiene que saberlo, mi país también”, sentenció. Marcó un tanto, en el triunfo por 2-0 sobre Australia.
Esas citas son parte de la sinopsis oficial de “Contigo capitán”, un documental que recorre esa herida. “Basada en hechos reales. La estrella del fútbol peruano Paolo Guerrero relata su batalla legal”, se suscribía. Al final, fue parte del espectáculo global. Y lo sigue siendo, a su modo, casi a un año de cumplir los 40. Un caudillo que detiene el tiempo a su antojo.