Messi-Cristiano, último baile
Poderoso caballero es don dinero, sobre todo en el fútbol, ese deporte que ha permitido que Messi, con la camiseta del PSG, y Cristiano, como capitán de un equipo saudí, se midan en Riad, a partir de las 13 hora de Bolivia por ESPN (20 horas locales) con motivo de un amistoso comercial por el que los parisinos se han embolsado 15 millones de euros. Casi todas las miradas, más bien todas, se centrarán en el duelo entre el argentino, recién coronado en el país vecino como campeón del mundo, y el portugués, que agota los cartuchos de una carrera repleta de éxitos y de grandeza que se ha diluido durante los últimos años.
El último duelo entre ambos se remonta al 8 de diciembre de 2020, concretamente en la fase de grupos de la Champions League. Messi ya había enviado un burofax a Bartomeu pidiéndole su salida del Barça –anticipando una salida irremediable meses después– y Cristiano todavía no había vuelto al Manchester United. La Juventus ganó 0-3, el luso marcó un doblete y ambos no volverían a encontrarse hasta el 19 de enero de 2023.
El de Riad será el 37º encuentro que mide a dos leyendas del fútbol, con balance favorable a Messi, que ganó 16 partidos, empató nueve, y perdió 11. El rosarino, en las veces en las que se enfrentó a Cristiano, marcó 22 goles y otorgó siete asistencias. El flamante fichaje del Al Nassr, con el que percibirá 200 millones de euros por temporada (récord en la historia del fútbol), le ganó 11 veces a Messi, empató nueve y perdió 16, con un balance de 21 goles y seis asistencias.
Arabia Saudí, que ha cogido el testigo de Qatar en su intención de expandir su monarquía a través del fútbol (lo que se denomina Sportswashing), será testigo del último baile entre dos jugadores que se hicieron mejor el uno al otro, cuya rivalidad les permitió alcanzar cifras imposibles en el fútbol, que hizo a Messi el jugador con más Balones de Oro de la historia y a Cristiano el máximo goleador de la historia de la Champions.
Una rivalidad, que, al fin y al cabo, ha dejado un legado que nada ni nadie podrá borrar y de un valor que ni el dinero de Qatar ni el de Arabia Saudí podría comprar reuniendo a todas las fortunas del mundo. Riad será privilegiada como nunca lo fue antes por poder ver a estos dos cracks del fútbol.